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México D.F. Lunes 8 de diciembre de 2003

Omitió en mayo que desde finales de 2002 ya gestionaba la cesión del inmueble

Javier Moctezuma falseó al Congreso informe acerca del ex Arzobispado

En el documento enviado a legisladores sugirió que el plan de instalar un museo de arte sacro era una ocurrencia, cuando ya lo promovía en el INAH, la Cabin, Hacienda, la Secodam y Presidencia

MONICA MATEOS-VEGA

Cuando era subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación (SG), Javier Moctezuma Barragán, en la actualidad aspirante a representar a México en el Vaticano, entregó en mayo a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión un informe distorsionado acerca de la situación del ex Palacio del Arzobispado, inmueble en el que el gobierno federal pretendía instalar un Museo de Arte Religioso, según prueba un documento obtenido por La Jornada mediante el Sistema de Solicitudes de Información del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública.

El funcionario omitió proporcionar a los legisladores información de los trámites que él mismo impulsaba desde octubre de 2002 con miras a ''atender instrucciones de las altas autoridades del Ejecutivo federal" para establecer en el recinto de Moneda 4, en el Centro Histórico, un museo de arte sacro, petición que el empresario Carlos Slim Helú hizo al presidente Vicente Fox en octubre de 2001, según afirmó el propio Moctezuma Barragán.

El escrito mencionado revela que en octubre de 2002 ya se habían efectuado ''diversas reuniones'' con los titulares del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Comisión de Avalúos de Bienes Nacionales (Cabin) y la Procuraduría Fiscal de la Federación, para sustentar jurídicamente el cambio de funciones del antiguo Palacio del Arzobispado, que administra la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la cual también había expresado ya ''su disposición a entregar el inmueble a la Secodam (hoy Secretaría de la Función Pública)... para los efectos que dicha dependencia dispusiera''.

Moctezuma Barragán inclusive mencionaba que ''en una primera etapa'' el INAH ya había elaborado un proyecto denominado ''Museo de Arte Religioso'' y que se tenía considerado ''crear una asociación civil" para que se pudiera otorgar ''un permiso de uso especial" del inmueble y así ''atender lo ordenado por las autoridades superiores".

Consultado al respecto, el INAH confirmó que sí existía ese proyecto, pero cuando se solicitó una copia en el área de comunicación social, ésta entregó un documento con lineamientos generales para establecer cualquier tipo de museo y no la información requerida.

Moctezuma Barragán aseguró en su informe enviado en mayo al Congreso que el comité ejecutivo del Consejo Consultivo para el Rescate del Centro Histórico de la ciudad de México (y no únicamente Slim) había hecho ''una solicitud para estudiar la posibilidad" de establecer un museo de arte religioso en el Antiguo Palacio del Arzobispado, pero que en virtud de que no se había recibido ''sobre el particular el planteamiento específico debidamente sustentado... las instancias gubernamentales competentes carecen de los elementos necesarios para dictaminarlo''.

Afirmó que no se contaba con un esquema museográfico ni con un plan ''de aprovechamiento integral del inmueble, incluidas las fuentes de financiamiento para su sostenimiento y operación''.

En efecto, esa documentación no existía, porque no se trataba de ''estudiar la posibilidad'' de crear el museo, como aseguró Moctezuma Barragán ante el órgano legislativo, sino de cumplir una orden del presidente Vicente Fox, la cual se topó con diversas trabas jurídicas, además de la molestia de la opinión pública, que rechazó la iniciativa por contraponerse al Estado laico.

En primer lugar, la SHCP debía entregar el inmueble a la entonces Secodam, pero esta dependencia adujo que, por ley, carecía de facultades ''para administrar monumentos históricos" y que, en todo caso, el Antiguo Palacio del Arzobispado debía ser conservado por la SHCP o destinarse ya sea a ésta o a la SG, y sólo así tramitar ''el permiso de uso especial".

Los funcionarios de la Secodam lo informaron al ''gestor" Moctezuma Barragán, pero él consideró que el punto de vista de éstos no tenía ''el suficiente sustento jurídico". Por ese motivo decidió consultar al entonces consejero jurídico del Ejecutivo Federal, Juan de Dios Castro Lozano, actualmente presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, a quien argumentó que ''la problemática expuesta en el caso del ex Arzobispado da lugar a que no se pueda atender la instrucción superior de establecer las bases jurídico administrativas para el funcionamiento del proyecto de creación del Museo de Arte Religioso, a pesar de que existe disposición de la SHCP de entregar el inmueble a la Secodam y la opinión favorable del INAH sobre el futuro uso y aprovechamiento del monumento histórico''.

Moctezuma Barragán explicaba que la SHCP ''considera que otorgar un permiso especial o concesión para la creación del proyectado Museo de Arte Religioso excede sus atribuciones; lo mismo pasaría en el caso de la SEP o de la SG", por lo cual pidió a Castro Lozano determinar ''qué dependencia o autoridad pública deberá otorgar el permiso o concesión".

Y más: Moctezuma Barragán quería saber, en caso de que los argumentos de la Secodam fuesen correctos, ''cuál sería el procedimiento legalmente idóneo para instrumentar la decisión que sobre el particular han dictado las autoridades superiores del Ejecutivo federal". Debía cumplir, a toda costa, con el mandato presidencial.

El 17 de octubre, Castro Lozano señaló al subsecretario que no había impedimento jurídico para que Hacienda entregara el ex Arzobispado a la Secodam, ''a la que correspondería la administración de dicho bien y por tanto otorgar la concesión que en su caso procediera". Cuatro días después, Moctezuma Barragán continuó los trámites.

Pero la noticia trascendió a la prensa y desató un fuerte debate (recogido puntualmente en la páginas de La Jornada) en torno a la intención de ceder el emblemático edificio para un museo de arte religioso que, según se rumoró, sería administrado por la Iglesia católica, por conducto de una asociación civil creada ex profeso. Entonces se señaló que la idea original de ese proyecto provenía del propio jerarca católico, el cardenal Norberto Rivera Carrera.

Tras abstenerse de opinar durante varios meses, Moctezuma Barragán apareció en escena mediante una carta enviada a este diario, en la que quiso dar la impresión de que era ajeno al asunto: ''Después de realizar las consultas necesarias a las dependencias directamente involucradas me permito precisar... que el proyecto actualmente se encuentra en fase de evaluación", escribió en abril en El Correo Ilustrado.

A las presiones de la opinión pública se sumó el Senado, que pidió al subsecretario explicaciones sobre el asunto. Si bien se quiso responsabilizar del plan al comité ejecutivo del Consejo Consultivo para el Rescate del Centro Histórico (al que pertenece Rivera Carrera), un par de integrantes de ese órgano, Alejandro Encinas -representante del gobierno capitalino-, y el historiador Guillermo Tovar de Teresa afirmaron que la propuesta ''ni siquiera constaba en las actas" de las reuniones del comité.

Javier Moctezuma Barragán, en el informe que envió el 12 de mayo de 2003 al Congreso, hizo parecer que la idea de Slim (quien solicitó el museo) era casi una ocurrencia, ''sin un planteamiento específico, sin un programa de aprovechamiento integral del inmueble, incluidas las fuentes de financiamiento para su sostenimiento y operación''.

Algo muy diferente a lo que argumentó a Castro Lozano el 10 de octubre de 2002: ''La petición de Carlos Slim está animada por el propósito de recobrar la vida cultural y artística del Centro Histórico de la ciudad de México, y ofrece al titular del Ejecutivo federal la seguridad de que serán depositarios responsables en la preservación y el uso del antiguo edificio del Arzobispado, ya que están conscientes del valor histórico y cultural que representa".

Con todo y el informe distorsionado que conocieron los legisladores, la sociedad civil consiguió un triunfo para el Estado laico: ''El destino y funcionamiento que tiene actualmente el inmueble conocido como Casa del Ex Arzobispado, como Museo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, continuará en sus mismos términos legales y administrativos", dictaminó, bajo presiones, el propio Moctezuma.

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