Jornada Semanal, domingo 13 de abril  de 2003           núm. 423

GERMAINE GÓMEZ HARO

LOS “SALVAJES” OCHENTEROS
REGRESAN AL MAM

En 1981, la Royal Academy de Londres albergó una amplia exposición titulada A New Spirit in Painting, concebida para restituir la hegemonía de la pintura, que había sido prácticamente "desbancada" por los conceptualismos durante las dos décadas anteriores. En esta muestra se congregaron artistas tan variopintos como Balthus, Lucien Freud, Robert Ryman, Andy Warhol y David Hockney, alternados con una generación más joven que había abierto la brecha a una de las tendencias que marcarían esa década: el retorno a la figuración expresionista.

Gran parte de los artistas participantes provenían de la República Federal Alemana, lo que propició que la crítica internacional dirigiera su mirada hacia ese nuevo colectivo de jóvenes germanos que después fueron denominados "Neoexpresionistas". Entre ellos, los patriarcas del grupo, Georg Baselitz y Anselm Kiefer, ya eran figuras destacadas tanto en su país como en el exterior, mientras que el resto de los pintores alemanes más jóvenes comenzaron a despuntar en esos años hasta convertirse en una de las generaciones más representativas de los ochenta, cuya repercusión se extendió a diversas latitudes. La exhibición que se presenta actualmente en el Museo de Arte Moderno bajo el significativo título de El regreso de los gigantes reúne a doce de estos creadores, a través de unas doscientas obras pertenecientes a la colección del Deutsche Bank que, dicho sea de paso, con sus 49 mil obras es considerada la más amplia de arte contemporáneo en el mundo. Por la variedad de técnicas y temas que presenta, esta muestra resulta altamente ilustrativa del panorama plástico alemán de esa década, en el que surgieron los movimientos conocidos como La Nueva Figuración y Los Nuevos Salvajes.

Lo primero que atrapa la atención al recorrer esta fascinante exposición es el eclecticismo que resulta de la asimilación y reciclaje de imágenes provenientes de muy diversas tradiciones pictóricas, como el impresionismo, el fauvismo, el expresionismo y el surrealismo, con todas sus variantes. Tras una década en la que predominó el arte conceptual de fundamento intelectual y una fuerte tendencia hacia la incorporación de los medios tecnológicos en el terreno de las artes visuales, estos artistas restituyeron la "pintura de contenido" (Inhaltliche Malerei) para ocuparse de las tribulaciones existenciales de su momento, utilizando lenguajes plenamente posmodernos. La pluralidad de estilos es el sello distintivo de estos creadores que eligieron la figuración como una reacción contraria a la abstracción imperante en los años sesenta, especialmente al informalismo y al minimalismo. El nombre de la exposición hace alusión al título de una obra de Reiner Fetting –Van Gogh Gauguin/El regreso de los gigantes (carboncillo y acrílico sobre papel, 1980)– como un homenaje a estas figuras paradigmáticas del arte moderno.

A pesar de asumir una postura de resistencia ante el mainstream del arte internacional, desde sus inicios el movimiento neoexpresionista recibió una buena acogida por parte de los marchantes y coleccionistas de arte, por lo que su éxito se extendió rápidamente hacia otros países de Europa y de América, especialmente tras la participación de Baselitz y Kiefer en la Bienal de Venecia de 1980. El desarrollo de esta nueva corriente alemana coincidió cronológicamente con otros movimientos de espíritu similar surgidos en diferentes ámbitos: la transvanguardia en Italia; la figuración libre en Francia; la pintura de la nueva imagen en Estados Unidos, e inclusive, el neomexicanismo en nuestro país. Quienes visiten esta exposición percibirán lazos de unión entre algunos de los alemanes y pintores mexicanos como Roberto Parodi, Rocío Maldonado, Germán Venegas, Arturo Marty, Alejandro Colunga, entre muchos otros que se fascinaron con el trabajo de sus colegas germanos que se presentaron en este mismo recinto por esos años.

El trabajo de los neoexpresionistas alemanes tiene como común denominador un ímpetu subjetivo cuya característica principal es la gestualidad libre y agresiva en el trazo y en la elección de colores estridentes que nos remiten a las obras más estremecedoras de los expresionistas alemanes de Die Brücke ("El Puente") y Der Blaue Reiter ("El jinete azul"). Sin embargo, la irreverencia de los jóvenes se manifiesta a partir de un humor ácido y demoledor que es reflejo de su profundo escepticismo y desencanto ante la época que les tocó vivir. Muchos de ellos asumieron una postura deliberadamente provocativa, como fue el caso de Baselitz cuando exhibió una agresiva pintura en la que aparecía un hombre con un pene enorme en pleno acto de masturbación, la cual fue confiscada por las autoridades alemanas por considerarla "peligrosamente obscena". Cabe recordar aquí la imperdonable represión nazi contra los expresionistas alemanes en la primera mitad del siglo xx, en cuya memoria se apoya esta generación para propiciar una revisión crítica del pasado y una relectura vinculada al debate contemporáneo.

Algunos de los artistas radicados en Colonia formaron parte del grupo conocido como Müllheimer Freit ("Libertad de Müllheimer") encabezado por Walter Dahn y el checo Georg Jirí Dokoupil, quienes pugnaban por un arte basado en el "absurdo" como "una parodia de la historia del arte". Entre los nuevos salvajes de Berlín se encuentran Rainer Fetting, Antonius Höckelmann, Elvira Bach, Kart Horst Hödicke, Markus Lüpertz y Helmut Middendorf. A. R. Penck –cuyo verdadero nombre es Ralf Winkler– es el único pintor que nació y se formó en Alemania Oriental bajo los estigmas del realismo socialista soviético. Tras su migración a Berlín occidental en 1980 se incorporó a los nuevos salvajes a instancias de Jörg Immendorf.

Los doce artistas que integran esta muestra presentan un panorama representativo de esa intensa y controvertida generación. Sin embargo, pesa la ausencia de Anselm Kiefer y Sigmar Polke, dos figuras fundamentales de la pintura alemana de los ochenta, también conocida como Heftige Malerei o "pintura vehemente".