Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 27 de abril de 2003
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P O L I T I C A
.. BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

Los tres chiísmos del sur de Irak

La peregrinación de Kerbalá marca un cambio religioso y político

Tony Blair dará una gran sorpresa a su aliado George W. Bush

SI UNA MENTALIDAD "lineal" puede salir seriamente perturbada de Medio Oriente -la geografía por antonomasia de las sutilezas no euclidianas y holísticas-, a fortiori el maniqueísmo bushiano, eminentemente pueril, se encuentra consustancialmente incapacitado para entender los dédalos iraquíes de varias etnias (semitas, arios y mongoles) y religiones (chiítas, sunitas y cristianos de rito oriental). El mosaico iraquí refleja en cierta medida al caleidoscopio libanés, y el equipo Bush ya se empantanó en su complejidad: buscaba derrocar una "dictadura" de los sunitas (así reza la propaganda para "reformar" Medio Oriente) y ahora ha "liberado" a las fuerzas contenidas que, en estricta democracia, pueden dar lugar a una teocracia árabe chiíta en Irak, complementaria de la teocracia aria chiíta de Irán.

EL PRETENDIDO REMEDIO bushiano, que no puede despojarse de su estigma del Irán-contras, es peor que la enfermedad: un gobierno interino presidido por el ex banquero criminal convicto y chiíta posmoderno, Ahmed Chalabi, íntimo del coronel Oliver North, cerebro del citado operativo. Pero más importante aún resulta que Chalabi, durante sus estudios en la Universidad de Chicago (¡ojo!) fue reclutado por Albert Wolhstetter, el "padrino de los neoconservadores de EU", quien luego le pasó su cartilla al israelí-estadunidense Richard Perle (B. Raman del South Asia Analysis Group, un "centro de pensamiento" de la India). En 1992, Chalabi fue condenado en ausencia en Jordania por 32 delitos debido a la quiebra fraudulenta del banco Petra, lo cual lo hace "virtuoso" para las redes criminales globales que saquearon las joyas culturales de Irak con la ayuda tácita de los marines, como entrenamiento previo a la captura del petróleo de Irak.

¿REPETIRA EL EQUIPO Bush en el sur chiíta las turbulencias de Gran Bretaña en Irak en 1920? El veterano analista de asuntos del Medio Oriente, el británico Patrick Seale, en forma muy precavida intenta capturar la quintaesencia de la impactante peregrinación multitudinaria del chiísmo iraquí, con sus rituales peculiares de autoflagelación (que llegan hasta el sangrado), a la ciudad santa de Kerbalá, para conmemorar las vejaciones en el año 680 aC del imán Hussein, el nieto del Profeta: "Hoy en Irak la pregunta clave es si esta expresión de fervor chiíta será traducida en un movimiento político que pida el fin de la presencia de Estados Unidos. Si llegara a suceder, los estadunidenses podrían encontrarse en serios problemas. El genio puede encontrarse ya fuera de la botella". En cuanto al juego geopolítico de los ayatolas arios de Irán, Patrick Seale sostiene que "su influencia será indirecta; no directa. No desea estimular la emergencia de fuerzas extremistas en Irak que pudiera desencadenar una reacción hostil de EU, incluyendo al propio Irán. De por sí, Teherán es blanco de EU por su apoyo al Hezbollah en Líbano, e Irán no tiene interés en empeorar las relaciones con Washington". Patrick Seale concluye magistralmente: "Como descubrieron los británicos en su momento, manejar a los chiítas puede ser la tarea más difícil de todas" (The Gulf Times, 25.04.03). El problema radica en que, quizá, los chiítas árabes de Irak se le hayan salido de la botella a los arios de Irán así como a Baby Bush.

MAS ALLA DE las ocurrencias peregrinas, un editorial del Times londinense ("El poder chiíta", 26.04.03), se preocupa por la lucha del poder intrachiíta en el sur de Irak, puesta en relieve por la multitudinaria peregrinación de Kerbalá: "Irán podría jugar un papel decisivo en la lucha por el poder. Hasta ahora, Teherán ha permanecido cautelosa, pese a los vínculos confesionales, a sabiendas de que muchos chiítas iraquíes comparten las sospechas de los árabes sobre Irán, además de tener una perspectiva y una agenda diferentes".

POR DEMAS ILUSTRATIVA ha sido la advertencia de Walid Choucair sobre las lecturas "lineales", cuando no maniqueas pueriles, sobre los chiítas árabes de Irak: "todo el mundo sabe que, a pesar de su relación con Irán, no son marionetas en las manos de Teherán y que poseen un profundo sentido de su propia autonomía desde el punto de vista histórico, religioso, político y nacional, que los distingue de los chiítas iraníes" (Dar Al-Hayat, 26.04.03).

RESULTA INTERESANTE DISCERNIR la esquizofrenia política que se ha apoderado de los chiítas árabes de Irak: por un lado, durante la guerra de Irak contra Irán, de ocho largos años, se habían inclinado por Bagdad por reflejo nacionalista (Le Monde, 26.04.03); por otro lado, la represión de Saddam los enajenó tanto de Bagdad como de EU, específicamente de Daddy Bush, quien los abandonó a su peor suerte por un barril de petróleo, después de haberlos incitado al levantamiento (lo mismo hizo con los cristianos de Líbano entregados en charola de plata al régimen alawita de Siria).

EL CHIISMO (16 millones del total de 27 millones de iraquíes) se encuentra básicamente concentrado en el sur, donde predomina. Su medio rural es similar a las otras etnias y religiones donde predomina la estructura tribal que el equipo Bush, por ignorancia congénita, pretende trivializar. En el ámbito urbano, como los suburbios escuálidos de Bagdad (de mayoría sunita) y las ciudades del sur (Basora y las ciudades sagradas de Kerbalá y Najaf) imperan los comités populares, las milicias y las redes comunitarias en las que el clero juega un papel determinante. Las tres principales organizaciones políticas del chiísmo árabe iraquí que se opusieron al sunita Saddam Hussein han sido apoyadas por la teocracia de los ayatolas arios iraníes y ahora se oponen a la presencia de EU (conste que nadie susurra el nombre pérfido de Gran Bretaña que domina Basora y gran parte del sur): 1. Dawa ("llamado islámico"), con una poderosa organización clandestina pero muy fracturada; 2. las Brigadas Badr, del Consejo Supremo de la Revolución Islámica (que forma parte del Congreso Nacional de Irak, que preside el neoliberal y chiíta posmoderno Chalabi, pero de quien se han desmarcado después de la resurrección chiíta en el sur), que jefatura el ayatola Mohammad Bakr Al-Hakim, y 3. Jammat Al Ulema, un grupo de clérigos proiraníes con sede en la ciudad santa de Qom en Irán (cuna del "jomeinismo").

POR SU LARGA experiencia en la lucha clandestina, Dawa es la más eficaz y posee filiales fuera de Irak, de las cuales se desconoce a ciencia cierta su cohesión: en Teherán (la más sobresaliente), en Damasco (de capa caída) y Londres (¡obviously!). Por cierto, quien le va a meter un gol antes a Bush va a ser su "aliado especial", el primer ministro inglés, Tony Blair, quien mueve muy bien en la penumbra las piezas tribales de Irak.

ANTES DE LA peregrinación de Kerbalá, Dawa competía por el liderazgo con las Brigadas Sadr, y de ahora en adelante será notorio el subrepticio ajedrez geopolítico de sus patrocinadores desde Teherán hasta Londres. Pero después de Kerbalá, las coordenadas clásicas han sido trastocadas, lo cual ha acentuado la lucha intrachiíta, en la que destaca la radicalización del joven de 22 años Mouktada Sadr (hijo del asesinado gran ayatola Sadr), quien explota el prestigio paterno y ha osado competir con el gran ayatola Sistani, de 68 años, considerado marja ("referencia a imitar"). El sur chiíta cesó de ser el mismo después de la peregrinación de Kerbalá.

ES NOTABLE QUE la ciudad sagrada de Kerbalá haya puesto a Donald Rumsfeld a la defensiva en dos ocasiones en menos de 30 días: primero, en el terreno militar, y ahora, en forma más conspicua, en la política doméstica del sur chiíta de Irak.

RUMSFELD GANO LA guerra pero puede perder la paz, y acaba de fustigar el proyecto de teocracia chiíta en Irak similar a la de Irán, a la que conminó a cesar su "interferencia", lo que delata su desconocimiento de las sutilezas propias del chiísmo árabe iraquí. Tampoco hay que subestimar la exquisitez con la que se juega el ajedrez geopolítico en Teherán, donde se le da clases al más pintado, aunque se apellide Rumsfeld.

SERIA MUY SIMPLISTA aducir que los mil 500 millones de feligreses que conforman la umma (la nación islámica) votarían en forma automática por la teocracia y la jihad (guerra santa). A nuestro juicio, detrás del fenómeno indiscutible de la propensión del Islam hacia el fudamentalismo subyace una oposición al fundamentalismo apocalíptico bautista sureño del equipo Bush, aliado al radicalismo israelí del partido Likud. Un fundamentalismo se enfrenta con otro.

EN TERMINOS GEOPOLITICOS se pudiera aducir que el chiísmo se encuentra dividido en tres ramas: los nacionalistas, los proiraníes y los proanglosajones-israelíes; estos últimos, subdivididos a su vez en dos filiales: los teocráticos, como Abdul Majad-Al Khoei, quien inmediatamente al ser desempacado de Londres (¡obviously!) fue asesinado (mejor dicho linchado y descuartizado para captar la profundidad del mensaje criminal) en la mezquita sagrada de Alí (el primo y yerno del Profeta) en Najaf, y los neoliberales monetaristas, como el ex banquero criminal convicto y chiíta posmoderno Chalabi, un operario de la agrupación mafiosa del Irán-contras.

A NUESTRO JUICIO, la lucha por el poder chiíta en Irak se centrará entre el sector clerical nacionalista, que aún no refleja su potencia como tal, y el sector clerical proiraní (muchas veces con la aprobación tácita de Gran Bretaña, que felicitó abiertamente a Irán por su "neutralidad" durante la invasión a Irak). Porque los chiítas obscenamente proclives al eje EU-Israel han salido asesinados, como el prelado Khoei, o metafóricamente heridos, como Chalabi. Lo relevante es que el cuerpo del sur chiíta está rechazando los transplantes del exterior, en particular el anglosajón-israelí.

¿COMO RECIBIRAN LOS chiítas de Basora la noticia de que el "Comité consultor" (sic) que presidirá el destino del petróleo iraquí estará bajo la batuta de Philip Carroll, el anterior jerarca de la unidad de Royal Dutch Shell en Estados Unidos?

QUIZA ALLI SE encuentre la clave para descifrar el enigma del verdadero poder emergente chiíta en el sur de Irak, o, en su defecto, quien será aquel que saque el mejor provecho. Pero el gran ayatola Sistani, quien ostenta la mayor jerarquía escolástica del chiísmo iraquí en Al-Hawza (algo así como el Vaticano chiíta iraquí), guarda silencio desde su feudo en la ciudad sagrada de Najaf. Ya se pronunció Kerbalá. Ahora falta que se exprese Najaf para detectar la profundidad de la orientación del chiísmo árabe iraquí, que resultó un hueso muy duro de roer para el invasor anglosajón.

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