Constituye la actividad exclusiva para unos 25 millones de personas en Iberoamérica

El trabajo artesanal es marginado por las políticas oficiales, señala experto

La venta de artesanías de AL no alcanza ni 10% del mercado europeo: Rafael Rivas

ARTURO JIMENEZ

Más de 10 por ciento de la población de los países de Iberoamérica se dedica de manera exclusiva a la producción artesanal, es decir, unos 25 millones de personas. Sin embargo, este sector social, económico y cultural casi no es considerado por las políticas gubernamentales de desarrollo, pese a que la creación de un puesto de trabajo en las artesanías es 10 veces más barato que uno en la industria.

Ante ese descuido oficial, son entendibles situaciones de clara desventaja en el mercado mundial respectivo. Por ejemplo, según estudios, la venta de artesanías latinoamericanas no alcanza ni 10 por ciento en el mercado europeo, dominado por productos de Asia y, sobre todo, de Africa.

Y es que, con 400 millones de habitantes y un poder de compra para artesanías de 90 dólares anuales por persona, Europa se ha convertido en el principal mercado para esos productos, lo que da una idea del grado de equivocación oficial ante la casi inexistencia de políticas que busquen mayores niveles de calidad, competitividad y comercialización.

Frente a ese panorama, señala en entrevista Rafael Rivas de Benito, experto y funcionario del Estado español para ese rubro, es una paradoja que América Latina cuente con una importante riqueza artesanal que la podría convertir en potencia mundial.

Hace unos días el funcionario estuvo en la ciudad de México para participar y coordinar, con el Fondo Nacional de las Artesanías (Fonart), la segunda Conferencia Técnica Preparatoria con vistas al octavo Seminario Iberoamericano de Cooperación en Artesanía, planeado del 27 de octubre al primero de noviembre en la ciudad de Panamá. La primera reunión preparatoria se realizó en abril en Argentina y la tercera se efectuará en Ecuador, en junio.

La calidad de la identidad

Rivas de Benito es jefe del Servicio de Industria Manufacturera del Ministerio de Ciencia y Tecnología de España, área que incluye al sector artesanal, además de director de la Fundación Española para el Fomento de la Artesanía, constituida por ese ministerio y el de Educación y Cultura.

También vicepresidente ejecutivo de la Comunidad Iberoamericana de la Artesanía, este promotor señala que su país destina unos 2 millones de dólares anuales a la promoción de las artesanías en Latinoamérica, política con dos décadas de existencia en la que participan, en diversa medida, los gobiernos de la región.

''La intención es modernizar al sector artesanal pero respetando sus cualidades de carácter tradicional y de identidad. Actuamos en los campos en los que es posible la modernización y continuación del sector y, sobre todo, el mejoramiento de la condición económica y social de los artesanos."

En el tema de las artesanías, comenta, hay grandes diferencias, pero también grandes temas comunes, entre España y América Latina. ''En España, desgraciadamente y como ejemplo, quedan muy pocos artesanos, pero se producen artesanías de mucha calidad. Mientras en América hay muy buena artesanía y artesanía menos buena, pero existen muchísimos artesanos".

Por eso extraña, agrega, que en algunos países se atienda poco a este sector y se apoye a otros con menos población y obstáculos. ''Los problemas graves de la artesanía son la baja calidad de los productos, la pérdida de identidad de los mismos y, sobre todo, la escasa comercialización".

Abunda acerca de la pérdida de identidad. ''Muchas veces el producto que llega a los mercados es incapaz de reconocerse. Los artesanos, en la lucha porque sus productos sean vendibles y competitivos, emplean menos tiempo en su realización. Así, el producto pierde calidad y es incapaz de expresar lo que quiere decir. Entonces el público no lo entiende y termina por huir de esa artesanía".

Aún más, continúa, se pierde el conocimiento de la ''aportación moral" que tenía esa artesanía. ''El producto artesano no es sólo objeto, sino mensaje. Cuando se compra no sólo se adquiere un objeto, sino una vivencia, una forma de vivir de un pueblo, una forma de producir y de expresarse. Y cuando el objeto pierde autenticidad, el mensaje es incapaz de llegar al consumidor.

''Tenemos -advierte- que llevar un mensaje al consumidor, porque si a la artesanía se le compara con un producto industrial, lleva las de perder."

-Dejaría de ser una artesanía

-Sería simplemente un objeto, un artefacto, y no tratamos de vender artefactos, sino que proporcione conocimiento a los hijos de lo que hombres y mujeres han venido produciendo a lo largo de la historia y que forma el sustrato de la memoria colectiva de un pueblo.

''Ser artesano no es sólo una forma de producir; también es una forma de ser. Eso forma parte del objeto, porque es la proyección del hombre sobre la obra de sus manos. Y no sólo eso, pues la artesanía es un producto de la mente y de la mano del hombre. No sólo somos manufactureros, somos creadores de un producto que nos representa, nos hace sentir felices y somos capaces de realizarlo."

El arte de la artesanía

-Ultimamente se ha relanzando una polémica sobre lo que es arte y lo que es artesanía. ƑCuál es su opinión?

-Es una falsa polémica. Eso ha sucedido en todos los países y ocurre en otros, por fortuna cada vez menos. El que hace bien su oficio es un artista. Cuando un médico hace bien una operación quirúrgica realiza un arte. Pero la artesanía tiene características que la diferencian del arte puro, el cual se acaba en sí mismo. Es decir, la obra de arte satisface plenamente, en cambio la artesanía tiene un fin distinto: ser vendida.

''A lo largo de la historia, pero sobre todo en la Edad Media, la artesanía era más importante porque satisfacía necesidades de la sociedad. Ahora toma un sesgo equivocado al ofrecer objetos que a veces son repeticiones de piezas industriales. La artesanía debe producir los objetos de uso diario con los que el hombre se identifica.

''El fin de la artesanía no es sólo terminar la obra como cuando se acaba un cuadro. Su fin ha sido siempre contribuir a solucionar problemas inmediatos mediante la venta de sus objetos, sobre todo con el elemento fundamental de la repetición.

''Mientras que la obra de arte es irrepetible, una obra de cestería, de bordado, de cerámica, es repetida y multiplicada por el artesano, sin que eso signifique que sea algo estático, pues es posible que incorpore nuevas ideas al diseño."

Concluye: ''Uno de los temas importantes para la artesanía es insertarse dentro del tejido económico. Durante mucho tiempo era un actividad un tanto marginal y marginada. Existían los artesanos y a veces casi los desconocíamos a ellos y a sus problemas, ambiciones, necesidades.

''Hoy, dentro de una sociedad industrializada, como en el sector del turismo, la artesanía tiene gran futuro. Tiene una versatilidad de la que carece la industria.

''Además, no debe considerar nunca a la industria como su competidora. Lo que la artesanía debe buscar son sus nichos de mercado allá donde las necesidades del hombre pueden llevarlo a encontrar ese objeto bello, bien terminado, o la personalidad del artesano que lo realiza.

''A la artesanía se deben dar las consideraciones que merece, tanto por el número de personas que la realizan como por su contribución al producto interno bruto, muchas veces ignorado. La artesanía resuelve problemas de desempleo y de mano de obra.

''Se le debe dar los instrumentos financieros, económicos, industriales y tecnológicos que necesita en una sociedad moderna. Si queremos la artesanía perfecta, tenemos que darle los instrumentos perfectos. Si queremos que no sea contaminante, debemos contribuir a que haya materias primas suficientes para que la producción no sea depredadora. Tenemos que darle instrumentos de diseño para acceder a los gustos y costumbres de la sociedad. Y tenemos que buscarle salidas para que los artesanos vean en ella un modo de vida."