Jornada Semanal, domingo 7 de diciembre  del 2003                núm. 457

LUIS TOVAR
LA COSTUMBRE
DE SOBREVIVIR
A Nadie


Tengo frente a mí la carpeta de presentación –los agringados prefieren llamarle press kit– de una película mexicana, que a la letra dice lo siguiente:

Sobreviviente es un largometraje realizado en [formato] digital. Cuenta con la peculiaridad de haber sido producida por un equipo de estudiantes de cine del CCC y el CUEC, dirigidos por Jesús Magaña (guionista, director, editor y productor del proyecto).

Sobreviviente contó también con el apoyo del FONCA-CONACULTA, al ser distinguido el director con la Beca de Jóvenes Creadores 2000-2001. Con este proyecto, Jesús Magaña y Lauracarmen (fotógrafa de la película) fundaron la casa productora Sobrevivientes Films.

Sobreviviente se desarrolla en un ambiente urbano, cuenta con locaciones en la costa oaxaqueña y la laguna de Zempoala. Es una película a color y B/N realizada en mini-DV y Hi-8 digital.

El reparto es una interesante mezcla de gente de teatro, con actores que han participado en las recientes películas exitosas del cine mexicano.

La película fue terminada en 35 mm mediante el proceso de data to film, realizado en Grupo de León.

Este primer largometraje de Jesús Magaña (autor, entre otros, de los cortometrajes Video express, 1998; Todas se llaman María, 2001) es el ejemplo inmejorable de lo que actualmente sucede, así como de aquello que tal vez sea lo único que pueda seguir sucediendo en el cine mexicano:

a) La cinta fue realizada por un grupo de estudiantes de esa escuela que quiere desaparecer el pragmatismo empresarial que lleva tres años sin darse cuenta de que los gerentes no saben gobernar.

b) Magaña, el director, obtuvo la Beca de Jóvenes Creadores para realizar Todas se llaman María, y con ese mismo apoyo más recursos propios filmó Sobreviviente; en otras palabras, hizo de la carencia virtud y de la nada sacó un largometraje. Visto desde otro ángulo, existe un programa de becas que dejaría de tener el sentido que actualmente tiene si se elimina la estructura que, en una etapa posterior, permite que sea concluido aquello para lo que las becas son otorgadas.

c) Como no todo en Foxilandia deberían ser puestos de tamales o vendedores ambulantes con títulos universitarios, Magaña y su fotógrafa se avientan a fundar una casa productora, dándose y dándole empleo a cierto número de profesionales.

d) Al igual que un número cada vez mayor de cineastas en México y en todo el mundo, para abatir los costos de manera que filmar fuese posible, aun sin el apoyo de ninguna casa productora establecida, Sobrevivientes Films trabajó en formato digital y posteriormente, con vistas a una distribución siempre improbable, transfirió a 35 mm.

e) La mezcla final de Sobreviviente se hizo en el laboratorio THX de los Estudios Churubusco Azteca, donde al grupo productor se le dio todo el apoyo técnico, así como facilidades y descuentos, considerando la naturaleza del proyecto; puede usted apostar a que nada de esto volverá a ser viable si los Churubusco se privatizan.

f) Los autores de la cinta han hecho el recorrido de las distribuidoras, siempre amargo para toda producción que no está bendecida por la presencia de al menos uno de los siguientes requisitos: un tratamiento complaciente del tema que se aborde, necesariamente coronado con un final feliz; un elenco que jale a la taquilla; una banda sonora que se pueda vender aparte; o si no, que sea una-comedia-más, bien aderezada de nomames y chingatumadres en los momentos clave para provocar la risa fácil.

g) Por consiguiente, la cinta no ha sido estrenada en cartelera y lo más probable es que así continúe, sobre todo si desaparece el imcine, única instancia que ha distribuido películas que todos los demás rechazan.

h) Para variar y no perder la costumbre, como tantas otras películas mexicanas Sobreviviente ha sido aceptada al menos en un par de festivales cinematográficos –en La Habana y Nueva York–, de los cuales quizá vuelva con algún premio en su haber; si así sucede, Yasabenquién podrá pararse de nuevo el cuello diciendo que el cine mexicano está mejor que nunca porque "sigue triunfando en el extranjero y poniendo en alto el bla bla bla..."

Aun agónico, el cine mexicano tiene la costumbre de sobrevivir, y uno puede estar seguro de que ahí seguirá, así sea invisible. La pregunta es: ¿por qué quienes deberían garantizar su existencia se empeñan exactamente en lo contrario? Creo que al canibalismo esquizofrénico del que hablaba Cazals hay que añadir un agudo cretinismo.