276 ° DOMINGO 6 DE ABRIL  DE 2003

 
Votar de viva voz...desde gringolandia

José Rodríguez acaba de despacharse un buen almuerzo en La Hacienda, un restaurante de comida mexicana –conocido porque ahí tuvo lugar una reunión del presidente Vicente Fox con los migrantes de Nueva York– en la calle 116, en el East Harlem, mejor conocido como El Barrio. José se encamina a la estación del metro, pero antes decide cumplir con su deber ciudadano: se acerca al teléfono, saca sus dos tarjetas y marca el número. Dice algunas cosas a la bocina. Y ya: José Rodríguez ha votado en las elecciones presidenciales del país que debió abandonar hace tres años, en 2003, para buscarse la vida en la Gran Manzana.

Esta escena es sólo de ficción, por ahora. Pero de hacerse realidad la iniciativa que promueve la Coalición por los Derechos Políticos de los Mexicanos en el Extranjero (CDPME), esto sucederá en las próximas elecciones presidenciales. Así, los políticos mexicanos de todos los partidos, que han sido entusiastas apoyadores del voto desde el exterior sólo de dientes para afuera, ya no deberán lanzar la primera urna, sino el primer cable de fibra óptica.

Entre las opciones que baraja la citada coalición para que el voto desde el exterior sea posible, está usar un avanzado sistema de reconocimiento de voz –como el ya empleado en ciertas operaciones financieras– para que quienes viven fuera del país puedan votar. La opción, sobre todo por nuestra ancestral y bien fundada desconfianza electoral, parece la más factible, por encima del correo o las urnas electrónicas. Mediante el teléfono, además, se evitaría que los migrantes, que suelen tener una gran movilidad, dejaran de votar al mudarse de domicilio. Hacer posible este ejercicio, requeriría que el IFE dotará de credenciales a los nacionales que viven en otros países y que, al momento de “tomarse la foto”, en lugar de su huella dactilar, los electores dejaran registrada su voz.

Los próximos 24 y 25 de abril, una delegación de la CDPME, formada por varias decenas de líderes de la comunidad migrante, estará en México para sostener encuentros con los líderes de los partidos y de las cámaras, con las autoridades del IFE, miembros del gabinete presidencial y Vicente Fox. La tarea única de la delegación será presentar la iniciativa de ley sobre los derechos de voto y representación de los mexicanos en el exterior. Tal iniciativa se encuentra en acelerada elaboración, pero ya sus promotores han adelantado algunos de sus motivos:

“Somos ya un puente económico, social y cultural entre México y Estados Unidos. Con el ejercicio de los derechos políticos contribuiremos por igual a mejorar la relación entre ambos, sin mengua de sus respectivas soberanías. Por el contrario, daremos a éstas una nueva dimensión: la de integrar y aprovechar también en el campo de la política el potencial de la comunidad migrante.”

En previsión de los daños que futuros “amigos” pudieran causar, los migrantes sostienen que su iniciativa de ley garantizará un manejo financiero de las campañas: “confiable, equitativo y transparente”, que “salvaguarde la soberanía” e “inhiba incurrir en delitos electorales”. En este punto, precisan que los donativos a partidos políticos provenientes de mexicanos en el exterior tendrán que ser remitidos al IFE “para su registro público y transferencia, de acuerdo a las normas de transparencia y topes que establezca la ley”.

La propuesta, por si algo faltara, prevé que para el 2006 se garantice por ley la presencia de 15 migrantes en la Cámara de Diputados.
 

Sociedad civil... ¿con qué se come?

“La sociedad civil no es un actor colectivo, no es un espacio único o unificado, no se limita a las ONG y no constituye una especie de actor histórico transformador por naturaleza”. Citamos sólo una de las frases del libro coordinado por Alberto J. Olvera, investigador veracruzano que ha seguido acuciosamente los pasos de más de una de las organizaciones de la así llamada “sociedad civil”.

El conjunto de trabajos reunidos alimentan la curiosidad sobre las agrupaciones más diversas: de la Alianza Cívica ahora devenida en partido político, a los cafetaleros pobres, pasando por las damas de blanco de Guadalajara.

Vale la pena echarle un ojo.

Sociedad Civil, esfera pública y democratización en América Latina: México. Alberto J. Olvera (coord.). Universidad Veracruzana/ FCE, 2003.

Espíritu cristiano

A los mexicanos –que los hay– que piensan que esta guerra no sólo es justa sino necesaria, se les sugiere sumarse a la campañita Rézale a tu presidente, que los caritativos In Touch Ministries promueven por todos los medios.

Usted puede “bajar” el folletito de Internet y mandarlo con su nombre y firma a la Casa Blanca: “Querido presidente Bush, quisiera hacerle saber que me he comprometido a rezar por usted, su familia, su personal, y nuestras tropas durante este tiempo de incertidumbre y tumulto. Que la paz de Dios sea su guía.”

Si todavía tiene dudas, acabe de animarse con estos rezos, uno por cada día de la semana, incluidos en el folletín:

• Para el lunes: “Reza para que el presidente y sus asesores sean fuertes y valientes para hacer lo correcto, a pesar de los críticos”.

• El martes: “Reza para que el presidente y sus consejeros tengan el apoyo unificado del pueblo estadunidense así como el de otros países en el mundo”.

• Y el miércoles, mientras se miran otras imágenes de niños destrozados: “Reza para que el presidente y sus consejeros y sus familias estén seguros, saludables, bien descansados y libres de miedo”.

Según ABC News online, miles de marines en el frente de batalla han recibido este folleto que se llama “El deber de un cristiano”.