Jornada Semanal, domingo 5 de octubre del 2003        núm. 448

NAIEFYEHYA

LIMOSNEAR, EXTORSIONAR
Y HOSTIGAR CON LA FRENTE EN ALTO

¿SE RINDE HUSSEIN?

Cuando esto se escribe corre el rumor de que Saddam Hussein ha comenzado a negociar con las fuerzas de ocupación. Según Paul Martin, en el británico The Daily Mirror, del 21 de septiembre, Hussein envió el 12 de septiembre a un enviado a negociar con las tropas de ocupación en Tikrit un salvoconducto para huir a la ex república soviética de Bielorrusia, uno de los poco lugares que supuestamente aún están dispuestos a recibir al tirano caído en desgracia. A cambio, Hussein ofrecería información acerca de armas de destrucción masiva y sobre el paradero de docenas de millones de dólares que tomó prestados del Banco Nacional antes de la caída de Bagdad. Según el reporte, Hussein está en movimiento constante, nunca pasa más de dos horas en un solo lugar, va disfrazado de campesino y se aloja con líderes tribales fieles o con civiles intimidados. El enviado de Hussein reveló a las tropas de ocupación la localización de uno de los jefes de seguridad de Hussein, quien estaba en contacto con su jefe por radio. De acuerdo con Martin, Hussein se ha mantenido en contacto por medio de esa radio con los mandos estadunidenses, los cuales sólo están ganando tiempo ya que la Casa Blanca no está dispuesta a negociar. De acuerdo con el corresponsal en Bagdad, Saddam en su último mensaje grabado mandó una señal a Bush: "Hay quienes le mintieron, pero usted creyó esas mentiras", con lo que planteaba una posible salida "honrosa" para ambos. Como era de esperarse, pocas horas después de publicada, esta revelación fue repetida en cientos de sitios en la red y posteriormente fue retomada por agencias y canales noticiosos, especialmente en Oriente Próximo. La intención podría ser mostrar que el gobierno de Bush tiene acorralado a Hussein e insinuar un progreso en la pacificación de Irak.

NUEVAMENTE BUSH ANTE LA ONU

Independientemente de su veracidad, las noticias de un Hussein desesperado parece otro oportuno golpe propagandista. Bush se presentó en la sede de la onu para promover su campaña de extorsión, intimidación y soborno a otras naciones para que cooperen con la "coalición" en la invasión de Irak. Bush llegó con las manos vacías, sin armas de destrucción masiva, con Irak hundido en el caos y convertido en "trampa para terroristas" (en palabras de los propios neoconservadores), habiendo aceptado que Hussein no tuvo nada que ver con los atentados del 11 de septiembre y con una tasa en aumento de muertes iraquíes y de los soldados de la ocupación. Bush presentó las recientes guerras de agresión lanzadas por su administración como éxitos, actos liberadores que no únicamente beneficiaban a afganos e iraquíes sino al mundo entero. En su discurso ante la Asamblea general, el presidente estadunidense dijo que los "asesinos" y no la invasión habían hecho de Irak la línea de frente de la guerra contra el terrorismo. Dijo que las fuerzas de ocupación se dedicaban a reconstruir escuelas y hospitales y a establecer la primera institución de gobierno auténticamente representativa en la historia de ese país. Bush repitió su delirante cuento de que una vez establecida la democracia en Irak millones verán que la libertad y la igualdad son posibles en Oriente Próximo. En su discurso no se retractó, no explicó sus fracasos, no lamentó las inútiles pérdidas humanas, no condenó el "olvido" de una estrategia para la postguerra, no mencionó que hasta su principal títere, Ahmed Chalabi, se ha rebelado. Si bien nadie esperaba a un Bush arrepentido, muchos tenían esperanzas de que ante la catástrofe desatada en Irak el presidente estadunidense presentaría por lo menos un plan preciso de acción para involucrar a la comunidad internacional, reconocería como "errores" las mentiras y distorsiones que usaron su gobierno y el gobierno británico para lanzar la guerra.

DEFINITIVO: DAVID KELLY SESUICIDÓ

Las investigación Hutton de la sospechosa muerte del inspector de armas de destrucción masiva, David Kelly, comentada en estas páginas anteriormente, tuvo el resultado más obvio y conveniente al gobierno de Blair: Kelly se suicidó, ya que se encontraba inestable, frustrado y desesperado. Como dijimos antes, el caso Kelly sirvió para distraer la atención y garantizó que el gobierno de Blair no fuera investigado por haber engañado al público, ni por sus comunicaciones secretas con el gobierno de Bush previas a la guerra. Mientras, la opinión pública en Inglaterra ha dado un vuelco y ahora apenas un veinte por ciento cree que la guerra fue justificada. Pero si bien para muchos la aventura colonial angloestadunidense ha quedado desnudada como un atropello a la soberanía de las naciones, una monstruosa provocación y una flagrante violación de los derechos humanos de millones, para otros, como el administrador civil en Irak, Paul Bremmer, se trata de "proteger a la civilización", con lo que finalmente sucumbió a la tentación de recuperar el dogma con que las potencias imperiales europeas justificaron durante siglos su pillaje, devastación y abuso de las Américas, Asia, África y Oceanía. En fin, como dicen que dicen los bushistas: "el verdadero misterio de todo el asunto de Irak es saber cómo llegó el petróleo estadunidense a meterse debajo de tanta arena".