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México D.F. Domingo 7 de diciembre de 2003

Los ecosistemas marítimos padecen un colapso generalizado, aseguran científicos

Agotados, más de la mitad de los bancos de pesca en el mundo

Las autoridades de México carecen de una política eficaz para regular el sector pesquero

MATILDE PEREZ U. /I

Los vientos marítimos llevan la alerta: más de la mitad de los mayores bancos de pesca en el mundo están agotados; en México 151 de las 350 especies que se capturan de manera regular están en peligro, pues son sobrexplotadas. La vida en los mares dejó de estar en el renglón de los "recursos inagotables".

Datos preliminares de la investigación que emprendieron científicos de medio centenar de países para determinar la vida en los océanos revelan que la destrucción de la vida en ellos -donde vive la mitad de los 6.3 mil millones de habitantes del planeta- "ha alcanzado proporciones alarmantes; hay un colapso generalizado de los ecosistemas marinos". Los 7 billones de dólares anuales y el empleo para 36 millones de personas que genera esa actividad en el mundo están en el "filo de la navaja".

Para sortear dichas pérdidas se han adaptado sistemas más sofisticados con los que los barcos pesqueros "literalmente barren los océanos", en sus redes quedan 40 millones de toneladas consideradas "desecho" y se provoca la muerte incidental de 42 millones de animales.

En las redes -se asienta- mueren mamíferos marinos, además de calamares, rayas, cangrejos rojos, camarones de profundidad, anguilas, merluzas azules, peces sables, pescadillas azules, cazones espinosos, que en McDonald's son convertidos en pescado o en falsa "carne de cangrejo" para ensaladas de mariscos. "No sólo se pesca en aguas más profundas, sino también en niveles inferiores de la cadena alimentaria."

Paralelamente, en los pasados 30 años el consumo de pescado ha aumentado, tendencia que prevalecerá en las próximas dos décadas. En el estudio Perspectiva de la pesca para 2020, el Instituto de Investigación de Política Alimentaria Internacional (Ifpri, por sus siglas en inglés) estima que en 2020 el consumo per cápita anual en los países desarrollados será de 14.2 kilogramos y en América Latina de 8.6 kilogramos, aunque actualmente una tercera parte de lo que se captura en los océanos se destina a la elaboración de harinas y aceite de pescado para consumo animal. En México se usan cinco toneladas de sardina para producir una tonelada de harina, con la que se producen apenas 450 kilogramos de pollo o cerdo.

Para 2020 se prevé que la demanda en los países desarrollados sea de 100 millones de toneladas, cuatro veces más que la de las naciones en desarrollo.

Lamentablemente en México, donde existen 2 mil 500 especies de peces -apuntan industriales, cooperativistas e investigadores del sector pesquero-, no hay una política consolidada para dicho sector, que contribuye con uno por ciento del producto interno bruto (PIB) y en el que -según datos oficiales- se emplean 259 mil personas, cifra que varía porque los gobiernos federal y estatales han visto en la pesca "el sumidero de los problemas sociales generados por la falta de empleo".

Como ejemplo de la "falta de solidez y continuidad de una política para el sector", mencionaron que el rubro fue atendido en el gobierno primero por un departamento, luego por una subsecretaría en la Secretaría de Comercio, después por la Secretaría de Pesca (1982-1994), para retornar a un nivel de subsecretaría en la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap) y actualmente a la Comisión Nacional de Pesca en la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

Todos coinciden: falta autoridad para ordenar la pesca. "Estamos en el absurdo; se dan permisos a diestra y siniestra pese a que hay demasiados barcos y sálvese quien pueda pescar más en los dos a tres meses que dura la temporada. Es la pesca más desordenada y menos rentable del mundo. No hay una cultura de racionalizar el aprovechamiento de los recursos ni un análisis de mercado", apunta Carlos Hussong, presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Pesquera y Acuícola (Canaipesca).

Las autoridades actúan con visión demagógica; su esquema de "descentralización" y "federalismo" no está funcionando; los problemas aumentan, allí están las disputas por los recursos, como sucedió entre los pescadores de Yucatán y Campeche, y las presiones de los industriales en perjuicio de los pequeños pescadores para que se les permita el acceso a la zona natural protegida del golfo de California, señala Maximino Hernández Flores, dirigente del Sindicato Democrático de Trabajadores de Pesca y Acuacultura de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sidtpa-Sagarpa).

"La intervención de las agencias públicas no ha sido garantía de una explotación menos irracional del recurso pesquero", apunta Alejandro Nadal Egea en su libro Esfuerzo y captura. Tecnología y sobrexplotación de recursos marinos vivos. Sin embargo, considera que si dichas agencias eliminaran de su sistema regulatorio la corrupción y escucharan la opinión de científicos y técnicos se podría "restaurar lo que hace muchas décadas se perdió: la viabilidad del desarrollo pesquero sostenible".

Al inicio de 1970, las capturas alcanzaron medio millón de toneladas, dejaron atrás las 200 mil toneladas anuales que se capturaron en promedio en la década de los años 60; pero entre 1979 y 1981 el crecimiento fue espectacular, se llegó al millón 800 mil toneladas debido a la expansión de la flota pesquera. De ese volumen la mitad se componía de pelágicos menores como la sardina y anchoveta, otra parte era de camarón y atún, pesquerías de alto valor comercial, según se desprende de los análisis realizados por Nadal Egea y el Sidtpa-Sagarpa. .

De 1979 a 1987 la tasa de crecimiento anual promedio fue de 4.8 por ciento; de 1981 a 1987 decreció 1.1 por ciento y de 1988 a 1994 descendió 1.8 por ciento; a partir de entonces la captura en los 11 mil 592.8 kilómetros de litoral se situó en millón y medio de toneladas. Entre 1980 y 1996 las capturas por embarcación disminuyeron 40 toneladas (de 270 a 230 toneladas), y la obtenida por persona empleada cayó en seis toneladas (de 12 a 6 toneladas).

"Hay quienes atribuyen a la pesca artesanal la caída de las capturas, no ponen en la balanza que la flota industrial también ha jugado un papel importante en esa situación, como en el caso del camarón rosado en Campeche", agrega Hernández Flores, del Sidtpa-Sagarpa.

Durante la época de los grandes volúmenes de captura se adquirió la mayoría de las 105 mil 795 embarcaciones, de las cuales 2 mil 988 corresponden a la flota pesquera de altura (captura de túnidos, camarón, sardinas y tiburones en mares territoriales y límites de la zona económica exclusiva) y 102 mil 807 a la ribereña (navegan hasta un límite de 5.6 kilómetros de la costa).

La mayoría de las embarcaciones de gran calado se localizan en el litoral del Pacífico -Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa-, ya que allí también se concentra 90 por ciento de la producción pesquera, principalmente sardina, atún y camarón; mientras que en el golfo de México, mar Caribe y Pacífico sur (de Jalisco a Chiapas) se localiza 73 por ciento de las embarcaciones menores.

"Sí, es una flota que debe modernizarse", pero -acota el presidente de la Canaipesca- "no se trata de tener más barcos sino de redimensionar la flota en algunas especies y aumentarla en otras, porque hay oportunidades de crecimiento en palangre (sistema de captura), pelágicos mayores (tiburón y cazón, 40 especies de interés comercial) y menores (anchoveta norteña, charrito, macarela y cuatro especies de sardina)."

Un ejemplo del colapso en este sector productivo es la pesquería del camarón -uno de los recursos más generosos del mar-; aporta más de 400 millones de dólares al año por exportaciones y representa cerca de la mitad del valor total de la pesca del país. El 80 por ciento de las capturas se lleva a cabo en el litoral del Pacífico y el resto del golfo de México, a partir de los años 50 empezó a integrarse la flota de altamar constituida por 2 mil 387 embarcaciones de diferentes edades y tamaños. Actualmente, en todas las zonas importantes de captura hay una caída y en Campeche está prácticamente colapsada.

La misma tendencia sufren las pesquerías más importantes económicamente. Especies como el abulón, camarones blanco y rosado del golfo de México y blanco del Pacífico están en niveles cercanos a 10 por ciento de su máximo histórico de captura. "De continuar estas tendencias, el valor global e intrínseco de las capturas nacionales descenderán en los próximos años, lo que ahondará la brecha entre la capacidad de explotación y la disponibilidad del recurso", advierten investigadores del Instituto Nacional de la Pesca (INP).

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