La
última vez de Casanova
Giacomo
se envuelve en el crepúsculo del Florian
Jorge
Valdés Díaz-Vélez
Me
preguntas cuántos besos tuyos, Lesbia,
me
bastarían para estar satisfecho.
Catulo
Mientras beso tu boca, dulce
doncella en la conquista, muerdo
las comisuras de tu madre
y los labios que tus hermanas
ceden al peso del deseo;
beso a las próximas mujeres
lejanas y desconocidas
aún por mi codicia, aquellas
que algún día serán
tú en otra
tú, que ahora oprimes mis labios
contra tu máscara de niebla,
y abres el negro terciopelo
donde mi angustia deposita,
con un grito húmedo y sordo,
el rubí de mi corazón
humeante al pie de tu reflejo.
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