México D.F. Viernes 12 de diciembre de 2003
Critica HRW el uso de bombas de racimo
La muerte de cientos de civiles iraquíes podría haberse evitado si Estados Unidos no hubiera usado bombas de fragmentación y hubiera tenido más cuidado en los ataques a miembros del régimen iraquí, según un informe de Human Rights Watch (HRW) que se difunde este viernes. El uso de munición de fragmentación en áreas pobladas durante la campaña de bombardeos causó más muertes que cualquier otro factor de la operación militar de la coalición en marzo y abril de 2003, afirma el estudio de esta organización de defensa de los derechos humanos con base en Nueva York.
Fuerzas anglo-estadunidenses lanzaron 13 mil bombas de racimo que contenían casi 2 millones de bombas secundarias, y que mataron o hirieron a más de mil civiles, según HRW.
En la mayoría de esos casos se localizaba el blanco tras interceptar llamadas telefónicas por satélite y se contrastaba "con información de inteligencia que se reveló inadecuada", sostiene HRW. "Las fuerzas de la coalición trataban generalmente de no matar a iraquíes que no tomaban parte en el combate", manifestó en un comunicado Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW. "Sin embargo, la muerte de cientos de civiles podría haberse evitado", lamentó Roth.
"La estrategia de decapitación fue un total fracaso en términos militares, pues no acabó con un sólo dirigente iraquí en 50 intentos. También fue un fracaso en términos de derechos humanos. No es bueno usar un arma de precisión si el blanco no ha sido localizado con precisión", concluyó.
El informe de 147 páginas, titulado Blanco errado: la conducción de la guerra y las bajas civiles en Irak, recuerda que las leyes internacionales no proscriben todas las muertes de civiles, pero sí imponen la obligación a las fuerzas armadas de extremar las precauciones y abstenerse de realizar operaciones en que los daños a la población superen los logros militares.
En su momento, el secretario de Defensa británico, Geoff Hoon, aseveró que las bombas de fragmentación son "perfectamente legales y su uso es legítimo", pues se trataba de evitar riesgos a las tropas británicas. Sin embargo, observadores insisten en que estas armas fueron usadas en operaciones invasoras y no defensivas, en áreas densamente pobladas.
Los hospitales iraquíes sostienen que a diario se atiende a personas que mueren o quedan heridas al toparse con bombas secundarias sin estallar que aún están regadas por territorio iraquí. AFP Y THE INDEPENDENT |