Cuando Los Vikingos se hicieron feroces Laura Castellanos De la mano de un cuñado del presidente Luis Echeverría, Los Vikingos una banda juvenil tapatía se hicieron feroces, y quisieron enfrentar a la poderosa Federación de Estudiantes de Guadalajara. No contaron con que la FEG no había perdido la bendición presidencial. La derrota, que costó dos decenas de muertos, lanzó a varios de ellos a la guerrilla
Los años que Padilla estuvo al frente de la FEG (1977-1979) fueron los mismos durante los cuales el aparato de seguridad del Estado provocó la peor oleada de violencia en la Perla Tapatía, que dejó como saldo 16 militantes de organizaciones armadas desaparecidos, entre ellos dos mujeres. El origen de la radicalización de parte del estudiantado de la UdeG fue la lucha contra el cacicazgo de la FEG, fundada por Carlos Ramírez Ladewig en 1949. El era hijo de un patriarca del estado, Margarito Ramírez Miranda, viejo adversario del ex gobernador José Guadalupe Zuno Hernández, fundador de la UdeG, considerada como la primera universidad popular de México. Los hijos de Zuno se convirtieron en los principales opositores de la FEG. Para eso se apoyaron en los sesenta en un grupo barrial tachado de pandillero, Los Vikingos, y promovieron la creación del disidente Frente Estudiantil Revolucionario (FER). Cuando Luis Echeverría Alvarez llegó a la Presidencia, los Zuno, su familia política, creyó que tendría su apoyo para desarticular a la FEG. Sucedió lo contrario. El conflicto se desbordó, la represión lanzó a la oposición estudiantil a la clandestinidad y luego alimentó a diversas organizaciones armadas. Guadalajara se convirtió entonces en la principal plaza urbana de actuación de incipientes grupos guerrilleros, la misma en la que se realizaron acciones que provocaron escándalo nacional e internacional y en la que fue fundada la Liga Comunista 23 de Septiembre. uuu La ejecución de Arnulfo Prado Rosas, El Compa, el 23 de noviembre de 1970, fue el detonante. El era líder vikingo del populoso barrio de San Andrés. El antiguo barrio, lugar de tránsito obligado al viajar de Guadalajara a Tlaquepaque, atestiguó el arribo a la adolescencia de las niñas y niños que, como El Compa, estudiaron en la primaria Lázaro Cárdenas y en las secundarias 1, 2 o 3. Provenían principalmente de familias obreras y campesinas que sembraban en los solares de la zona. Las pintas al cine Sorpresa, las tardes en la nevería La Ruta del 66, los encuentros en la plaza de San Andrés o en el parque San Rafael, tejieron vínculos de hermandad barrial aún indisolubles. Todos eran cuates. El mito, dice Gil Rodríguez, vino de la fiereza mostrada por Tony Curtis y Kirk Douglas en una película de vikingos. Los de San Andrés se hicieron fama de peleoneros, atrabancados y fraternos entre sí. Impusieron su ley en varias secundarias y extendieron su influencia a 14 barrios más de la ciudad. A fines de los sesenta más de 2 mil vikingos integraban su red. Primero, la FEG quiso usarlos como grupo de choque. Luego los vio como amenaza. Comenzaron a disputarse las presidencias estudiantiles de secundarias y preparatorias. No eran los únicos opositores a la FEG. Estudiantes que militaban en la Juventud Comunista (JC) los combatieron a través de la integración de círculos de estudio, volantes, foros. Fue en vano. La FEG disponía no sólo de plazas laborales en las escuelas si no que rechazaba alumnos a su antojo. El alumno Renato Flores denunció en la revista ¿Por qué? que los de la FEG eran instruidos en artes marciales, que andaban armados, golpeaban y asesinaban. El estudiantado disidente se armó también y el empujón que los lanzó a una lucha cruenta y desigual no tardó en llegar. uuu Un sobrino de don Guadalupe, Héctor, era vikingo y fue su puente con el grupo a mediados de los sesenta. El vínculo se consolidó cuando Echeverría, marido de Esther Zuno, hija del patriarca, fue ungido candidato oficial a la Presidencia. Andrés, hermano de Esther, decidió entonces enfrentar a la FEG. Confiado, publicó una carta en la revista Siempre!: "El candidato (Echeverría) nos ha alentado en nuestra rebelión contras toda la podredumbre existente." Los rebeldes se aglutinaron en torno de ese hombre de 33 años, abogado con recursos y... cuñado del futuro presidente. Se reunió con los jóvenes comunistas y con Los Vikingos para preparar las elecciones escolares. Al Boni, El Gino, al Compa, los recibía en su propia casa. Andrés se ganó la confianza vikinga y les dio dinero, algunos autos, armas, entre éstas una docena de costosas Hecler & Koch 9 milímetros. Salieron a la luz. La madrugada del 23 de septiembre Andrés y Los Vikingos apoyaron la salida de la FEG de la Casa del Estudiante. Acto seguido Andrés anunció la creación del Frente Estudiantil Revolucionario. Seis días después se armó una balacera de la FEG contra el FER en la Escuela Politécnica, con saldo de 13 heridos y tres muertos, entre éstos Fernando Medina Lúa, presidente en turno de la FEG. Un día después 300 militares desalojaron y derrumbaron la Casa del Estudiante.
La orden fue inmediata: aprehender a Andrés. Por un pitazo la libró. Se escondería, pensó, hasta que Echeverría asumiera la presidencia dos meses después. Pero la represión contra el FER ya se había desatado. El 29 de noviembre de 1970 uno de los líderes más queridos de San Andrés, El Compa, fue ejecutado. La disidencia se cimbró y Andrés intentó frenar el embate contra el FER: "Cuando tomó posesión Echeverría mi papá le habló del FER y le llevó pruebas del índice de criminalidad tan elevado de la FEG. Pero él se dio la media vuelta y lo dejó hablando solo. Yo qué podía hacer, si no escuchó a mi padre con su autoridad moral", dice Andrés Zuno. Echeverría apoyó a la FEG y a Ramírez Ladewig. Andrés salió del estado y tardaría 21 años en regresar. El estudiantado subversivo se quedó a la deriva e intentó hacer justicia a propia mano: ejecutó al hermano del victimario de El Compa. Pero el FER, sin saberlo, ya no estaba enfrentado a la FEG, si no al aparato policiaco militar del Estado. uuu La militancia del FER fue conocida como Los Feroces. Armando Rentería fue responsable de sus comités de barrio en los cuales llegó a haber hasta 80 brigadas, algunas femeniles, de ocho a 10 integrantes, que hacían sesiones informativas relámpago en las escuelas, repartían volantes, llenaban de pintas la ciudad. La disidencia fue detenida, torturada, expulsada de la UdeG. Muchos se fueron del estado y otros se fueron a la guerrilla. En Michoacán, Chihuahua, Oaxaca, Puebla, Nuevo León, Sonora y Sinaloa, también se habían vivido conflictos universitarios reprimidos que habían radicalizado al estudiantado. La matanza del 68 y la represión del 10 de junio de 1971 terminaron por lanzarlos a las armas. Los contactos se encendieron a través de las redes socialistas normalistas y universitarias y de la escisión de la Juventud Comunista que rompió con el Partido Comunista de México (PCM). La fama de Los Feroces trascendió. Ramón Gil Olivo dice que fue clave el origen de barrio de Los Vikingos porque tenían acceso a talleres de mecánica, torno u hojalatería. También podían conseguir papel o medicinas en el mercado negro. Llegaron a Guadalajara jóvenes de otras partes del país. Aquí nacieron las Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo (FRAP), se gestó parte de Unión del Pueblo (UP), se integraron al Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), y un 15 de marzo de 1973, jóvenes de otras ocho organizaciones armadas, entre éstas el FER, fundaron la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC 23S). En Guadalajara se realizaron algunos de los secuestros más sonados para exigir la liberación de la juventud guerrillera ya encarcelada y para hacerse de fondos. Dos cónsules estadunidenses y varios empresarios fueron secuestrados. Al principio el método funcionó, pero tras el fallido intento de secuestro que le costó la vida al empresario Eugenio Garza Sada en Monterrey, Echeverría se negó a negociar de nuevo. Respondió con violencia y ésta, provocó más violencia. Uno de los empresarios secuestrados en Jalisco, Fernando Aranguren, fue ejecutado por la Liga al no ver cumplidas sus demandas. Y luego el suegro de Echeverría, Guadalupe Zuno, sería secuestrado por las FRAP. El saldo final de la guerra sucia en Guadalajara fue de una veintena de muertos y otra más de casos de desaparición forzada. La red barrial de San Andrés fue deshecha. La FEG aprovechó la situación para cooptar vikingos, como Félix Flores Gómez, que fue uno de sus presidentes, acusado de enriquecimiento ilícito. A otros les ofreció la posibilidad de concluir sus estudios, vendió títulos profesionales, ofreció puestos laborales. En 1975 Ramírez Ladewig fue ejecutado. Una versión señala que fue la misma FEG. Los Feroces afirman que fueron las FRAP. Mientras su hermano Alvaro lo sustituyó en su liderazgo moral, su heredero estudiantil fue Raúl Padilla. Aunque en su entrevista con El Universal reconocía los actos represivos de Díaz Ordaz, menospreció al movimiento del 68 porque, dijo, fue lidereado por "aspirantes a políticos institucionales" movidos por "el resentimiento". El golpe en su contra, propició "la atomización y destrucción del movimiento nacional juvenil (...) Y de ese golpe, la juventud no ha logrado reponerse", opinó. Raúl fue rector de la UdeG en 1989
y dos años después propició la creación del
Frente Estudiantil Universitario (FEU) que sustituyó a la desprestigiada
FEG. Así hizo a un lado a Alvaro para quedarse con todo. Su hermano,
Trinidad Padilla, que también fue presidente de la FEG, es el actual
rector. Los malabarismos de Raúl lo hicieron entrar al PRD con el
apoyo de Porfirio Muñoz Ledo y de Los Chuchos en 1997. A
él se le hace responsable de la caída electoral del partido
en 60% y de acarrear estudiantes para apoyar a Salvador Caro en
las elecciones internas a la presidencia del PRI en Guadalajara. En la
Universidad no se recuerda algún acto oficial conmemorativo del
2 de octubre. El capítulo de la guerra sucia, que marcó
a varias de sus generaciones estudiantiles, simplemente está enterrado.
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