295 ° DOMINGO 24 DE AGOSTO  DE 2003
Crimen, corrupción e impunidad en Unión Hidalgo, Oaxaca
Un explosivo coctel
de camarones

MARTA DURÁN DE HUERTA

El asesinato del abogado Carlos Sánchez López –en un robo, según la procuraduría estatal– se suma a los crímenes que han sucedido en una población costera oaxaqueña, luego de que muchos de sus habitantes decidieran oponerse al cacicazgo priísta empeñado en hacer un negocio camaronero que dañaría el ecosistema local

Fotografía: Jesús Villaseca"ARMANDO SANCHEZ RUIZ, dio clara y fuerte la orden: ¡Disparen! Ricardo Ruiz de la Rosa, también. La multitud concentrada en la plaza principal pensó que la policía tiraría al aire, pero no, y los manifestantes fueron cayendo heridos uno a uno. Manuel Salinas Santiago murió. Los zapotecos primero corrieron, después respondieron el ataque con una lluvia de piedras que fue tan tupida que los policías y los funcionarios públicos huyeron. Desde el 13 de febrero del 2003, cuando sucedió este altercado, el presidente municipal de Unión Hidalgo, Oaxaca, Armando Sánchez Ruiz no ha regresado a su oficina.” Relata Sofía Olhovich, miembro de Gubiña XXI A.C., con la mirada fija.

“Cuatro de los nueve policías que dispararon fueron apresados y declararon que Armando Sánchez Ruiz, la noche anterior a la manifestación, les repartió rifles y cartuchos destinados al uso exclusivo del Ejército. Lo que los inconformes exigían en ese fatídico 13 de febrero era la desaparición de poderes y una auditoría a Sánchez Ruiz y a su gabinete.”

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Recapitulemos. Toda la bronca empezó cuando la empresa Camarón Real del Pacífico quiso construir una granja industrial camaronera en tierras comunales sin el permiso de sus dueños y destruyendo los manglares de los cuales depende el equilibrio ecológico de la zona. Los principales accionistas de la camaronera son los caciques de la región.

Los pobladores y dueños de la tierra donde la granja industrial se asentaría, presentaron quejas oficiales en marzo del 2001.Afortunadamente ni la Profepa ni la Semarnat autorizaron el proyecto ecosida, además Camarón Real del Pacífico tuvo que pagar una multa de 25 mil pesos. No sólo se trataba de un rescate ecológico sino de la defensa de las tierras comunales.

La entrevistada afirma a Masiosare: “En enero del 2002 tras una serie de irregularidades al viejo estilo del PRI, llegó a la presidencia municipal de Unión Hidalgo Armando Sánchez Ruiz, quien inmediatamente puso en marcha otro proyecto camaronero llamado Desarrollo Acuícola de Oaxaca Pacífico, que era exactamente el mismo proyecto de la granja industrial, rechazado por los pobladores zapotecos, por la Semarnat y la Profepa, aunque con nuevo nombre.

“Todo el cabildo del priísta de Unión Hidalgo está en los puestos claves de la empresa camaronera. El 6 de marzo de 2003 la Semarnat nuevamente rechazó el proyecto. Aun así, Sonia Remedios López representante de laUnión General de Obreros y Campesinos de México (UGOCEM) en Oaxaca y presidenta de la empresa camaronera declaró abiertamente en los noticiarios locales: ‘Nos importa un carajo el permiso; con o sin Semarnat habrá granja camaronera’".

En su pasado informe de gobierno, el 26 de diciembre del 2002, el presidente municipal Sánchez Ruiz afirmó que contaba con un presupuesto de tres millones de pesos. Sus conciudadanos desconfiaron de las declaraciones. Hicieron cuentas y llegaron a la conclusión de que en los fondos públicos del municipio por lo menos debía haber once millones de pesos, ya que se recibe dinero de la Federación, del Gobierno del estado de Oaxaca, y de los impuestos”.

Sofía continúa: “Se consolidó una organización comunitaria llamada Concejo Ciudadano Unihidalguense y es quien exige una auditoría al municipio ya que tiene la seguridad de que se están malversando los fondos. El Concejo pidió el pasado 10 de enero, por escrito, a la Contaduría Mayor de Hacienda de Oaxaca que tomara cartas en el asunto; ésta respondió el 6 de enero, también por escrito,que enviaría una comisión de investigación el 13 de febrero del 2003, pero esta comisión nunca llegó.

“La manifestación que tuvo como saldo diez heridos y un muerto fue para exigir la aplicación de la auditoría. Tras la graciosa huida de Sánchez Ruiz, se exigió la desaparición de poderes y justicia por el asesinato de Manuel Salinas Santiago.”

Desde entonces, cada martes y jueves, los pobladores de Unión Hidalgo hacen una marcha para mostrar que no están dispuestos a quitar el dedo del renglón hasta que se cumplan sus demandas.

Los enojados oaxaqueños de Unión Hidalgo emprendieron la desobediencia civil. El 10 de marzo los pobladores cerraron las oficinas “alternas” de Felipe Martínez, regidor de Obras, y lo detuvieron toda una noche. El regidor Martínez al día siguiente levantó un acta por privación ilegal de la libertad.

La guerra entre el Concejo Ciudadano Unihidalguense y las autoridades continúa y los pobladores acordaron en asamblea no permitir ninguna obra municipal mientras no se realice la auditoría.

Fotografía: Rosa Rojas
Luis Alberto Marin, Carlos Manzo y Francisco de la Rosa,
del Consejo Ciudadano Unihidalguense
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Las confrontaciones continuaron y Sofía las relata. “En el barrio donde vivía Manuel Salinas Santiago (quien murió el 13 de febrero a causa de los disparos de la policía), los vecinos se opusieron a la pavimentación de una calle. Convencieron a los trabajadores de que mejor se fueran a casa, pero al día siguiente éstos volvieron escoltados por cuarenta policías que llegaron disparando. Los 150 zapotecos ahí reunidos se defendieron a pedradas y nuevamente hicieron huir a las fuerzas del orden, pero el saldo fue de dos policías heridos de bala, que seguramente en la rebatinga se hirieron entre ellos pues eran los únicos que estaban armados. Por este incidente se levantó un acta por tentativa de homicidio y detuvieron a tres personas: Carlos Manzo, Luis Alberto Marín López y Francisco de la Rosa Gómez. Ellos tienen algo en común: no estuvieron presentes en el lugar de los hechos”.

La detención del maestro Carlos Manzo parece ser un acto de venganza política ya que el economista, especialista en la historia del Istmo de Tehuantepec, había sido uno de los principales asesores del Gubiña XXI, A.C., organización que dio la voz de alarma sobre las camaroneras, y del Concejo Ciudadano Unihidalguense que denunció la malversación de fondos.

Carlos Manzo fue asesor del EZLN durante los Diálogos de San Andrés, por eso es conocido entre los caciques de su tierra como “el zapatista”. Los caciques le odian por dar asesoría a las organizaciones campesinas y a los comuneros en sus proyectos para el desarrollo rural, de agricultura orgánica y para librarse de los coyotes, es decir, los acaparadores e intermediarios abusivos de los productos agrícolas.

El maestro Carlos Manzo también es miembro de la organización Gubiña XXI, A.C. cuya labor es promover la escritura en zapoteco, la reconstitución de la comunalidad zapoteca en la región, la defensa de los bienes comunales y de sus recursos naturales.

El 11 de junio se liberó a Francisco de la Rosa Gómez. Carlos Manzo y Luis Alberto Marín López siguen presos, y el domingo 17 de agosto el abogado Carlos Sánchez López fue asesinado; su cuerpo fue descubierto en Juchitán, Oaxaca, y se presume que los caciques de Hidalgo están detrás del crimen. Carlos Sánchez López era diputado local y dirigente de la Coalición Obrero Campesina y Estudiantil del Istmo (COCEI), así como asesor del Consejo Ciudadano Unihidalguense, además de abogado defensor Carlos Manzo y de Luis Alberto Marín, hasta hoy encarcelados.

El camarón: más daños que beneficios
Fotografía: Jesús VillasecaCualquiera pensaría que una granja camaronera que se dedica a la exportación del crustáceo traería beneficios a la región donde se instala, pero no es así. La producción industrial a gran escala es depredadora. La primera víctima es el manglar, lo que implica la pérdida de especies únicas y de un eslabón elemental en el ecosistema. Ecuador es un gran exportador de camarón del mundo y no ha podido recuperarse de la destrucción ecológica. La acuicultura es responsable de buena parte de la pérdida de los manglares del planeta, constituidos por cerca de 70 especies de árboles y arbustos tropicales y subtropicales que se encuentran entre la tierra y el mar. Crecen en agua salada y dulce y sirven de purificador del agua, de ahí su importancia para mantener la vida marina de los esteros y de las lagunas; son zona de desove y cría de muchas especies marinas. También reducen las inundaciones, ayudan a evitar la erosión de las riberas de los ríos y amortiguan el oleaje producido por las tormentas tropicales. Se regeneran naturalmente y sin costo, a diferencia de cualquier barrera de protección costera realizada por el ser humano.

Los manglares vinculan los bosques tropicales con los arrecifes de coral, proporcionando una transición fundamental entre los ecosistemas terrestres y marinos. También protegen las costas de la erosión, capturan sedimentos protegiendo así los arrecifes de coral. Son extremadamente productivos desde el punto de vista biológico, y para las comunidades locales son una fuente importante de combustible, medicinas, alimentos y forraje.

La cría industrial de camarón es una de las principales causas de pérdida de los manglares. Si bien los agentes directos de tal destrucción son las empresas privadas, es importante destacar que los gobiernos y las agencias multilaterales de ayuda al desarrollo juegan un activo papel en allanar el camino para que esto suceda. El Banco Mundial, por ejemplo, tiene una serie de lineamientos de protección ambiental que olvida cuando otorga fondos la industria camaronera, como sucedió en Honduras.

En la cría industrial del camarón se produce un importante volumen de desechos en los estanques. La caca del animal se acumula y ahí florecen bacterias que consumen el oxígeno disponible. Esto puede sofocar a los crustáceos y limitar su crecimiento. Los productos de desecho intermedios (tanto de los camarones como de los microbios) como el amoniaco y el nitrito, son tóxicos para los camarones, los peces y otros animales. Los crustáceos se debilitan a causa de los desechos y por la falta de oxígeno, así que tienen más probabilidades de enfermar. Para evitar este problema, se extrae periódicamente el agua de los estanques y se llenan los estanques con agua limpia. Este sistema produce la contaminación de las aguas superficiales cercanas a los estanques.

Esta actividad también provoca la salinización de los acuíferos y de las tierras agrícolas costeras. Cuando los estanques son abandonados debido a enfermedades u otras causas, el área queda a menudo convertida en un erial y sus suelos contienen altos niveles de salinidad, acidez y sustancias químicas tóxicas, que prácticamente la inhabilitan para otros usos.

En la cría industrial del camarón es común el uso de antibióticos, plaguicidas, fungicidas, parasiticidas y alguicidas. Para prevenir las enfermedades, los granjeros utilizan grandes cantidades de antibióticos durante la producción, al igual que sustancias químicas entre las cosechas para esterilizar los estanques. El resultado es que todo ese coctel pasa a los consumidores humanos. Muchas de las sustancias utilizadas en esta actividad están prohibidas en algunos países debido a sus efectos cancerígenos. En relación a los antibióticos, algunos de los que se utilizan en la cría del camarón son los mismos que toman los seres humanos, lo que podría disminuir la efectividad de los antibióticos en las personas y no haz reglamentaciones que limiten su uso en animales.

Durante medio siglo, el camarón de México se hizo famoso como el mejor del mundo y se le considera un commodity en el mercado internacional, es decir, un producto de lujo y su precio se ve afectado no sólo por la oferta y demanda, sino por la mercadotecnia. México es uno de los mayores productores de camarón y casi toda su producción se destina a la exportación a Estados Unidos y su abastecimiento repercute en los precios internacionales.

Debido a la producción industrial, los precios han bajado (en los países ricos) y hay una mayor demanda, por lo que las grandes empresas trasnacionales están dispuestas a hacer inversiones con tal de aprovechar el creciente mercado aunque la producción industrial de esta especie traiga funestas repercusiones para la ecología, la economía de la región y para los derechos humanos. No hay que olvidar que las divisas exclusivamente llegan a los propietarios de las granjas camaroneras y el daño ecológico es irreparable.

Según información publicada por Green Peace, Prawn to Trade, Prawn to Consume, la FAO Industrial Shrimp Action Network, la producción industrial del camarón para la exportación ya ha demostrado que no es sustentable desde el punto de vista social y ambiental y por lo tanto debe ser detenida antes de que produzca más daños a los pueblos y sus ecosistemas costeros.

En muchos casos, la cría del camarón ha determinado graves violaciones de los derechos humanos, incluido el asesinato, las lesiones físicas, el desalojo de pobladores, la detención de trabajadores de granjas camaroneras y la confiscación de tierras, bosques y recursos hidráulicos.

El desplazamiento de las comunidades locales es común en los países exportadores de camarones, donde los inversores con conexiones políticas convierten ecosistemas complejos altamente productivos en dominios privados para un uso exclusivo.

Los enfrentamientos por la tenencia de la tierra son el núcleo de los conflictos relacionados con la cría del camarón.

En resumen, la cría industrial del camarón no sólo no es una solución, sino que agrava las desigualdades socioeconómicas, en el marco de la destrucción ambiental.

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El injusto encarcelamiento de los campesinos ecologistas de Guerrero fue una vergüenza para nuestro país . ¿El cautiverio de Carlos Manzo y sus compañeros es otro deja vu de tinte caciquil? ¿Quedarán impunes las muertes de Manuel Salinas Santiago y de Carlos Sánchez López?