Ojarasca 74  junio 2003

Tráiganme el corazón
de María Sabina
 

Alice Walker


Vida

Tú que me has

Dado

Tanto ríos profundos

Que cruzar

Como barcas macizas

Tú que me conduces ahora

En el largo camino

A la curva

Que permite vislumbrar

Las rosas blancas

Que florecen

Profusas

A las puertas de la muerte
 
 

Tráeme el poder

De la Virgen de Guadalupe

La ausencia de miedo

De San Martín

La resignación

De Jesús

La sabiduría

De Sofía

La ecuanimidad

De Gandhi

La vastedad

De Yemayá

La levedad

De Kwan Yin

El joie de vivre

De Buda

La Devoción &

Al final

La Serenidad

Del Che

Quiero que me traigas

El corazón de María Sabina.
 
 

Tráiganme el corazón

De María Sabina

Santa matrona de México

Defensora del tabaco

& la hierba

Sacerdotisa de los hongos.
 
 

Fue un corazón

De humildades

Corazón de la fe

Corazón en el gozo

De la salud recobrada

& la felicidad

De los que sufren.

Un corazón que buscaba

En la Tierra

Ayuda para curarnos

& la encontró.

Por eso quiero que me traigan

El corazón de María Sabina.

La primera vez que comió

Los "niñitos"

Que curarían multitudes

Ella misma

Era una niña

& hambrienta. Brillaron

En la maleza

Blancos como trozos

De pan.

En su visión

Encontró al padre muerto

& lo que es más

Sintió su protección

& amor.

Un indio pobre

Como su hija.

La miseria

Conquista

Desposesión

Pobreza

Humillación

Le habían arrancado el aliento.
 
 

En viéndolo

Entero

Vibrante

Vivo

En oyéndolo

Dirigirse a ella

María Sabina

Sanó de la pena

De su muerte

De echarlo de menos.

Su hambre

Desapareció.
 
 
 

Desde entonces

Aceptó los niñitos

Ofrenda curativa

De la Tierra,

Igual

Hongos que tabaco

O plantas

& con eso

Trató

Curó
 

A quien

Vino a ella.

Aceptando

No hacerse rica

Con lo que la Tierra

Le regalaba

Nadie

Que sufriera

Fue rechazado

Jamás.
 

Con más vida le pagó la vida.

Oh Vida

Tráenos el corazón

De María Sabina

Ayúdanos a confiar

En ti

Ayúdanos

A honrar

& gozar

Tus sorpresas

& usarlas

Para cuidarnos

Los unos

A los otros

Como hizo ella.
 
 

Hasta su cabaña

En las sierras brumosas

Llegaron

Los importantes &

Los nadie

& a todos los alivió.
 
 

Quiero que me traigan

El corazón de María Sabina.
 
 

Una anciana

Aún marcada por

Su hambrienta juventud

El cabello blanco

Los ojos suaves

En la senda

De la curación

& el amor incondicional

Hasta morir.
 
 

Y cuando así fue

Nos los heredó

Habiéndolos cuidado

Más allá
 
 

De su comprensión

& luego de padecer

Todo clase de ataques

Contra su moral

& su salud mental

Contra su paciencia 

y disposición

Para sentarse con

La enfermedad

Sin nunca flaquear

Los mexicanos

De todas partes

Encendieron sus velas

& la lloraron.
 
 

Ese corazón

Nos pertenece

Somos también

Los niñitos

Nativos como

El hongo

El tabaco &

Las plantas

Nativos

De este continente

Que sólo queremos

Coger

Lo que la Tierra

Ofrece

& quiere regalarnos.

Así se deleita

Con cada niño mágico

En reconectarnos

Al ser que se es.
 
 

Quiero que me traigan

El corazón de María Sabina.
 
 

Un corazón de generosidad

Inexplicable

En su gracia amorosa.
 
 

Ese corazón

Nos pertenece

Si nos atrevemos

A exigirlo.
 
 

Madre

& padre

Abuela

& abuelo

Espíritu guardián

De este

Lugar.


 

(Traducción: Hermann Bellinghausen)
 

Alice Walker (Eatonton, Georgia), importante escritora afroamericana, es novelista (El color púrpura, A la luz de la sonrisa de mi padre), ensayista (El mismo río dos veces: en honor a la dificultad) y poeta (Los caballos embellecen el paisaje, Una vez). Actualmente divide su tiempo entre el norte de California y la casa de su hija a orillas del Pacífico mexicano, y acaba de publicar el volumen Confianza absoluta en la bondad de la Tierra. Nuevos poemas (Random House, Nueva York, 2003),  que concluye con este canto a la mujer mazateca que "sin apoyo de la religión ni de hombre alguno abrió su intenso interior a lo divino". De Alice Walker, Ojarasca ha publicado anteriormente un elogio al pelo ensortijado (o "dreadlocks") y el valor de Mumia Abu Jamal y los indígenas zapatistas.



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