Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 19 de abril de 2003
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Cultura

''Tantos niños en la calle es un fracaso del proceso civilizatorio''

Scapino, historia de los que viven, pero no existen

ARTURO JIMENEZ

La noche del jueves fue estrenada en México la coproducción multinacional Scapino, ángel de la calle, puesta que aunque muestra detalles concretos y planteamientos sociológicos de la dura realidad que enfrentan los niños de la calle, intenta más bien una reflexión de la misma a partir de algunos recursos propios del teatro.

Esta obra es el resultado de una coproducción entre la compañía La Biznaga y el taller La eMe, de México; Théatre du Versant, de Francia; Acte Sept, de Bamako, Mali, y Los Niños del Mar de Lamentin, de Martinica, Haití.

La dramaturgia de esta obra se nutre en textos de Adam Guevara, Ina Césaire y Carlos Fuentes, así como en el libro Los niños de las coladeras (La Jornada Ediciones), de las periodistas Karina Avilés y Françoise Scarpit.

Puesta en el teatro Julio Jiménez Rueda y con un público que no llenó la mitad de las butacas, Scapino, ángel de la calle fue sin embargo bien recibida por sus primeros espectadores en México.

Sin un desarrollo dramático convencional, Scapino, ángel de la calle logra captar la atención mediante la presentación de fragmentos de las historias de cuatro adolescentes, dos varones y dos mujeres, representados de manera algo forzada por actores adultos que hablan en español, francés y, en una escena, en náhuatl.

La atención también es captada mediante la inclusión de otros personajes, como una Muerte siempre llena de sarcasmo y una mueca de dolor, un Acordeonista ciego y mudo o una Narradora en busca de una respuesta simbólica al preguntarse por qué los niños se refugian en las coladeras y no en las azoteas.

Otro elemento destacable es la utilización de ciertos recursos de vestuario y escenográficos: máscaras, altares, velas, fotografías de niños quizá extraviados, juegos pirotécnicos o el fondo de una ciudad de luces. Destaca también el recurso de la transfiguración: de un Niño en Muerte, o de ésta en Boxeador, noqueado una y otra vez por la realidad nacional.

"Nunca existí"

El tono de tragedia no impide algunos momentos de comedia e, inclusive, de franco melodrama, además de la recreación de visiones mágicas y míticas en la que los muertos pueden hablar. De hecho, dos de los adolescentes, Rosita y El Chivo, interactúan desde el cielo, en el que, por cierto, tampoco han conseguido solucionar sus problemas.

"Yo viví, pero nunca existí", reclama en agonía El Chivo, quien más adelante, con determinación, se opondrá a la idea de que los niños muertos se conviertan en flores, porque entonces las calles estaría llenas de ellas.

Con algunas dosis de esperanza, el tono general de Scapino es demoledor, como en una de las escenas finales, en la que dialogan Aurora y El Estopil, los otros dos personajes principales. Aurora le hace reclamos que reflejan la imposibilidad de ella ya no para el amor, sino para los sueños.

La obra se convierte así, de varios modos, en un reclamo a la sociedad. De hecho, desde el principo la narradora y voz reflexiva sentenciaba: ''Tantos niños en la calle es un fracaso del proceso civilizatorio".

Scapino, ángel de la calle, se presentará este sábado a las 19 horas y el domingo a las 18, en el Jiménez Rueda (Avenida de la República 154, colonia Tabacalera). El día 26 será representada en el Faro (Calzada Ignacio Zaragoza, Unidad Habitacional El Salado, a dos cuadras de la estación Acatitla de la línea A del Metro).

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