Cuando mucho, han dado cursos de karate y pláticas

Las maquiladoras de Ciudad Juárez se desentienden de la seguridad de las mujeres que laboran en ellas


Jenaro Villamil -- CIUDAD JUÁREZ, Chihuahua.-Ivette González desapareció en pleno centro de Ciudad Juárez, horas después de abandonar la empresa donde laboraba, la maquiladora Lear Corporation. Había llegado tarde y por esa razón no la dejaron trabajar en ese turno. Días después, su cuerpo fue hallado en el cerro del Cristo Negro, en febrero de este año, junto con el de otras dos muchachas que se sumaron a una lista de más de 300 mujeres asesinadas en esta ciudad fronteriza.
Como el caso de Ivette, el de Lilia Alejandra es otro de los que han engrosado los expedientes de crímenes impunes. Lilia desapareció el 14 de febrero del 2001. Trabajaba como operadora en una maquila. Su madre comenzó a distribuir volantes para colaborar en la búsqueda de su cuerpo. La empresa en la que laboraba, como en el caso de Ivette González, se desentendió por la seguridad de esta muchacha de 17 años. Una semana después, el cuerpo de Lilia Alejandra apareció, desnudo y estrangulado, en un lote baldío de la ciudad. La víctima dejó dos hijos, el más pequeño, de cinco años de edad.
En ninguno de los dos casos, como en las otras decenas de las víctimas que formaban parte del ejército de 279 mil empleados de las maquiladoras de Ciudad Juárez 舑de las cuales el 70 por ciento son mujeres- las empresas han hecho algo para enfrentar esta situación.
Esther Chávez, fundadora de Casa Amiga y pionera en la denuncia de los crímenes en Ciudad Juárez, se muestra escéptica frente a la respuesta de las empresas maquiladoras. 舠Lo único que han hecho es elaborar un plan estratégico para revitalizar la industria maquiladora y enfrentar la crisis de imagen que enfrenta la ciudad ante la historia de femicidios舡, subraya.
Por su parte, Rosario Acosta, de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa, denuncia que ninguna de las empresas maquiladoras garantiza la seguridad de sus trabajadoras y, cuando mucho, lo que han realizado son cursos de karate y seguridad personal al interior de las empresas.
舠Las maquiladoras es un sector corresponsable de lo que está sucediendo. Son empresas trasnacionales que están instaladas con todos los derechos y sin ninguna obligación para con las trabajadoras舡, subraya.
No obstante, la crisis derivada del cierre de algunas empresas y del desprestigio internacional provocado por la sucesión de crímenes está afectando a las maquiladoras. 舠A ellas son a las primeras que se les ha devuelto como un boomerang la falta de atención frente a los crímenes舡, destaca.
Hasta el momento, ni el gobierno municipal, encabezado por el PAN, ni el gobierno estatal priista le han exigido ninguna medida contundente a las empresas maquiladoras para garantizar la seguridad de sus trabajadoras.
Ni siquiera la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que dio a conocer su informe del 2003 sobre la situación de los derechos de la mujer en Ciudad Juárez, emite una recomendación clara para este sector.
El extenso documento elaborado por la relatora especial Marta Altolaguirre sólo menciona el papel de las empresas maquiladoras en el punto 90 del documento:
舠Al examinar la labor tendiente a hacer participar a protagonistas no estatales, la relatora especial recibió también información muy general sobre los esfuerzos realizados por las empresas de maquila en torno a cuestiones referentes a la situación y al tratamiento de los trabajadores en cuestión de seguridad pública. Con respecto a estas últimas, por ejemplo, la situación que se está estudiando plantea preguntas sobre seguridad en los parques industriales y sus alrededores, en que están ubicadas las maquilas, y preocupaciones sobre las muchas trabajadoras que recorren considerables distancias a altas horas de la noche para cumplir con sus turnos de trabajo. A este respecto, el Estado mexicano es responsable de garantizar que las maquilas cumplan sus obligaciones legales frente a sus trabajadores, y también tiene un rol especial de alentar a que las maquilas inviertan en mecanismos de respaldo para los trabajadores y comunidades que los sirven, y para ayudarlos a canalizar esas inversiones en pro del bien público舡.
Por supuesto, distintos observadores y fuentes consultadas en Ciudad Juárez subrayan que ni el Estado ni las empresas han tomado como parte de su responsabilidad fundamental tomar medidas eficaces para garantizar la seguridad de las trabajadoras.
Las iniciativas que se han emprendido forman parte de los esfuerzos de las organizaciones no gubernamentales que, además de enfrentar el acoso y las tácticas de división del gobierno estatal, han enfrentado la indiferencia de muchas de las empresas. Esther Chávez, de Casa Amiga, documenta que este centro de asistencia y asesoría proporcionó pláticas a 5,917 trabajadoras de maquilas, pero considera insuficiente este hecho porque 舠todo se deja a la responsabilidad individual舡.