Ojarasca 73  mayo 2003

Panamá

Nueva declaración del pueblo kuna

Ibedi, Madugandi, territorio kuna de Panamá. La nación kuna representada en sus máximos dirigentes, los Saila Dummagan de las comarcas kunas de Madungandi, Wargandi, Kuna Yala y Dakarkunyala, con total de 68 comunidades, reunida en la comunidad de Ibedi, comarca de Madungandi, durante los días 13, 14 y 15 de abril, expresamos a todo el pueblo kuna y a la opinión pública nacional e internacional la alegría de este encuentro de hermanos y la determinación de caminar unidos en la construcción de la nación kuna.

Después de siglos de agresión colonial, que significaron el desgarramiento y dispersión de nuestros pueblos por ríos y selvas, y después de cien años de República que profundizaron esta división políticamente con fronteras nacionales y provinciales, nos hemos reunido los Saila Dummagan de las diferentes comarcas kunas para compartir nuestros problemas e iniciar un proceso de articulación y unidad en la defensa de nuestros derechos.

En Ibirdidiuar hemos tomado más conciencia de que tenemos las mismas raíces, que somos hermanos de la misma tinaja, que Nana Gabayai fue tragada por Olotinakilele y su gente, y hemos decidido recoger sus huesos dispersos por multitud de ríos y revivirlos.

Lamentamos la ausencia de nuestros hermanos de Arquia y Caimán Nuevo que, por la situación que vive Colombia, no han podido participar. Tras oírnos unos a otros, denunciamos que fuimos y seguimos siendo víctimas de un modelo de desarrollo basado en la ambición, el despojo de los recursos naturales y el desprecio de la vida de las personas, los pueblos y sus culturas. Cambian las personas y los nombres de los sistemas, pero la filosofía es la misma. La filosofía que llevó a los españoles a invadir nuestras tierras, asesinar a nuestros abuelos, destruir nuestra cultura y civilización para apoderarse del oro y demás riquezas, es la misma filosofía que mueve hoy a la administración de George Bush a arrasar Irak y masacrar al pueblo iraquí para apoderarse del oro negro. La misma filosofía que está detrás del ALCA, del Plan Puebla-Panamá y del Plan Colombia que siguen con los ojos puestos en nuestros recursos para la satisfacción de los intereses de los poderosos, donde no tienen espacio los derechos de los legítimos dueños y sectores desposeídos.

Reunidos en la comarca kuna de Madungandi, vemos cómo después de casi tres décadas de haber inundado 35 mil hectáreas de su territorio con la construcción de la hidroeléctrica Ascanio Villalaz, nuestros hermanos siguen esperando el cumplimiento de las promesas hechas y, en lugar de gozar de los beneficios de la represa, han visto aumentar la malaria y otros males.

Esta misma filosofía es la que quiere ahora reformar el código minero y ganar nuestras mentes y corazones para implementar la miseria en nuestras comarcas y el resto del país.

Nos duele y rechazamos que las vidas de nuestros hermanos de Paya, Púpur y Arquia sigan amenazadas y sometidas, en pleno siglo xxi, al asesinato y el desplazamiento.

Nos indigna y condenamos que en la declaración que los presidentes de Colombia y Centro América hicieron en Panamá, no se haga mención de la masacre de cuatro hermanos kunas por parte de paramilitares colombianos, y sólo se mencione el atentado en el club exclusivo El Nogal de Bogotá.

Condenamos la irresponsabilidad del gobierno de la señora Mireya Moscoso de involucrarse en el conflicto colombiano, poniendo en mayor peligro la vida de los que vivimos en la frontera.

En medio de la celebración del Primer Centenario de la República, sentimos que una gran parte de la sociedad panameña no entiende ni acepta todavía nuestros derechos, anteriores a los cien años de la República y a los 500 años de la conquista y Colonia.

Exigimos el reconocimiento de la comarca Dakarkunyala a nuestros hermanos de Paya y Púpur y se cumplan las promesas que la presidenta de la República hiciera después de la masacre del mes de enero que están en cero cumplimiento.

Las comarcas reconocidas por ley, como Madungandi, Wargandi y Kuna Yala siguen desprotegidas y amenazadas por más invasiones de colonos y empresarios. Las autoridades nacionales son sordas a nuestras denuncias, son renuentes a recibir a nuestros Saila Dummagan y no mueven un dedo para que se cumpla la ley y se desaloje a los invasores ilegales.

Los programas de educación siguen desconociendo nuestra cultura, cosmovisión, historia, espiritualidad y religión.

El convenio 169 de la OIT sigue sin ratificar.

Como dirigentes de las comarcas kunas expresamos nuestra voluntad de seguir luchando por el fortalecimiento y desarrollo de nuestro pueblo. Un desarrollo basado en los principios de nuestra cultura: el respeto a la persona, a la Madre Tierra, y al diálogo y la solidaridad entre pueblos.

Vivimos en diferentes comarcas, pero somos un solo pueblo. Por eso afirmamos nuestro derecho y obligación de unir nuestras manos en la consecución de nuestros objetivos.
 

14 de abril de 2003.

Gilberto Arias, Saila Dummad de Kuna-Yala; Harmodio Vivar, Saila Dummad de Kuna-Yala; Benjamín García, Saila Dummad de Madugandi; Manitiapinapi, Saila Dummad de Madungandi; Osvaldo Alvarado, Saila Dummad de Wargandi; Pinél García, Saila Dummad de Wargandi; Artenio Lozano, Saila Dummad de Wargandi; Aquiles Olivo, Saila Dummad de Dakarkun-Yala.



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