Cambio de mando en el Centro de Investigación en Matemáticas, tras momentos de disidencia

Las nuevas políticas del Conacyt cobraron su primera "víctima"

El director saliente realizó buen trabajo, pero el problema es que no hay recursos, dice investigador

JOSE GALAN ENVIADO

Guanajuato, Gto., 4 de agosto. Las "nuevas" políticas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) cobraron su primera baja: Víctor Manuel Pérez Abreu dejó la dirección del Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat), a 12 meses de haber comenzado su segundo mandato de seis años. En su lugar quedó José Carlos Gómez Larrañaga, designado luego de un proceso de auscultación entre la comunidad, que dejó fuera a Adolfo Sánchez, otro destacado matemático.

La causa del relevo pudo deberse a la posición crítica de Pérez Abreu ante el rumbo de la ciencia en México; la falta de apoyo del Conacyt en recursos y políticas laborales equitativas, además de promoción a la investigación, y el deseo de retornar al cubículo.

En una ceremonia realizada hoy en la sede del Cimat -el principal centro de investigaciones en matemáticas y estadística del país-, Felipe Rubio Castillo, director adjunto de Grupos y Centros de Investigación del Conacyt, reconoció que la gestión de Gómez Larrañaga "se inicia en un momento poco propicio", porque "las cosas no están claras" y la situación va a requerir de "un esfuerzo adicional" dentro del Cimat para mantener la unidad, y al exterior para lograr un centro consolidado".

Y es que Pérez Abreu contaba con prácticamente todo el apoyo del centro, cuyos trabajadores y estudiantes recibieron con sorpresa -al igual que la comunidad científica del país- la decisión de renunciar al cargo.

Al despedirse como director, Pérez Abreu subrayó que el cargo es "evidentemente político. Por ello, una lectura política objetiva del contexto exterior, interior y personal me llevó a la conclusión de haber llegado al límite de mis posibilidades para continuar una buena gestión".

Agregó: "confío en que la ciencia y la tecnología en México superarán los tiempos y las circunstancias actuales, y que el camino de la integración y consolidación de los centros Conacyt continúe mostrando que los institutos públicos de investigación son prueba de que existen otras alternativas, tanto para el desarrollo de las ciencias exactas, naturales y sociales, como el de la tecnología", sobre todo para las matemáticas.

Su decisión se hizo oficial el pasado lunes 14 de julio, luego de que Pérez Abreu presentara su renuncia ante el director general del Conacyt, Jaime Parada, quien la recibiera sin poner objeciones.

A partir de ese momento empezó el proceso de auscultación dentro de la comunidad, de donde salieron dos nombres: Gómez Larrañaga y Adolfo Sánchez Valenzuela, quien ahora se hará cargo de la nueva coordinación de Formación Académica.

El proceso de sucesión fue calificado de "institución suiza" por Gómez Larrañaga, debido a su ejemplaridad y tersura. Sin embargo, el punto clave es que el Conacyt no ha apoyado la investigación en ciencias básicas, particularmente las matemáticas, afirmó el candidato perdedor, Adolfo Sánchez, quien sostuvo que el problema que enfrentan todos los científicos básicos del país es que el consejo no les otorga recursos.

"Falta muchísimo apoyo del gobierno. Los matemáticos esperamos eso. Sólo hay 400 miembros en el Sistema Nacional de Investigadores, en una población de más de 100 millones, y por ello no se puede esperar que haya una ciencia razonableen el país", añadió Sánchez Valenzuela.

En su discurso formal, Rubio Castillo advirtió que es el momento de cerrar filas en el Cimat, porque "hubo momentos de disidencia", y debe seguir siendo un modelo académico a nivel nacional e internacional.

La disidencia a la que hizo referencia el Conacyt, aclaró Sánchez Valenzuela, tiene su sustento en que "concebimos los planes de desarrollo de manera distinta. Los planes tienen que ser más largos, como en otros países, incluyendo una promoción de las ciencias básicas, y esperar desarrollos tecnológicos en 20 o 25 años, no ahorita, como quieren en el gobierno".

Pérez Abreu salió de la dirección por el componente político del cargo, y quizá su relación con el Conacyt ya no funcionaba. "Víctor siempre ha peleado por el apoyo a la ciencia básica; que los científicios no vamos a vender chiles, y que se requiere sangre fresca que pueda sentarse a platicar con el consejo, a tratar de conseguir los recursos que en verdad se requieren para mantener el nivel de excelencia de una institución como el Cimat", explicó.

Pérez Abreu "es un tipo muy honesto, que reconoce el agotamiento de su capacidad de interlocución con el Conacyt, y por amor al centro prefirió salir y no dañar a la institución", debido a que "reconoció que no embona con la política de consejo, que como ente empresarial busca resultados inmediatos, y nuestro trabajo es a 25 años", indicó.