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México D.F. Domingo 30 de noviembre de 2003

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

George Soros: Ƒderroca a Shevardnadze y devalúa el dólar?

Entretelones de una revuelta no espontánea
El georgiano, traicionado por sus amigos de EU

UNO DE LOS PERIODICOS más serios de Canadá, Globe and Mail (26 de noviembre), señala que "la revuelta de Georgia lleva el sello" del polémico George Soros. Mark McKinnon, su corresponsal en Tbilisi, la capital de Georgia, demuestra convincentemente la forma en que el megaespeculador George Soros urdió la caída del presidente Eduard Shevarnadze, con sus consabidos métodos de "filantropía financiera". Desde febrero pasado, "los fondos del Instituto de la Sociedad Abierta enviaron a Serbia a Giga Bokeira, un activista de 31 años de Tbilisi, a reunirse con los miembros del movimiento Otpor (Resistencia) para enseñarle cómo fueron usados los métodos de manifestaciones callejeras para derrocar al dictador Slobodan Milosevic en Serbia. Luego, en el verano, la Fundación Soros pagó a los activistas de Otpor un viaje redondo a Georgia para realizar un curso de tres días de enseñanza a más de mil estudiantes en cómo montar una revolución pacífica".

ƑEXISTEN, ENTONCES, CIERTO tipo de manifestaciones callejeras en los puntos candentes geopolíticos del planeta que no son nada espontáneas ni democráticas y que sirven para catalizar un movimiento mayor que es así capturado por sus peores enemigos? šVaya, vaya! MacKinnon prosigue sus estrujantes revelaciones: "La semana pasada el Instituto Libertad, que Bokeira ayudó a fundar, fue instrumental en organizar las protestas callejeras que obligaron eventualmente a Shevarnadze a renunciar". Pero Otpor no era el único "instrumento" que teledirigía Soros, quien, además de financiar a otros grupos que encabezaron las protestas, "fundó también una estación popular de televisión que fue crucial para la movilización de apoyo a la revolución de terciopelo". Luego nos quieren convencer de que la "propiedad" de las televisoras no es un asunto de trascendental estrategia en la época digitálica y del control de las masas por medio de una pantalla y una voz orwelliana. Ahora resulta que Mijail Saakashvili, el juvenil abogado formado en Nueva York y galardonado con el premio Sociedad Abierta (y seguro próximo presidente de lo que queda de Georgia en vías de desintegración), "mantiene una íntima relación con Soros". ƑQué tan íntima? McKinnon afirma que la "opinión general en Georgia es que Soros planificó el derrocamiento de Shevardnadze". Una semana antes de su renuncia, Shevardnadze, quien operó la desintegración de la URSS en la etapa del cándido Gorbachov, fustigó durante una conferencia de prensa que "George Soros se enfrenta al presidente de Georgia". El corresponsal del Globe and Mail señala con lujo de detalle las entidades que financia Soros: desde los varios grupos de protesta, pasando por la televisora Rustavi-2, hasta el periódico 24 Horas. Más allá de la controvertida personalidad de Shevardnadze -quien por cierto le abrió las puertas al mismo Soros, con el que colaboró en la demolición de la URSS-, Laura Silber, una asesora política de la sorosiana Sociedad Abierta, revela el "intercambio traducible de las experiencias de Serbia y Georgia" por medio de sus activistas, lo cual desde el punto de vista geopolítico es más que patente porque los Balcanes y el Transcáucaso -la frontera occidental del mar Caspio (la tercera reserva mundial de petróleo y gas)- representan los dos pilares geoestratégicos del mar Negro, en la retaguardia de Europa y en el flanco sur de Rusia. That is the name of the game que delata la agenda geopolítica muy cerrada de la sorosiana Sociedad Abierta. De allí que sea entendible su expulsión en Ucrania y en Bielorrusia, así como el cierre de sus oficinas en Moscú, en su calidad de caballo de Troya sorosiano de los vilipendiados "oligarcas" rusos aliados a la plutocracia anglosajona. Pero más comprensibles son las lamentaciones de Shevardnadze, quien se queja amargamente de haber sido traicionado por sus amigos de Washington. "Estados Unidos ayudó a orquestar su caída: una gran traición de sus amigos", según reporta el corresponsal Julius Strauss de The Daily Telegraph (27 de noviembre). El depuesto presidente georgiano fustiga tanto a los "activistas locales financiados con dinero de Estados Unidos" como el "papel particular del embajador estadunidense, Richard Miles, que fue el instrumento para el éxito" de su derrocamiento. Shevardnadze se creyó inmune por haber supuestamente "salvado al mundo del abismo de la catástrofe nuclear". En la comedia de traiciones a lo largo de 12 años desde los Balcanes hasta el Transcáucaso, el ex canciller soviético y ex presidente georgiano es todavía acusado en Moscú como un "traidor" que participó en la desintegración de la URSS. Shevardnadze a sus 75 años defiende como gato boca arriba haber concluido la guerra fría: "de otra forma hubiéramos tenido una tercera guerra mundial (...) había 40 mil tanques soviéticos en Europa y cientos de miles de armas. En 24 horas se hubieran encontrado en la costa francesa del Atlántico, pero no lo hicimos pese a las cabezas calientes que deseaban usar la fuerza en Berlín y aplastar al movimiento Solidaridad en Polonia". Interesante, Ƒno? Pero la codicia de la plutocracia anglosajona es inconmensurable y en la fase del unilateralismo neoimperial de la "guerra preventiva y permanente", en búsqueda del oro negro en el mar Caspio, no existen adeudos previos, por lo que Shevardnadze se volvió una pieza desechable que fue arrojada a los buitres y chacales de la geopolítica del Transcáucaso.

PRAVDA (28 DE NOVIEMBRE) refiere la "intervención foránea" flagrante: "Lo que sucedió en Georgia (...) no fue un levantamiento popular espontáneo por una población furiosa y desafecta que se rebeló contra un tirano, sino una campaña orquestada desde afuera para imponer a un sicofante pro occidental y pro OTAN en el trono de Tbilisi (...) Todos los caminos llevan a Washington o a Soros o a ambos". Pravda se quedó con el lenguaje caduco de la guerra fría cuando ignora la fractura geopolítica de Irak que ha dividido al mundo "occidental" y a la OTAN. Después de repetir los hallazgos del periódico canadiense Globe and Mail y de agregar que el Instituto Libertad de Georgia es financiado por la Fundación Soros y que el Eurasia Institute (que participó en el financiamiento de los grupos de protesta) lo es por el gobierno de Estados Unidos, Pravda contextualiza el "motivo" de la "interferencia foránea" en Georgia: "la construcción del oleoducto entre los mares Caspio y Negro en 2005 y el hecho de que Shevardnadze haya asignado los acuerdos energéticos a compañías rusas, y no a las estadunidenses, forzó la mano de Washington". A Pravda se le escapa que la privatización eléctrica de Tbilisi fue asignada a AES, la principal empresa eléctrica de Estados Unidos, pero que fracasó estruendosamente, como le sucedió en Sao Paulo, por lo que tuvo que vender sus acciones a una compañía rusa. En nuestro México, Fox y Calderón deberían actualizarse y aprender que no existe determinismo en la ultrasensible privatización eléctrica. No todas las privatizaciones, en especial las desreguladas, son exitosas, aun las realizadas por las compañías eléctricas de Estados Unidos, como se notó en California, Brasil, Argentina, Georgia y hasta en su matriz ideológica thatcheriana de Gran Bretaña, donde la insolvente BE tuvo que ser rescatada por el gobierno, es decir, por el dinero de los ciudadanos: los grandes perdedores. Pravda coloca los recientes sucesos en Georgia y Chechenia, "donde se encuentra una presencia de consejeros militares de Estados Unidos", dentro del "gran plan geopolítico" que va desde Afganistán, pasa por Irak y llega al Cáucaso. Lo real es que la "revolución de terciopelo" en Georgia y la guerrilla de los jihadistas islámicos en Chechenia contra Rusia se encuentran más que nunca inextricablemente entrelazadas. La profundidad del juego geopolítico en los "Balcanes euroasiáticos", como los denominó Brzezinski, el ex asesor de Seguridad Nacional de Carter, ha alcanzado las entrañas del Kremlin que ha recibido a los grupos independentistas de Georgia para conformar un frente común contra el nuevo régimen sorosiano: Abjazia, Osetia del Sur y Ajara (The Moscow Times, 28 de noviembre). Pero más que nada, el Kremlin ha apretado las tuercas del caso criminal Yukos-Sibneft, la cuarta petrolera mundial que favoreció en la etapa de Yeltsin el ascenso del "oligarca" Mijail Jodorkovsky, el gran aliado del banquero lord Nathaniel Charles Jacob Rothschild, así como del "oligarca" Boris Berezovsky y del "filántropo" George Soros.

LA HISTORIA MACABRA de Yukos en Rusia, al unísono de la gasera mafiosa texana Enron en Estados Unidos, no sido escrita aún. ƑPor qué existe tanta criminalidad en las empresas gaseras y petroleras globales? Yukos acaba de sufrir un "severo golpe inesperado" con el anuncio intempestivo de la suspensión de la megafusión de Sibneft por 14 mil millones de dólares (International Herald Tribune, 29 de noviembre). Sibneft es "propiedad" de otro controvertido "oligarca" también agraciado en la etapa Yeltsin: Roman Abramovich, el frívolo dueño del club de futbol inglés Chelsea, quien empieza a sentir el calor del cerco policiaco del Kremlin. El traslado catastral de dominio de las petroleras privadas rusas se ha puesto al rojo vivo y Erin Averdlund, del International Herald Tribune, refiere que los "oligarcas" estaban realizando una "política exterior paralela" al Kremlin, lo cual "enfureció al zar Vladimir Putin". Mejor dicho: Menatep -la poseedora de las acciones del conglomerado Yukos-Sibneft a través del israelí-británico lord Nathaniel Charles Jacob Rothschild (a quien se le cuadra hasta Heinz Alfred, alias Henry Kissinger)- intentaba dictar "la política exterior" de Rusia desde el paraíso fiscal de blanqueo global en Gibraltar. A su puesta en jaque en Rusia por las jugadas magistrales (hasta ahora) de ajedrez del zar Putin, los "oligarcas" rusos y sus poderosos aliados financieros en Israel, Gran Bretaña y Estados Unidos parecen responder vigorosamente por medio de la captura de Georgia por George Soros y la exacerbación de los operativos jihadistas en Chechenia (frontera exquisita con Georgia a través del sensible desfiladero Pankisi: la guarida de los guerrilleros enemigos de Moscú) presuntamente teledirigidos por el "oligarca" Boris Berezovsky, un prófugo de la justicia rusa cómodamente exiliado en Gran Bretaña. Sea lo que fuere, Putin debe estar muy preocupado por el afianzamiento del eje Georgia-Chechenia por la vía democrático-guerrillera, que refleja los intereses financieros y geopolíticos del eje Rothschild-Kissinger-Jodorkovsky-Berezovsky-Soros.

SEGUN EL MUY incisivo Neil Clark, de la revista The New Stateman (26 de noviembre), Soros ha invertido más de 100 millones de dólares en el Grupo Carlyle, el poderoso conglomerado petrolero anglotexano. Pero también advierte The Independent (28 de noviembre) que el famoso megaespeculador con máscara de filántropo y disfraz de libertario popperiano ha apostado fuerte a la caída del dólar, que se ha devaluado frente al euro, el que vale más de 1.20 dólares, al tiempo que el oro cruzó la otrora infranqueable barrera de los 400 dólares la onza. ƑCual sería el correlato geopolítico de una devaluación deliberada del dólar por uno de los principales brazos armados financieros del eje Israel-Gran Bretaña-Estados Unidos?

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