Otto G. Eiben, académico húngaro

Genética y entorno social, factores que determinan estatura de personas

JOSE GALAN

La estatura de las personas está determinada en 80 por ciento por la genética y en 20 por ciento por el entorno social, aseguró en la UNAM el académico húngaro Otto G. Eiben, quien dijo que el número de hijos también influye. "Generalmente los primeros son más altos que los posteriores", señaló.

Profesor de la Universidad Eötvös, en Budapest, Otto G. Eiben sostuvo en el Instituto de Investigaciones Antropológicas que en los parámetros de estatura influye el número de hermanos que constituyen una familia y el orden de nacimiento, además de que existe una relación con el nivel de educación escolar, pues "los hijos de padres y madres que desarrollan trabajo intelectual son más altos".

Expuso que la urbanización es otro factor importante. "Se ha comprobado que hay gran diferencia en el desarrollo entre los niños de las ciudades y los de zonas rurales. Los primeros tienen dimensiones corporales mayores y maduran más pronto que los del campo", dijo el especialista en la conferencia Recientes avances en el estudio del crecimiento y la maduración humanas.

Otro factor a tomar en cuenta es la edad de los padres al tener hijos. Tomando como referencia tres grupos de varias edades -20 a 25 años; 26 a 30, y 31 a 34-, se demostró que entre más jóvenes son los padres mayor es la estatura de los hijos, "aunque aquí la tendencia no es tan relevante", subrayó.

Citó una serie de estudios sobre el crecimiento de las personas, incluyendo datos de 1833 a 1910, y describió en detalle un modelo de interacción holística y la relación entre sus cuatro elementos fundamentales: sicológico (individual, cognoscitivo y emocional), sociológico (medio, familia, grupo, cultura, sociedad), biológico (individual, herencia, cuerpo, salud) y físico (ambiente, materiales, objetos).

Planteó que la existencia de problemas severos de tipo sicológico, económico (que afectan la nutrición) y en la propia condición física durante el periodo de crecimiento afectan las dimensiones corporales de los niños en forma negativa; es decir, a mayor presión biosicosocial menor crecimiento.