LETRA S
Julio 3 de 2003

Homosexuales en la mira

Antonio Medina

De diferentes maneras y por diversas circunstancias, los derechos humanos de homosexuales han sido vulnerados en las últimas semanas. Distrito Federal, Sonora y Chihuahua han sido el escenario de estos hechos, que van de la agresión física y el asesinato, a la condena penitenciaria.
 
 

Distrito Federal: dos agresiones, dos

El pasado 30 de mayo, un grupo de jóvenes gay agrupados en la Comunidad Diversa del Bosque fue agredido violentamente por estudiantes de la Vocacional 10 en un paraje del bosque de Aragón. El saldo de la agresión fue de doce heridos, la mayoría por contusiones y golpes que no ponen en peligro la vida, y uno de ellos de gravedad, ya que fue arrojado al vacío desde una rampa de seis metros de altura. Es la segunda agresión en lo que va del año. El 25 de febrero varios estudiantes de un colegio de bachilleres cercano los golpeó con cinturones, palos y piedras, al parecer porque no soportan que personas con orientación sexual diferente a la suya se reúnan en el bosque, que consideran coto privado. En aquella ocasión dos personas resultaron lastimadas. Con apoyo de la Comisión Ciudadana Contra Crímenes por Homofobia (CCCCOH) interpusieron una demanda, la cual abandonaron por temor a las represalias. Después de la segunda agresión, los jóvenes decidieron no abandonar el bosque y emprender acciones para que se respete su derecho de reunirse en espacios públicos.
 
 

Sonora: crimen de odio por homofobia

Jorge Armenta Piñuelas, de 27 años y candidato a regidor por el Partido Convergencia por la Democracia en Nogales, fue asesinado junto con su pareja, Ramón Gutiérrez Enríquez, de 33 años, el 1 de junio. Armenta era presidente del Colectivo Lésbico Gay en Sonora. Después del hecho, las autoridades declararon que el crimen había tenido un "tinte pasional". Guadalupe Beatriz Aldaco, presidenta de ese partido en la entidad, declaró a Letra S que es "irresponsable y muy grave que se califique a este asesinato como un crimen pasional cuando ni siquiera se ha investigado". El procurador de justicia de Sonora, Miguel Ángel Cortés Ibarra, se comprometió a "investigar sin prejuicios e independientemente de la orientación sexual de los occisos". Esto, luego de que organizaciones civiles de esa entidad denunciaran la actitud homófoba de las autoridades de justicia. "La información (que proporcionaron) es prejuiciosa, homofóbica, y está condicionando la percepción de la gente. El hecho de llamarlos crímenes pasionales es una forma de desvalorización de la vida de ciertas personas y de la forma en que murieron. De alguna manera es un mensaje de justificación de los crímenes y de culpabilización de las víctimas", dijeron.
 
 

Chihuahua: impunidad religiosa

Jaime Huerta López, de 23 años de edad, sostenía relaciones sexuales con el sacerdote Fernando Moriel Guerrero y en ocasiones con otros jóvenes que se prostituyen, desde que tenía 15 años. Al parecer esa relación duró cuatro años, hasta que Huerta emigró a Estados Unidos, de donde regresó a Chihuahua al enterarse de su seropositividad. Con la intención de atenderse, el joven solicitó el apoyo del padre Moriel, que en un principio obtuvo. Sin embargo, la arquidiócesis de Chihuahua, encabezada por José Fernández Arteaga, demandó a Jaime Huerta por extorsión, al tiempo que le tendía una trampa: le ofreció 50 mil pesos para irse a Estados Unidos y tratarse. La procuraduría del estado envió a agentes judiciales disfrazados de sacerdotes a entregarle el dinero. En ese momento fue apresado. La juez tercera de lo Penal de la ciudad de Chihuahua, Patricia González, le dictó auto de formal prisión el 26 de junio en medio de una serie de irregularidades, entre otras, emitir el fallo sin el abogado defensor e ignorando la demanda por abuso sexual y corrupción de menores que Jaime había presentado antes. El padre del joven declaró que no entendía cómo el delito de extorsión podía ser más grave que el de corrupción de menores. El cura Moriel fue removido de Ciudad Delicias, donde oficiaba, y algunas versiones señalan que se encuentra en la ciudad de México "en un retiro espiritual".