Víctor M. Quintana S.

Piedra en el zapato, agujero en el calcetín

Buen indicador del foxismo: Ricardo Aldana está en libertad y sigue siendo senador, en tanto Armando Villareal Martha acaba de ser sentenciado a cinco años de prisión.

No es necesario abundar sobre el senador de la República y líder petrolero. A pesar de las graves acusaciones de peculado y peculado electoral que penden sobre su cabeza, las maniobras priístas, la tibieza panista -o los arreglos vergonzantes- y la irresponsabilidad de algunos diputados faltistas lo hacen un ejemplo claro de impunidad andante.

Armando Villarreal es mucho menos conocido. Tal vez por eso no se libró de la cárcel. Es un dirigente campesino del Comité Pro Mejoramiento del Agro Nacional, organización surgida en el noroeste de Chihuahua hace ya casi tres años, extendida luego a varias partes de la República.

Luego de 14 meses en la cárcel, Villarreal Martha acaba de ser sentenciado a cinco años de prisión por el juzgado sexto de distrito. Ha sido encontrado penalmente responsable de los delitos de robo calificado, motín, amenazas y daños. Como el primer delito es considerado grave, el líder campesino no tiene derecho a la libertad bajo fianza.

Desde marzo de 2001 los agricultores de riego por bombeo de Chihuahua empiezan a rebelarse contra las altas tarifas de energía eléctrica. Desesperados por la falta de respuestas oficiales y la prepotencia de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) realizan numerosas acciones de presión. Ocupan oficinas de la paraestatal; impiden cortes de energía, reconectan por la fuerza los pozos. Toman puentes internacionales, ocupan aduanas, bloquean carreteras. En más de una ocasión la cerrazón del gobierno y de sus funcionarios los hacen acudir a medidas más enérgicas y hasta enfrentamientos físicos.

Pero no sólo protestan. Son estos agricultores, dirigidos por Armando Villarreal Martha y Carlos Chávez, quienes presentan y promueven ante la Cámara de Diputados la iniciativa de Ley de Energía para el Campo. Con sólidos estudios como fundamento, y propuestas viables de reducción a las tarifas, logran el apoyo de todos los grupos parlamentarios. Sus movilizaciones y sus cabildeos tienen éxito y dicha ley es aprobada por unanimidad en el Congreso de la Unión en diciembre pasado. Con el nuevo marco jurídico -que todavía no se reglamenta, por cierto- sientan las bases para que no se disparen las tarifas para riego agrícola. La promulgación de la ley viene a ser la mejor prueba de la justeza de la lucha de Villarreal Martha y de sus compañeros.

Todo mundo se pone la medalla de la nueva ley. Pero a Armando se le deja en la cárcel. Su caso es presentado varias -muchas- veces en las comisiones de negociación previas a la firma del Acuerdo Nacional para el Campo entre los agrupamientos campesinos y la Secretaría de Gobernación. La respuesta de Bucareli es típica de los políticos: "es un caso complicado". Hacen visitas al Cereso de Ciudad Juárez, se le sugieren vías para obviar la solución del problema. Se le pide al secretario Creel se negocie con CFE y la Secretaría de Hacienda, partes acusadoras de Armando, que retiren sus demandas. Sólo hay respuestas verbales educadas y ninguna acción efectiva.

Algunas organizaciones campesinas señalan en aquellos momentos que no puede ponerse como condición la libertad de Armando para firmar el Acuerdo Nacional para el Campo, porque toda una serie de avances importantes "serían rehenes de esa demanda". Se firma el acuerdo con la promesa gubernamental de hacer todo lo posible por solucionar el caso de Villarreal Martha. A cinco meses de distancia, ni aquél se ha cumplido en sus cláusulas fundamentales, y a éste, lejos de liberarlo, se le sentencia a cinco años de prisión.

En cambio, Ricardo Aldana ha tomado en rehén al país entero. El PRI ha canjeado su impunidad por el apoyo a los tan postergados acuerdos nacionales. Y el PAN-foxismo ha aceptado. Es la doble moral que gobierna la República. Todo el poder de la ley contra los luchadores sociales que defienden causas incuestionables. Todas las mañas y las artimañas para favorecer a los más oscuros emisarios del antiguo régimen y cimentar en la impunidad de éstos los acuerdos para crear un país de leyes.

Armando Villarreal Martha clama desde el Cereso de Juárez que, como primer preso político del gobierno de Fox, seguirá luchando y se convertirá en "una piedra en su bota"... Por su parte, Ricardo Aldana y sus cómplices priístas se han convertido en el agujero en el calcetín de quienes prometieron cambiar este país desde una nueva ética pública.