Jornada Semanal, domingo 16 de noviembre del 2003        núm. 454

NAIEFYEHYA

LAS LECCIONES DEL ESTREMECER Y ATERRORIZAR:
…EL HORROR, EL HORROR...

OTRA INTIFADA

Dos fotos de primera plana del New York Times cuentan una historia de manera muy significativa: la del 29 de octubre muestra a dos soldados estadunidenses revisando los bolsillos de un niño y la del 4 de noviembre tiene a cuatro niños tirando piedras contra un vehículo blindado de la ocupación. El mensaje es claro: Irak ya tiene su propia Intifada. Con el derribamiento del helicóptero Chinook y la muerte de dieciséis soldados estadunidenses el domingo 2 de noviembre, finalmente parece que los medios estadunidenses comienzan a entender que una ocupación es un asunto sucio, serio y mortal. Los mismos medios que colaboraron con el gobierno de Bush para engañar al público con el fraude de las armas de destrucción masiva y la supuesta amenaza inminente de Irak contra sus vecinos y el resto del mundo, han tratado de crear la ilusión de que la muerte de uno o tres soldados diarios es una cuota aceptable a cambio de "establecer un Estado democrático en Irak y erradicar del terror del Oriente próximo". Pero el tono de la información parece haber cambiado. Por fin los medios se refieren a los autores de los ataques no únicamente como terroristas, extremistas, desesperados o suicidas, sino como rebeldes e insurgentes. Esto se debe sin duda a que han conseguido llamar la atención en una situación donde sólo se respeta la brutalidad más extrema. Como muchos han mencionado, los rebeldes están aplicando las lecciones aprendidas de la guerra de Argelia y Vietnam pero, más importante aún, han aprendido bien las enseñanzas del propio ejército estadunidense, las cuales podemos resumir en los siguientes puntos:

1. Hay que estremecer y aterrorizar (shock and awe) al enemigo con ataques espectaculares como los del 28 de octubre o los de 4 de noviembre.

2.Eliminar al liderazgo, como hicieron al matar a una mujer miembro del Consejo de gobierno impuesto por la ocupación, a un imán shiíta, al vicealcalde de Bagdad y a un par de juez prominentes, entre otros.

3. Crear la impresión de que nada está salvo, especialmente los blancos considerados intocables como la Cruz Roja y las organizaciones humanitarias. No olvidemos que en los últimos bombardeos humanitarios estadunidenses en Serbia, Afganistán e Irak, a menudo se cometieron "errores", de manera que hospitales, estaciones de televisión, trenes civiles y graneros de alimentos fueron destruidos.

INTERNACIONALISMO E IMPERIO

De acuerdo con fuentes de la oposición iraquí, hay más de cuarenta organizaciones diferentes de resistencia operando en todo el país, que van desde baazistas hasta comunistas desencantados con el partido, pasando por fanáticos religiosos y militares del antiguo régimen desempleados y resentidos. Por el momento no hay un frente unido de liberación y quizás éste nunca pueda conformarse, pero la precisión, coordinación, eficiencia, osadía y versatilidad de los ataques llevados a cabo, hablan de que los rebeldes están muy lejos de estar desesperados y han logrado lesionar, confundir y destruir los planes de las fuerzas de ocupación al imponerles la dinámica del círculo vicioso que indudablemente se traducirá en más violencia, más retenes, más cercos en torno a poblaciones enteras, más represión, más inseguridad, más desconfianza, más errores y más rebeldía. Lo que es claro es que sin el apoyo popular la insurrección no tarda en morir y en el caso de Irak todo parece indicar que una larga, espantosa y sanguinaria guerra de guerrillas apenas está empezando.

MÁS DAÑO COLATERAL

La Casa Blanca logró desestabilizar a Oriente próximo de una manera que ningún movimiento panarabista hubiera podido lograr. Quizás hasta ahora el mayor legado de la resistencia ha sido detener los ambiciosos planes del grupo neoconservador de invadir Siria e Irán, aparte de que han revitalizado la Intifada palestina, despertado a las masas oprimidas en Arabia Saudita y creado un peligroso fervor activista islámico en todo el mundo. Esta lucha se ha vuelto un poderoso imán para jóvenes árabes, musulmanes y antiimperialistas internacionalistas de muchas denominaciones, deseosos de enfrentar la ocupación. Así, los rebeldes iraquíes se han tornado en héroes, independientemente de que algunos de ellos tengan la sangre de docenas de civiles iraquíes en las manos. No obstante, esto también lo podrán racionalizar con la lógica del Pentágono: los inocentes asesinados no son más que "daño colateral".