Jornada Semanal, domingo 27 de julio del 2003        núm. 438

NAIEFYEHYA

EL CONVENIENTE E INCÓMODO
SUICIDIO DE DAVID KELLY

EL SOPLÓN

El viernes 18 de julio de 2003, la policía británica anunció haber encontrado el cadáver del científico de cincuenta y nueve años, David Kelly, quien aparentemente se había quitado la vida cortándose las venas de la muñeca izquierda. Kelly era el inspector de armas que acababa de alcanzar la fama sin desearla cuando fue acusado de haber "filtrado" información a la BBC de que el gobierno de Blair había "exagerado" o hecho "más sexys" los reportes de inteligencia para sostener sus afirmaciones respecto al armamento de Hussein, especialmente aquel disparate de que Bagdad tenía la capacidad de desplegar armas biológicas en cuarenta y cinco minutos. El martes anterior Kelly, quien también era experto y asesor en armas biológicas para el Ministerio de la Defensa británica, había debido presentarse ante un comité de legisladores frente a los cuales negó ser la fuente de los reportes de la BBC. Tras su muerte, la bbc confirmó que él había dado la información a su reportero, Andrew Gilligan. De acuerdo con Scott Ritter, el jefe de inspectores de UNSCOM (el comité de las Naciones Unidas que se encargó de desarmar a Irak tras la I Guerra del Golfo), Kelly era un inspector implacable, un hombre amable e íntegro con "alma de hierro". Otro inspector y amigo suyo, Garth Whitty, lo describe como "un buscador de la verdad y una personalidad muy fuerte". La versión aceptada por los medios es que tras ser expuesto al escrutinio de los mismos y a una ofensiva despiadada por parte del gobierno británico, Kelly, un hombre que quería mantener su vida privada fuera del alcance del público, se encontraba bajo tanta presión que no soportó más y decidió suicidarse. Su esposa declaró que estaba muy enojado por la forma en que había sido tratado y que esos eventos habían hecho su vida intolerable. El día de su muerte, Kelly estuvo respondiendo correo electrónico. En sus mensajes se mostraba optimista por regresar a trabajar y ansioso por volver a Irak. Luego salió a dar un paseo, como hacía siempre. Nunca regresó.

PREGUNTAS OBLIGATORIAS

El primer elemento que llama la atención es la facilidad con que dos instituciones, la policía y los medios, asumieron que la causa de la muerte fue suicidio, cuando nadie más que el forense tiene la competencia para hacer semejante afirmación. La página web www.whatreallyhappened.com plantea las interrogantes más obvias del caso: ¿por qué escogería un científico suicidarse con un método tan lento, aparatoso (tirado en un charco de sangre) y falible como es cortarse las venas (una forma de suicidio muy poco popular entre los hombres? ¿Por qué hacerlo en un lugar público donde podría ser fácilmente encontrado? ¿Por qué ahora, cuando su "suplicio" ya había terminado? ¿Quiénes eran los personajes oscuros a los que se refirió en un correo electrónico que escribió poco antes de morir? ¿Cómo pudo ser que el hombre involucrado en el escándalo con más potencial desestabilizador para el gobierno en décadas no hubiera sido seguido por los medios o por agentes de inteligencia? Especialmente cuando le habían ofrecido una casa de seguridad, como reveló Tom Mangold de Sky News, dado que obviamente se temía por su bienestar. ¿Y por qué se suicidaría si se iba a retirar el año entrante?

EL OTRO KELLY

Se ha hablado mucho de la ética de trabajo de Kelly, de su devoción por la causa del desarme iraquí y de que era uno de los inspectores más detestados por el gobierno de Hussein, debido a su feroz e inquebrantable determinación. Se le ha presentado como un científico serio y decente. Lo que no se menciona en los medios es que Kelly, entre 1984 y 1992, fue director de Microbiología en la Dependencia de Defensa química y biológica de Porton Down, una institución celebre por desarrollar y experimentar con armas de destrucción masiva, supuestamente con fines defensivos, pero, como es bien sabido, sus productos han sido empleados en guerras como la de Irán e Irak.

ARENQUES APESTOSOS

En el siglo xix los fugitivos ingleses que escapaban de prisión frotaban arenque a su paso para confundir a los sabuesos que los perseguían, de ahí que el término red herring o arenque ahumado haya pasado a ser en la cultura anglosajona sinónimo de una falacia, en que un asunto irrelevante es presentado para desviar la atención del tema principal. Lamentablemente la muerte de Kelly es un arenque ahumado, una arma de distracción masiva, que propone un misterio que está muy lejos de poder resolverse y que producirá teorías conspiratorias en abundancia, ya que a estas altura la hipótesis más probable es que alguien mató a Kelly de manera que la gente viera el caso como un asesinato mal disfrazado de suicidio. Nada mejor que una conspiración con elementos de thriller policiaco, para hacer olvidar a la gente que la esencia del debate es que el gobierno de Tony Blair mintió al respecto de las armas de destrucción masiva iraquíes.