La Jornada Semanal,   domingo 5 de octubre  del 2003        núm. 448
Marinero sin mar

Sophia de Mello

Lejos el marinero tiene
una serena playa de manos duras
pero perdido camina en las oscuras
calles de la ciudad despiadada

Todas las ciudades son navíos
cargados de perros aullando a la luna
cargados de enanos y muertos fríos

Y él va oscilando como un mástil
en sus hombros se apoyan las esquinas
va sin aves ni olas repentinas
solamente sombras nadan en su rastro

A las confusas redes de su pensamiento
se prenden oscuras medusas
muerta cae la noche con el viento

Y asciende por ocultas escalinatas
y regresa por calles sin nombre
por la misma oscuridad conducido
con pupilas transparentes y de vidrio

Va por los continuos corredores
donde los polvos de la sombra lo estrangulan
y las luces como peces voladores
lo alucinan

Porque él tiene un navío pero sin mástiles
porque el mar se secó
porque el destino borró
su nombre de los astros
porque su camino se extravió
su triunfo vendido
y él tiene las manos pesadas de desastres

Y es en vano que él se yergue entre las señales
buscando la luz de la madrugada pura
clamando por el viento que hay en el muelle

Ningún mar lavará el asco de su rostro
las imágenes son eternas y precisas
en vano llamará por el viento
que derecho corre por las playas lisas

Él morirá sin mar y sin navíos
sin rumbo distante y sin mástiles esbeltos
morirá entre paredes grises
fragmentos de brazos y restos de cabezas
flotarán en la penumbra de las madrugadas lentas

Y al Norte y al Sur
y al Este y al Poniente
los cuatro caballos del viento
sacuden sus crines

Y el espíritu del mar pregunta:

"¿Qué se hizo de aquel
a quien yo guardaba un reino puro
de espacio y de vacío
de olas blancas y hondas
y de verde frío?

Él no dormirá en la arena lisa
entre medusas, conchas y corales

Él dormirá en la podredumbre
y al Norte y al Sur
y al Este y al Poniente
los cuatro caballos del viento
exactos y transparentes
lo olvidarán

Porque él se perdió de lo que era eterno
y separó su cuerpo de la unidad
y se entregó al tiempo dividido
de las calles sin piedad

Traducción de Miguel Ángel Flores