Banco Chinchorro, modelo de reserva natural con futuro

El 19 de julio de 1996 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto que otorga a la región conocida como Banco Chinchorro y aguas oceánicas adyacentes el carácter de reserva de la biosfera. La región está localizada frente a las costas del municipio Othón Pompeyo Blanco, en el estado de Quintana Roo. Esa fecha marca la culminación de una larga ruta que comenzó en la primera mitad de la década de los noventa, cuando diversos actores interesados en Banco Chinchorro realizaron propuestas para que fuera declarado área natural protegida.

Entre los trabajos realizados en la reserva se ha compilado un lista de 778 especies, de las cuales el 58 por ciento es fauna marina, el 14 es fauna terrestre, el 18 es flora marina y el 10 por ciento, flora terrestre.

La presencia en la reserva de la biosfera Banco Chinchorro de ecosistemas que son relevantes para los procesos de reproducción, crianza y desarrollo de especies de importancia ecológica y/o económica (arrecifes de coral, pastos marinos, manglares, playas arenosas y zonas de arenales) le confieren gran valor a la zona.

La pesca es la actividad económica de mayor relevancia en Banco Chinchorro y se ha llevado a cabo por más de cuarenta años. Las especies de mayor importancia económica son el caracol rosado (Strombus gigas) y la langosta (Panulirus argus), además de algunas especies de escama.

Todas las características antes mencionadas, integradas como parte de los procesos dinámicos en los que existe intercambio de materiales y energía, hacen de Banco Chinchorro un lugar de características únicas.

Con la finalidad de ampliar el alcance y representatividad de las áreas naturales protegidas, se le ha dado recientemente mayor énfasis a las áreas costeras y marinas, dado que las estrategias de conservación estaban dirigidas a áreas terrestres. Por eso se ha considerado a los sistemas arrecifales como el del Caribe, donde se ubica la reserva de la biosfera Banco Chinchorro.

Los grupos desde entonces involucrados son el sector pesquero, turístico, gubernamental y académico, los cuales se han comprometido a apoyar el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales para garantizar su permanencia y seguir disfrutando por tiempo indeterminado los variados beneficios sociales, económicos y ambientales que aportan.

El Instituto Nacional de Ecología destinó recursos financieros para el manejo de la reserva para poder contratar una plantilla básica de cinco personas con los recursos mínimos indispensables para la operación. Como muestra de la cooperación interinstitucional en beneficio de los recursos naturales de la zona, la Federación de Sociedades Cooperativas de Producción Pesquera de Quintana Roo donó una lancha tipo ballenera de 25 pies de eslora con un motor de 75 caballos de fuerza para apoyar la operación y la supervisión de las actividades que se realicen en el área. La Secretaría de Marina instaló una unidad de vigilancia permanente en Cayo Norte y apoya con personal las acciones de los inspectores; así mismo, participará en los estudios científicos a través de la Dirección General de Oceanografía Naval. El Instituto Nacional de la Pesca, a través del Centro Regional de Investigaciones Pesqueras de Puerto Morelos, estableció un convenio con el Instituto Nacional de Ecología para el uso del barco de investigaciones pesqueras BIP-VIII en las actividades operativas y de apoyo a la investigación que se desarrollen en el área natural protegida. Además, se cuenta con el apoyo de diversas organizaciones no gubernamentales interesadas y comprometidas en la conservación y uso sustentable de la Reserva, entre las que destacan Amigos de Sian Ka’an, AC y Guardianes de Chinchorro, AC.

Este programa de manejo ha sido elaborado con base en la participación activa de los miembros del Consejo Técnico Asesor, constituido el 17 de octubre de 1998, en el que se contó con la participación desinteresada de muy diversas instancias del sector académico, pesquero, turístico y de los tres niveles de gobierno, con un enfoque multidisciplinario. Después de diversas reuniones específicas con el sector pesquero y con el Consejo Técnico Asesor se aprobó, por consenso, este programa de manejo en febrero del 2000.

Ubicación

Esta reserva de la biosfera se localiza al este de la costa del municipio Othón Pompeyo Blanco, a 100 kilómetros al norte de las islas Turneffe y del arrecife Lighthouse de Belice. Esta área se encuentra en mar abierto, a 30.8 kilómetros del poblado costero de Mahahual, que es el punto continental más cercano, y está separada de la costa por un canal de mil metros de profundidad. Tiene una superficie de 144 mil 360 hectáreas, que incluyen formaciones arrecifales, laguna arrecifal, cayos lobos, centro y norte y aguas oceánicas adyacentes. El arrecife tiene forma elíptica irregular, el eje longitudinal es de 43 kilómetros y su eje transversal es de 18 en su parte más ancha. La tenencia de la tierra es federal.

Problemas del área Biológicos

Los inventarios faunísticos y florísticos con los que se cuenta en la reserva son parciales. Se desconoce la composición del zooplancton, fitoplancton, microzoobentos y microfitobentos, entre otros, así como de grupos taxonómicos de los cuales no se tienen registros; tal es el caso de los equinodermos, medusas, anémonas, arácnidos, insectos y mamíferos.

El blanqueamiento y otras enfermedades de los corales pétreos es un fenómeno que preocupa a pescadores, científicos y manejadores de los recursos naturales. Desafortunadamente, aún no se cuenta con información sistemática para determinar o evaluar la magnitud del problema en Banco Chinchorro. El personal de la reserva ha constatado la existencia de enfermedades tales como: banda negra, banda amarilla y banda blanca causantes de mortandades masivas en países de la región como Belice.

Por sus características biológicas, la reserva es un laboratorio natural, prácticamente inalterado, parcialmente conocido e incluso desconocido en muchos de sus aspectos, para desarrollar investigación científica innovadora y de calidad enfocada tanto a la ejecución de inventarios florísticos y faunísticos que enriquezcan y actualicen los existentes, como para entender detalladamente las relaciones y procesos biológicos y ecológicos que se desarrollan en su seno.

Actualmente se efectúan diversas investigaciones científicas dentro de la reserva, en las que trabajan varias instituciones.

Entre las principales líneas de investigación sobresalen la ecología de poblaciones y/o comunidades, biología básica de la especie, manejo y conservación de flora y fauna, monitoreo biológico, ambiental y/o de ecosistemas, pesquerías, erradicación de fauna introducida (en Cayo Centro y Cayo Norte fueron introducidos gatos y ratas que constituyen un grave problema pues desequilibran estos ecosistemas.), conectividad, valoración económica de la biodiversidad presente en el área, valoración económica de los servicios ambientales en el área, fortalecimiento de las organizaciones sociales en la reserva, aplicación de instrumentos socioeconómicos para la conservación de la misma.

Banco Chinchorro está nominado ante la UNESCO como sitio de patrimonio mundial (world heritage) y como sitio RAMSAR para la protección de aves migratorias y humedales. Recientemente fue designado como sitio MAB (Man & Biosphere). Es además uno de los 15 sitios prioritarios de la iniciativa del Sistema Arrecifal Mesoamericano (Mesoamerican Barrier Reef System), apoyada por el Banco Mundial y firmada por Honduras, Guatemala, Belice y México, además de otros reconocimientos regionales y nacionales apoyados por el gobierno federal y organizaciones no gubernamentales.

Pesca

La pesca ilegal es un problema continuo en el cual están involucrados principalmente pescadores nacionales, aunque ocasionalmente también es realizada por extranjeros. Se desconoce, incluso, la magnitud del problema, pero sí se tiene conocimiento de que ocurre todo el año, especialmente en época de veda de langosta y caracol.

El problema causa irritación entre los pescadores autorizados quienes están conscientes que daña los diferentes recursos pero principalmente la población del caracol y, en consecuencia, su fuente de ingresos. La veda que plantearon sostener durante dos años a la pesca de la especie fue impulsada por ellos mismos, pues se dieron cuenta del abatimiento del recurso y que, de no tomar medidas responsables, la pesquería dejaría de ser rentable.

La actitud de los pescadores legales, encaminada a evitar la pérdida de su base económica, es un buen indicador de la disponibilidad que tienen para realizar acciones que contribuyan a un buen manejo de la especie. Esta actitud ha sido tomada seriamente por el personal de la reserva a fin de incorporar los intereses de ese sector productivo en las estrategias de manejo del caracol, la langosta del Caribe y las especies de escama.

Otro aspecto que causa inquietud en el sector de las cooperativas es la incursión de los pescadores libres en el sistema arrecifal, pues solamente están autorizados a efectuar sus capturas por lo menos a un kilómetro de distancia del arrecife hacia mar abierto.

En cuanto a los pescadores de las cooperativas, la problemática radica en aspectos tales como el número real de los que realizan actividades dentro de la reserva, el número de embarcaciones, los motores y artes de pesca utilizados.

Para combatir las actividades de pesca ilegal, la Dirección de la Reserva trabaja conjuntamente con la Secretaría de Marina y con la Secretaría de Agricultura, Pesca y Alimentación para mantener vigilancia en el área y desarrollar operativos especiales enfocados a abatir la pesca furtiva. Ambas dependencias están fuertemente comprometidas en la consecución de este objetivo. La Secretaría de Marina ha destacado cuatro elementos en el área para mantener una presencia y contar con vigilancia permanente.

Turismo

Las actividades recreativas aún no representan una amenaza para la salud del sistema arrecifal, pues se realizan en forma esporádica con impacto de escasa magnitud. Esta situación es una excelente oportunidad para el diseño y aplicación de medidas que garanticen que su desarrollo se lleve de manera ordenada, controlada y sustentable. Las actividades turísticas deberán hacerse siempre en coordinación con los sectores interesados y bajo la supervisión del personal de la reserva; de tal forma que el buceo libre o autónomo, los paseos y la observación de la fauna terrestre sean fuente de beneficios económicos y se evite el deterioro de la biodiversidad submarina y terrestre.

Las actividades turísticas se controlan mediante un sistema de permisos federales que los prestadores de servicios interesados en trabajar el área deben tramitar ante la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas por conducto de la dirección de la reserva.

En virtud de la inconveniencia de incrementar el esfuerzo pesquero en el área y dada la vocación turística de la región se promueve en las nuevas generaciones de gente del mar el aprovechamiento de oportunidades en el rubro del ecoturismo. De esta forma, algunos miembros de las cooperativas pesqueras de Banco Chinchorro han constituido tres cooperativas de servicios turísticos para atender la todavía incipiente demanda del turismo. La Dirección de la Reserva apoya esta iniciativa a través de un programa de capacitación que permita a los miembros de estas cooperativas contar con los conocimientos y habilidades necesarias para ser partícipes de los beneficios de dicha actividad.

Navegación y señalamiento

El conocimiento disponible sobre la magnitud, distribución y comportamiento de las mareas y corrientes dentro de la laguna arrecifal y en la zona marina aledaña a la reserva es muy limitado y no sistematizado, de tal forma que no existen cartas actualizadas para la navegación en la zona y el monitoreo del sistema arrecifal. También se carece de señalamientos relativos a los canales de circulación en el interior de la laguna.

Próximamente se instalará un sistema de boyas de demarcación, de acuerdo a la zonificación de la reserva, que facilitará las actividades náuticas y el reconocimiento de las áreas restringidas. Asimismo, se trabaja en la instrumentación de un sistema de señalamiento terrestre que ayude a difundir los valores del área protegida y la normatividad que aplica para su conservación.

Se cuenta con una carta batimétrica actualizada por el proyecto SISIERRA (2002); sin embargo, la navegación dentro de Banco Chinchorro es complicada debido a la distribución en parches del arrecife al interior de la laguna arrecifal.

Asentamientos humanos

La construcción de los palafitos y cabañas en Cayo Centro se ha realizado de manera independiente y según los intereses de cada uno de los pescadores, lo que resulta en una ocupación caótica y desordenada del espacio y en algunos casos en el deterioro de la vegetación. Además, no cuentan con mecanismos de disposición ecológica de aguas residuales, por lo que representan una fuente de contaminación. Por otro lado, la acumulación de desechos y desperdicios provenientes de la pesca y de las actividades humanas cotidianas realizadas en la reserva son problemas que deben eliminarse y evitar su repetición y diseminación en los otros cayos.

Además de los problemas de contaminación, las corrientes marinas provenientes de latitudes menores a las de la reserva acarrean desechos y desperdicios de origen continental y de embarcaciones de carga y de transporte de pasajeros, que recalan en los cayos de la laguna arrecifal o se depositan entre los parches coralinos.

La dirección de la reserva ha recibido financiamiento de la organización internacional Seacology a fin de dotar a los pescadores de Banco Chinchorro con sirdos o letrinas secas. Este programa, que prevé la instalación de estos servicios y la capacitación correspondiente para su adecuado uso, es un importante cambio cultural en la comunidad de pescadores y un logro encaminado a conservar limpio el ambiente.

Los pescadores locales participan activamente con la dirección de la reserva en limpiezas periódicas de playa con objeto de mantener el área libre de desechos.

Lo que se necesita

El tamaño, características biológicas, ubicación geográfica y el buen estado de conservación hacen que la reserva requiera de recursos humanos y financieros suficientes y oportunos para manejarla. La plantilla de personal actual es insuficiente para satisfacer plenamente las necesidades de conservación, monitoreo, difusión, señalamiento, educación ambiental y desarrollo comunitario y sustentable del sistema, lo que señala la importancia de incorporar personal técnico y de apoyo, así como la diversificación de las fuentes de financiamiento.

Con recursos de las fundaciones Summit y Homeland se estableció un fondo patrimonial para la conservación del área, a través del cual se financia el salario de un capitán de barco. El personal de la reserva se compone de cinco personas: director, subdirector, jefe operativo, jefe de proyectos y capitán.

Debido al aislamiento geográfico de Banco Chinchorro y a su posición en la ruta de huracanes y tormentas tropicales, es importante establecer mecanismos que faciliten el conocimiento de las condiciones meteorológicas prevalecientes para incrementar el grado de seguridad de los visitantes, pescadores y del personal de la reserva.

En congruencia con lo planteado anteriormente se incluye en el programa de manejo de la reserva una estrategia global de financiamiento a corto, mediano y largo plazos para fortalecer y enriquecer los programas, proyectos y acciones que permitan avanzar hacia la consolidación de los objetivos de conservación, de manera simultánea a la obtención de beneficios que contribuyan a elevar el nivel de vida de los actores económicos y sociales involucrados con ese ecosistema.

Durante el presente año será inaugurada la estación de campo de la reserva, que se encuentra en su fase final de construcción, para constituirse en un centro de actividades de investigación y educación ambiental estratégico en el Caribe mexicano. Permitirá la presencia permanente del personal de la reserva en el área. La estación tiene capacidad para hospedar a 28 investigadores. Además, cuenta con un salón de usos múltiples que ofrece estancia, área de comedor y cocina equipada con refrigeradores, aparatos y utensilios de servicio.

La estación será el principal centro de investigaciones del Sistema Arrecifal Mesoamericano.

Un barco de 40 pies y tres embarcaciones con motores fuera de borda sirven para los traslados y dan apoyo a investigaciones en curso y actividades de monitoreo y vigilancia. Se cuenta con 10 equipos de buceo, tanques y compresor.

Caracterización física

Banco Chinchorro se localiza en la porción norte de la Provincia del Caribe que se extiende a lo largo de Centro y Sudamérica. Dicha provincia se inicia desde Cabo Rojo, al sur de Tampico, hasta el este de Venezuela y norte del delta del Orinoco. La biota terrestre tiene fuertes afinidades con el continente por lo que se considera dentro de la Provincia Yucatana.

Los arrecifes de esta región tienen grandes semejanzas en la composición de especies y desarrollo biológico; sin embargo, se diferencian de otros sistemas por su fisiografía y la abundancia relativa de las especies, lo que genera patrones de zonificación particulares en cada uno de ellos.

La Gran Barrera Arrecifal ubicada en la costa oriental australiana es la más grande del mundo con más de 2 mil km de longitud. La segunda de mayor tamaño, con aproximadamente mil km, es el Sistema Arrecifal Mesoamericano localizado frente a las costas de México, Belice, Guatemala y Honduras.

En las costas de Quintana Roo se concentra la mayor cantidad de áreas naturales protegidas de México que incluyen sistemas arrecifales coralinos. De éstos, la reserva de la biosfera Banco Chinchorro es la más distante de la costa, la que se encuentra en mejor estado de conservación y constituye el sistema arrecifal más grande del país.

Flora marina: algas y pastos

La composición de la taxocenosis algal está representada por clorofitas, cianofitas, feofitas y rodofitas, que conjuntamente con los pastos marinos y las estructuras arrecifales coralinas contribuyen a incrementar el mosaico de hábitats disponibles para la existencia y distribución de fauna bentónica y nectónica muy diversa.

Los pastos marinos, Thalassia testudinum (pasto tortuga), Syringodium filiforme (pasto manatí) y Halodule beudettei (zacate tortuga) son las fanerógamas más conspicuas. En el ecosistema de la reserva, encuentran albergue las poblaciones de juveniles de dos especies de relevante importancia comercial como son la langosta y el caracol.

Flora terrestre

La diversidad de la flora de Banco Chinchorro es baja por la escasa variación ambiental, el escaso desarrollo de los suelos, la elevada concentración de sales, su pequeña superficie y la gran distancia que lo separa de la costa. Aun así, la concentración de especies es nueve veces superior a la de Cozumel que es mucho mayor y mucho más cercana a la costa.

En la reserva no existen registros de especies endémicas cuya distribución esté limitada a los cayos de Banco Chinchorro; sin embargo, ya que el área está incluida en una provincia florística de mucho mayor tamaño (la península de Yucatán) y que comparte las mismas condiciones ambientales y biológicas, las especies Echites umbellata y Guapira linearibracteata presentes en los cayos corresponden a endemismos a nivel de provincia.

La norma oficial mexicana NOM-059-ECOL-1994 que determina las especies de la biodiversidad nacional que están protegidas, incluye a las cuatro especies de manglar (Rhizophora mangle, Laguncularia racemosa, Avicennia germinans y Conocarpus erectus) presentes en la reserva en la categoría de protección especial, y a la palma chit (Thrinax radiata) en la de especies amenazadas.

Tipos de vegetación

Los vientos del norte y huracanes son de gran importancia en Banco Chinchorro, ya que se ubica en una zona geográfica sujeta periódicamente a la influencia de esos fenómenos que podrían transportar pequeñas semillas de gramíneas, ciperáceas y otras especies.

Las corrientes marinas transportan semillas y propágulos de especies que utilizan ese medio para ampliar su distribución, como es el caso de la palma de coco (Cocos nucifera), el mangle rojo (Rhizophora mangle) y la riñonina (Ipomoea pes-caprae).

En la reserva se encuentran especies que utilizan esta forma para dispersarse, como el chechém (Metopium brownei), chintok (Krugiodendron ferreum), higo (Ficus sp.), mulche (Bumelia americana), pasionaria (Passiflora foetida), tadzi (Guapira linearibracteata), tayche (Capparis indica), tripa de diablo (Selenicerus donkelarii) y xpayunak (Capparis flexuosa).

Los tipos de vegetación presentes en los cayos de Banco Chinchorro corresponden a vegetación halófita o de duna costera y manglar; forman mosaicos complejos con amplia gama de combinaciones. Cayo Centro es el único lugar donde la vegetación se distribuye en bandas orientadas de norte a sur.

Fauna marina

Sobresalen el sistema arrecifal coralino, corales gorgonáceos y esponjas. Se observan en los corales y gorgonáceos un porcentaje elevado (90 por ciento) de sobrecrecimiento de otros organismos como algas, esponjas e hidrozoarios.

Corales

La composición conocida de la taxocenosis coralina está representada por hexacorales, octocorales e hidrozoarios con 95 especies reportadas; entre los escleractíneos dominan Montastrea annularis (montaña), M. cavernosa (cerebro), Porites astreoides (estrella), Agaricia tenuifolia (lechuga) A. agaricites (lechuga), Acropora palmata (cuerno de alce), A. cervicornis (cuerno de venado); mientras que de los gorgonáceos las dominantes corresponden a Eunicea mammosa, E. calyculata, Gorgonia flabellum (abanico de mar), G. mariae, Pseudopterogorgia hummelincki, P. americana (pluma de mar), Briareum asbestinum (dedo) y Plexaura flexuosa (abanico). Los hidrozoarios están representados por Millepora complanata (coral de fuego) y M. alcicornis (coral de fuego).

Al igual que en todos los sistemas arrecifales coralinos en buen estado de conservación, la diversidad de la fauna de Banco Chinchorro es muy alta, incluye numerosos phyla, familias, géneros y especies, con por lo menos 145 especies de macroinvertebrados y 211 de vertebrados, además de los corales.

La NOM-059-ECOL-1994 relativa a las especies protegidas considera al cuerno de alce (Acropora palmata), cuerno de ciervo (A. cervicornis) y a los gorgonáceos Plexaura homomalla y P. dichotoma en la categoría de protección especial.

Otros invertebrados

Los macroinvertebrados son elementos conspicuos del arrecife coralino, incluso son organismos de gran interés científico, turístico y comercial, pero poco se sabe de los que se presentan en la reserva. Los registros disponibles, y que no son exhaustivos, corresponden a 35 especies de esponjas, 78 de gasterópodos, 26 de bivalvos y seis de crustáceos. Faltan por inventariar grupos comúnmente conocidos en otros sistemas arrecifales coralinos. Es el caso de los equinodermos, anélidos, medusas, anémonas, etcétera.

El estudio taxonómico de la fauna zooplántica del Banco Chinchorro, ha permitido la identificación de 36 grupos taxonómicos: foraminíferos, medusas, sifonóforos, ctenóforos, anémonas, gastrópodos, bivalvos, pterópodos, heterópodos, cefalópodos, platelmintos, poliquetos, picnogónidos, cladóceros, ostrácodos, leptostráceos, cirripedios, estomatópodos, eufáusidos, copépodos, decápodos, filosomas, sergéstidos, misidáceos, anfípodos, isópodos, cumáceos, insectos, braquiópodos, equiúridos, equinodermos, quetognatos, ascidias, salpas, apendicularias y peces. Como parte de las familias observadas se encontraron representadas por: Capitellidae, Sabellidae, Serpulidae, Arabellidae, Nereidae, Eunicidae, Cirratulidae, Syllidae, Orbiniidae, Spionidae, Terebellidae, Amphinomidae, entre otras.

De las especies de esponjas encontradas con mayor cobertura son: Xetospongia muta, Iotrocha birotulata y Aplysina cauliformis. La especie con menor cobertura es Cynacra sp.

Vertebrados

Están representados por siete de condrictios (tiburones y rayas), 199 de teleósteos (peces), tres especies de tortugas y dos de cetáceos, la falsa orca Pseudorca crassidens (Friscione com. pers.) y el delfín Tursiops truncatus.

La tortuga caguama (Carettacaretta), la carey (Eretmochelys imbricata) y la blanca (Chelonia mydas). Las tortugas están protegidas por la legislación ambiental en la categoría de especies en peligro de extinción (NOM-059-ECOL-1994) y está vigente la veda total para su aprovechamiento. Es delito de orden federal transgredir las disposiciones legales que las protegen.

Fauna terrestre

Invertebrados

Los invertebrados más conspicuos para el hombre, por las molestias que causan, son los mosquitos Anofeles sp. y el llamado chaquiste, al grado de que se han realizado fumigaciones en Cayo Norte y Cayo Centro para exterminarlos sin obtener los resultados deseados, ya que las poblaciones se recuperan en cortos periodos y se perjudica a otras especies.

La edafofauna y los artrópodos desempeñan un papel trascendental en los procesos ecológicos que se desarrollan en los ecosistemas terrestres, facilitan la degradación y circulación de la materia, la reproducción de especies vegetales y contribuyen a la salud general del sistema.

Vertebrados

La fauna inventariada está dominada por las aves locales y migratorias que utilizan los cayos de manera permanente o durante la época de migración para descansar y alimentarse. Se tienen registradas 96 especies de aves, que se equipara a la diversidad del parque nacional Isla Contoy.

Los reptiles están representados por 11 especies, entre las cuales Anolis similis es un nuevo registro para México.

Otra especie nativa de vertebrado que forma parte de la fauna más conspicua es el cocodrilo americano (Crocodylus acutus) que al parecer es abundante, y el rabihorcado o rabio (Fregata magnificens) como se le conoce en la localidad. Según los reportes de los pescadores esta ave llegó a alcanzar gran abundancia.

Entre las aves existen especies registradas en la NOM-059-ECOL-1994 como sujetas a protección especial. Por ejemplo, la cerceta ala azul (Anas discors) y el gavilán de caminos (Buteo magnirostris); la garza morena (Ardea herodias) es considerada rara; la cigüeña (Mycteria americana), en la categoría de las amenazadas. Dentro de los reptiles, el cocodrilo americano (C. acutus) está catalogado como en peligro de extinción.

En Cayo Centro fue observado un ejemplar de murciélago en el interior de un galerón rústico.

Pocos poblados y habitantes

Mahahual es el principal sitio pesquero y turístico, habitado aproximadamente por 500 personas. Cuenta con dos casetas privadas con servicio telefónico celular de larga distancia, escuela primaria, dispensario médico de la Secretaría Estatal de Salud, varios establecimientos modestos de hospedaje y dos restaurantes. La Secretaría de Marina tiene una unidad naval establecida en el lugar.

La población de pescadores es temporal y puede superar las 100 personas.

En octubre de 1998, el huracán Mitch destruyó 17 palafitos construidos por los pescadores frente a una zona de manglar y 10 cabañas en una zona de playas aledaña, situados ambos en la parte sureste de Cayo Centro. Actualmente cuentan con nuevas instalaciones de mejor calidad que las anteriores.

Aspectos culturales

La historia del territorio que hoy ocupa el municipio Othón Pompeyo Blanco es vasta y está ligada a los acontecimientos ocurridos en la península de Yucatán.

Los primeros pobladores del territorio que actualmente pertenece al municipio fueron los itzaes, que penetraron en la península al decaer la civilización clásica maya (320 a 987 d.C.), dominaron Bacalar y Chetumal hacia el 950. Después de la caída de la Confederación de Mayapán en 1194, comienza el periodo de Mayapán, siendo la tribu de los putunes la que dominó la región.

A la llegada de los conquistadores españoles al territorio del actual Quintana Roo, estaba dividido en cuatro cacicazgos: Ecab, Cochuah, Uaymil (cuyo punto más importante era Bakhalal) y Chactemal.

Chactemal se extendía desde lo que hoy es Bacalar hasta New River, en Belice. Era una zona agrícola que permitió el crecimiento de la ciudad de Chactemal, a orillas del río Hondo. Cuando Francisco de Montejo recorrió el oriente de la península, se sorprendió por su desarrollo agrícola. El viajero encomendó a Alonso Dávila la conquista de Chactemal. La inició en 1531 pero no tuvo éxito; no fue sino hasta 1544 que Chactemal cayó en manos de Pacheco, enviado para esa empresa en 1543 por Montejo.

Durante la colonia, Bacalar fue una de las poblaciones más importantes de la península. En el siglo XVIII fue fortificada para defenderla de los corsarios ingleses y franceses que dominaban toda la costa de Quintana Roo, así como de las incursiones de los ingleses cortadores de palo de tinte.

En 1847 se inició la Guerra de Castas y dos años más tarde los blancos yucatecos recuperaron Bacalar, pero en 1858 vuelve a caer en manos de los mayas. Es hasta 1893 en que Porfirio Díaz, al tratar de resolver los conflictos fronterizos con Belice, firma el tratado Mariscal-Spencer, cuando los mayas pierden su fuente de obtención de material bélico.

En 1891, llegó el almirante Othón Pompeyo Blanco como comisionado del gobierno mexicano para salvaguardar la frontera, para lo cual funda en la bahía de Payo Obispo una ciudad del mismo nombre en honor de fray Payo Enríquez, quien fuera obispo de Guatemala, posteriormente virrey de la Nueva España y visitante de la zona durante la colonia. En 1915, por decisión de Salvador Alvarado, Payo Obispo se convirtió en la capital del territorio y en 1936 fue renombrada como Chetumal.

En 1975, el entonces territorio de Quintana Roo se convierte en estado libre y soberano, al promulgarse su Constitución Política, conservando a la ciudad de Chetumal como su capital. Con estos hechos se establece la división política de la entidad en siete municipios. El de Othón P. Blanco es el de mayor extensión (18 mil 760 km2), equivalentes al 37.16 por ciento del territorio estatal.