Fueron arrollados

Dos muertos en festejos del Boca Juniors

AFP

Buenos Aires, 16 de diciembre. Dos hinchas del Boca Juniors murieron y al menos cinco resultaron heridos al ser embestidos por un auto durante la masiva bienvenida al plantel del popular equipo argentino, que el domingo logró en Japón la Copa Intercontinental al vencer al italiano AC Milán.

El accidente se produjo en la autopista que une al aeropuerto internacional de Ezeiza con la capital argentina, antes del paso del autobús con el plantel campeón mundial a bordo.

Imágenes de la televisión mostraron los cuerpos de los fallecidos tendidos durante varios minutos sobre la autopista, hasta que fueron recogidos por paramédicos, mientras los heridos eran llevados en ambulancias.

"Cabeceé (me dormí), hacía calor, no sé", balbuceó a la televisión el conductor del automóvil, sentado aún al volante, quien luego fue detenido.

El conductor, no identificado por su nombre, dijo que no pudo ver a los jóvenes en la autopista y que nada pudo hacer para evitar el accidente, pero varios testigos dijeron que se desplazaba a alta velocidad.

Centenares de simpatizantes desbordaron las bardas de contención de la ruta y se ubicaron sobre el asfalto, por donde seguían circulando los vehículos.

Los festejos continuaron pese a que la caravana encabezada por el autobús con los jugadores a bordo pasó diez minutos después por el lugar del accidente, en el kilómetro 17.5 de la autopista.

A la usanza japonesa

Los integrantes del Boca llegaron a Argentina vestidos con kimonos y portando los trofeos que lograron en Yokohama, Japón, en la final de la Intercontinental conquistada en la serie de penales (3-1) tras igualar en tiempo reglamentario y el alargue (1-1) ante el AC Milán.

Varios se tiñeron el cabello de los colores azul y oro y portaban las clásicas vinchas (cintas de tela para sujetar el pelo) que identifican a los samurai japoneses.

La caravana, que tardó tres horas en recorrer 30 kilómetros desde su partida del aeropuerto, tenía previsto pasar por la histórica Plaza de Mayo, frente a la casa de Gobierno, y por el legendario Obelisco porteño, pero ante el gran número de hinchas concentrados en el centro capitalino el microbús varió el itinerario y se dirigió directamente al estadio La Bombonera.

La presión de los simpatizantes obligó luego a los directivos del club a permitirles el acceso al estadio, donde inicialmente se iban a reunir sólo los jugadores con sus familiares.