Los promotores del centro parisiense oferecieron en México un taller de teatro

Pantheatre demanda un espectador activo

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

El centro Pantheatre nace en 1981, en París, con el objetivo de buscar nuevos equilibrios entre voz, imagen, texto y movimiento, sin permitir al espectador ver una obra de la misma forma que va al cine: de manera pasiva esperando las imágenes. ''Aquí el espectador tiene que estar alerta, viendo, descifrando, interpretando, porque lo que ve en el escenario no es lo que aparenta ser'', explica su fundador Enrique Pardo, quien codirige este centro integral de desarrollo cultural con Linda Wise y Lisa Mayer.

Pardo y Wise estuvieron en México para ofrecer un taller de teatro coreográfico y voz para cantantes, actores y bailarines, del que posiblemente se desarrolle un proyecto México-Francia para el próximo año.

La especificidad de Panteahtre, explica en entrevista Pardo: ''viene de una relación a la noción de imagen que está muy ligada a la representación visual. Las personas que trabajan en éste ámbito pocas veces integran de una manera satisfactoria lo que es la relación del lenguaje al texto. Lo que buscamos es la integración de la imagen del lenguaje con la imagen visual, nuevos equilibrios entre imaginación visual, imaginación corpórea, la lectura física de una imagen con la poética del lenguaje", señala en entrevista.

El Pantheatre se especializa en cuestiones de voz, teatro coreográfico y estudios culturales, con especial énfasis en los relacionados con la sicología arquetípica y la mitología. Al respecto, Enrique Pardo señala: ''Se dice que la mitología son los sueños de una civilización, cómo funciona es lo que me interesa. Pretendo -expresa el director artístico- que el trabajo escénico sea el sueño del momento, el sueño de la sociedad que estamos haciendo, y que devuelva a la sociedad los elementos que manifiesta de una forma que interrogue, que inquiete, que le dé placer. Pantheatre no es un teatro realista o de diálogo naturalista, es uno en el que el diálogo está acompañado de la fantasía que tiene una persona de otra con recuerdos de hace mil años. Se mezclan las realidades'', y hasta cierto punto ayudan a comprender más la situación actual.

El trabajo que propone el Pantheatre demanda al espectador la disposición de "estar presente y compartir con los actores una aventura sicológica imaginaria. Que no espere a que los actores le den toda la información. Los actores va a aventurarse dentro de una obra y van a tratar que el público la comparta. Tanto público como actores van a compartir riesgos sicológicos, emotivos y culturales".