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México D.F. Domingo 26 de octubre de 2003

REPUBLICA DE PANTALLA

Jenaro Villamil

Juárez, crímenes de odio

La opinión pública frente al feminicidio

Paraje San Juan, litigio mediático

LA TARDE DEL MARTES 21 de octubre se halló el cuerpo sin vida de Jesús Olivares Pérez, un supuesto periodista, asesinado en el cruce de las avenidas Panamá y Hermanos Escobar, en Ciudad Juárez. Olivares Pérez portaba una credencial vencida con las siglas de la AMPAC, de Durango. La Policía Judicial estableció que fue asesinado de un disparo en el rostro. La prensa local reportó que no se le reconocía como trabajador de algún medio, "pero se sabe que habitualmente deambulaba por las oficinas de la PGR en Juárez", según un reporte del vespertino El Mexicano, del 24 de octubre.

ESTE NUEVO CRIMEN sugiere mensajes inquietantes. Olivares Pérez es ejecutado tres días después que el gobierno federal nombrara a Guadalupe Morfín como nueva comisionada nacional para Ciudad Juárez y una semana después que la fiscalía mixta para homicidios de mujeres acusara a un "periodista" de ser el responsable de haber visitado a la señora Evangelina Arce para pedirle una foto de su hija Silvia, desaparecida en julio de 1998, con el objetivo de "identificarla" en el anfiteatro juarense, donde por lo menos existen 70 cuerpos de mujeres asesinadas (La Jornada, martes 14 de octubre 2003, p. 46).

EL HECHO ES un botón de muestra del ambiente enrarecido que se ha apoderado de la ciudad fronteriza. Mientras las autoridades municipales, estatales y federales se quedan pasmadas y son acusadas de complicidad por "negligencia criminal" en esta historia de 10 años de feminicidio, los medios de comunicación, nacionales y extranjeros, han avanzado más rápido que las autoridades. El nombramiento de Morfín representa una de las pocas buenas medidas que ha adoptado el gobierno federal frente a la falta de credibilidad y el hartazgo crecientes. A pesar de su falta de atribuciones claras y de un presupuesto magro frente al tamaño del desafío, la ex ombudsman de Jalisco ha tenido muy buena recepción mediática, con excepciones claras que reflejan el descontento del gobierno de Chihuahua y de sectores dentro del gobierno federal que no quieren que se arroje luz sobre los crímenes. Su nombramiento, apuntó CNN, "ocurre después de que funcionarios similares encargados de atender otros sonados casos de violaciones a los derechos humanos en México no obtuvieron resultados". Televisa, Tv Azteca, Canal 40 y Canal Once destacaron la buena recepción de organizaciones civiles y de familiares de las víctimas al nombramiento.

ESTE SERA UNO de los desafíos fundamentales de la comisionada: mantener una línea de comunicación constante, transparente con los sectores que han sido hostigados e ignorados por las autoridades, pero que han ido ganando la batalla de la credibilidad en la opinión pública.

ESTE FENOMENO DE opinión pública ha tenido, por lo menos, tres tendencias en los recientes diez años:

1. DE LA INDIFERENCIA inicial al escándalo internacional. Hasta antes de noviembre de 2001, fecha en que se hallaron ocho osamentas de mujeres arrojadas en un lote baldío de Ciudad Juárez, en la zona más céntrica, los medios reservaron la historia a las páginas de la nota roja. Excepcionalmente, medios como La Jornada, periódicos de la frontera, como El Norte de Ciudad Juárez y reporteros independientes alertaron desde mediados de los noventa que lo que estaba sucediendo no eran crímenes comunes, sino un patrón de exterminio contra mujeres jóvenes, morenas, trabajadoras de maquiladoras, abusadas sexualmente, y que la falta de investigación culpabilizaba a integrantes del gobierno de Francisco Barrio y, desde 1998, al de Patricio Martínez. Fue hasta que se generó la constante visita de organismos internacionales, como la CIDH, la ONU o Amnistía Internacional, que el escándalo creció, y junto a él otro riesgo: el estigma que criminalizaba a Ciudad Juárez como si se tratara sólo de un asunto fronterizo y no de una emergencia nacional. En este periodo han aparecido más de 50 mujeres asesinadas. En paralelo, la organización Casa Amiga calcula que han estado por lo menos 80 medios extranjeros, tanto electrónicos como impresos, reportando lo que sucede. La revista francesa L'Humanité, por ejemplo, publicó en su portada de este 22 de octubre un reportaje de Francoise Escarpit titulado La sangre de las mujeres, que establece un seguimiento puntual de las anomalías. Hasta programas televisivos de corte frívolo, como El show de Cristina, han tenido en sus estudios a madres y lideresas de organizaciones civiles. En México, Canal Once transmitió el 22 de octubre en su barra Diálogos en confianza un programa de tres horas con el tema Juárez, ni una muerta más. Entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre se realizará una conferencia en la UCLA con el título ƑQuién es el asesino de mujeres en Ciudad Juárez? En este terreno, la globalización mediática ha operado como un elemento de presión para que la historia abandone el tratamiento sensacionalista de la nota roja y se convierta en un tópico de los medios informativos extranjeros y nacionales.

2. DE "LAS MUERTAS de Juárez" al feminicidio. Los medios han pasado de clasificar la historia como "las muertas de Juárez" -título genérico de un sexismo nada velado que evita hablar de crímenes- al de feminicidio, y todavía con menos fuerza el de crímenes o delitos de odio. En el cambio conceptual radica la importancia del fenómeno de opinión pública: no se trata sólo de "muertas", cuyos cuerpos son hallados en circunstancias sospechosas, o de víctimas que son corresponsables de su destino por "su estilo de vida" -como lo manejó el gobierno de Francisco Barrio-, sino de crímenes de odio contra mujeres pobres que, por el hecho de serlo, merecen no sólo ser secuestradas, abusadas sexualmente, mutiladas y arrojadas en lotes baldíos, sino ignoradas o relativizadas por las autoridades ministeriales. El problema es que ni siquiera existe certeza sobre el número exacto de crímenes ni sobre la identidad de las víctimas, mucho menos credibilidad sobre los inculpados. Este es un ingrediente fundamental de los crímenes de odio: la impunidad de los asesinos, compartida por las autoridades policiacas y ministeriales.

3. DEL ESTIGMA JUARENSE al problema nacional. El tercer cambio de enfoque apenas está operando. No se trata sólo de Ciudad Juárez, sino de un feminicidio que se reproduce en ciudades como Chihuahua, León, Torreón, Nogales, Guadalajara y Tijuana, sitios en donde el crimen organizado ha penetrado todo. No es el estigma juarense, sino la viabilidad del estado de derecho lo que está en juego.

Los nombres de presuntos implicados en la historia de Ciudad Juárez comienzan a aparecer. Y no se trata de personajes menores. Sergio González Rodríguez, durante la presentación de su libro Huesos en el desierto, el 16 de octubre, mencionó que las autoridades deben interrogar a personajes como Manuel Sotelo, poderoso empresario transportista; Arnoldo Cabada, concesionario de la televisora Canal 44; Miguel Lerma Candelaria, ex funcionario del PRI; Miguel Angel Fernández, dueño de la embotelladora ARCA; Jorge Hank Rohn, propietario de establecimientos de apuestas; Tomás Zaragoza Fuentes, propietario de la empresa Gas Natural, y Valentín Fuentes Téllez, del Grupo Imperial de Ciudad Juárez y, según otras fuentes, vinculado a un personaje que conoce muy bien el gobierno federal: Lino Korrodi. Como estos personajes mencionados ya en reportes e investigaciones periodísticas, otros irán saliendo a la luz pública, incluyendo a instituciones tan enigmáticas como la escuela de computación Ecco, que tiene sede también en León, o empresas maquiladoras de zapatos que contratan a mujeres que luego son asesinadas. Por lo menos, el gobierno de Vicente Fox no puede hacerse el sordo y dejar que toda la investigación real quede en manos de los medios y no de las instancias ministeriales.

Paraje San Juan


EL LITIGIO DEL gobierno de Andrés Manuel López Obrador con la Suprema Corte de Justicia por el pago de mil 800 millones de pesos de indemnización a los presuntos dueños del Paraje San Juan, en Iztapalapa, ya alcanzó al conflicto entre medios. El jueves 23 de octubre, el periódico La Crónica cabeceó así su nota: Un bufón con credencial de periodista hace la barba a López. La nota se refería al capitán Guarniz, del programa El Mañanero, de Canal 4, que apareció en el seminario-taller que el jefe de Gobierno organizó esta semana. El capitán Guarniz apareció con una manzana de buena conducta y cumplió con la tarea de López Obrador: descifrar quién es el Chupacabras involucrado en el caso. Ni tardo ni perezoso, Brozo tronó así en su emisión matutina: "Mándenme a alguien en serio, de este tamaño. No me estén dando madracitos de a peso, sean hombres por segunda vez en su vida, méndigos, y manden a alguien que tenga la capacidad de demostrar, que tenga la hombría de que nosotros le estamos haciendo el mandado a alguien".

MAS ALLA DE la anécdota, lo real es que el conflicto por el Paraje San Juan ha ido escalando en los medios, y para sorpresa de los demoscopistas, el jefe de Gobierno capitalino ha logrado un peculiar éxito mediático: colocar en la agenda informativa este asunto, ventilar públicamente un complejo conflicto judicial, recordar que la ciudad de México ha sido no sólo un botín inmobiliario, sino también una suma de irregularidades jurídicas que le pueden costar su propio cargo. El litigio mediático se ha convertido así en uno de los fuertes de López Obrador, quien pocas semanas antes se colocó un autogol mañanero que le cobraron los propios medios: se definió como "indestructible".

La caida de lectores


EN SU EDICION más reciente, la revista Expansión publica un reporte de Roberto Fuentes Vivar que documenta, con las propias cifras del INEGI, que en tan sólo dos años un millón de familias dejó de leer periódicos y otras 350 mil ya no adquieren revistas. Cita una encuesta del instituto que revela que si en el año 2000, 4 millones 100 mil hogares compraban periódicos de manera constante, la cifra se redujo a 3 millones 182 mil familias en 2002. Es decir, uno de cuatro hogares dejó de comprar periódicos. En 2000, cada mexicano destinaba, en promedio, 3.70 dólares al año en compra de periódicos. En 2002, la cifra se redujo a 2.91 dólares.

LOS DATOS SON más dramáticos en relación con la baja de consumidores de libros. En 2000 fueron 760 mil 846 las familias que dijeron tener la costumbre de adquirir libros, pero dos años después el número cayó a 673 mil 772, aunque el gasto haya aumentado de 708 a 918 millones de pesos.

EN CONTRASTE, EL gasto en televisión por cable pasó de mil 483 millones trimestrales en 2000, a mil 936 millones, con todo y que DirecTv reportó una pérdida de 10 por ciento de sus suscriptores.

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