276 ° DOMINGO 6 DE ABRIL DE 2003
Los zapatistas que sobrevivieron hasta nuestros días
Héroes olvidados

JESUS RAMIREZ CUEVAS

FOTOS: MANUEL PEÑAFIEL

EN LOS SURCOS DE SUS ROSTROS LLEVAN GRABADA LA HISTORIA de la revolución agrarista. Ellos son algunos de los últimos zapatistas que sobrevivieron hasta nuestros días.

Los veteranos revolucionarios dicen que el general Emiliano Zapata aún cabalga en la memoria de los mexicanos y que por eso sus ideales de "tierra y libertad" son enarbolados por miles de campesinos e indígenas que reclaman la misma justicia por la que se levantaron en armas. En sus palabras revive el México bronco, ese huracán de indignación popular que, cuando la situación se vuelve insoportable, se hace justicia por sí mismo.

La revolución zapatista nació en un rincón del estado de Morelos en 1910, proclamando que "la tierra es de quien la trabaja". Lo que al principio fue la decisión de un puñado de hombres, se transformó después en el Ejército Libertador del Sur, que llegó a reunir más de 60 mil campesinos armados en 11 entidades de la República.

Han pasado casi 100 años de aquella gesta revolucionaria que transformó al país. Durante la Revolución Mexicana, Emiliano Zapata fue considerado como claro ejemplo de honestidad y entrega a su pueblo.

El legendario jefe de las fuerzas insurgentes del sur describió entonces su misión revolucionaria: "Yo pertenezco a una raza tradicional que jamás ha degenerado ni ha podido traicionar las convicciones de una colectividad, y las de la propia conciencia, prefiero la muerte de Espartaco, acribillado a heridas en medio de la libertad, antes que la vida de Pausanias, encerrado vivo en una tumba por su madre en representación de la patria. Quiero morir siendo esclavo de los principios, no de los hombres" (Carta al general Pascual Orozco, 7 de abril de 1913)

Coronel Emeterio Pantaleón. Así disparó su máuser en 52 batallas. Y escarba en la memoria: "A mí me robó Zapata... Estábamos bañándonos en el río, retozando, peleando y echándonos agua (...) Entonces Zapata se detuvo y dijo: ‘Eso quiero, gente que sea de pleito. Vamos a buscar la forma de pelear por lo nuestro’. Y luego, junto con Otilio Montaño, acabó de instruirnos: ‘Lo que ganemos no va ser para nosotros, será para los que vengan después, porque nosotros vamos a morir"
 
 

EL PROXIMO 10 DE ABRIL se cumplen 84 años de asesinato de Zapata en Chinameca, Morelos. Masiosare presenta estas fotografías que rememoran a algunos de los supervivientes de la revolución zapatista. Estos veteranos de los campos de batalla de la guerra justiciera, que incendió a México entero, no vieron cumplirse sus aspiraciones y han vivido en la pobreza como la mayor parte de los campesinos mexicanos. Todos ellos han sido olvidados por los gobiernos posteriores que traicionaron los ideales de Zapata y no cumplieron con la justicia social que prometió la Revolución.
Los testimonios de los últimos soldados vivos del Ejército Libertador del Sur fueron recogidos por el director de cine Francesco Taboada en la cinta Los últimos zapatistas. Héroes olvidados. Manuel Peñafiel, de quien mostramos estas imágenes de su libro Emiliano Zapata, fue el productor y fotógrafo del filme, nominado este año a un Ariel como mejor largometraje documental.
"Estos aguerridos supervivientes son historias del pueblo vivo, voces de la injusticia, pasada y presente. Ejemplos de una historia que no está en los libros", escribió el fotógrafo.
El presidente de la asociación de veteranos zapatistas, Mauricio Ramírez Cerón, de 99 años, afirmó: "Estoy orgulloso de haber pertenecido al Ejército Libertador del Sur. No recibo pensión del gobierno porque no fui por ella, yo fui a pelear por una causa justa, para el pueblo y por el pueblo. Hasta donde llegue este corazón y este hombre, seguiré siendo zapatista".
A sus 104 años, el teniente zapatista, Galo Pacheco, fallecido hace dos meses, dejó un mensaje para las nuevas generaciones: "Nosotros hicimos lo que hicimos en bien del país, pero ya no podemos; ahora los jóvenes heredan la Patria, se las entregamos para que ahora la defiendan"

La sombra de Emiliano Zapata. La vieja hacienda de Chinameca aún conserva las huellas de las balas que cegaron la vida del caudillo del sur aquel fatídico 10 de abril de 1919. En el fragor de la lucha, escribió su epitafio: "Yo me he levantado, no para enriquecerme, sino para defender y cumplir ese sacrosanto deber que tiene el pueblo mexicano honrado y estoy dispuesto a morir a la hora que sea, porque llevo la pureza del sentimiento en el corazón y la tranquilidad de la conciencia" (agosto de 1911)
 
 

Veteranos zapatistas. Galo Pacheco, teniente de Caballería del Ejército Libertador del Sur, con un grupo de viudas de combatientes zapatistas, junto a la vieja locomotora de Cuautla. El tren fue símbolo de las tropas del gobierno, ahí se llevaban a los campesinos a la leva hacia el norte

Felipe Ramos Vargas. Aún era un niño cuando se unió al Ejército Libertador del Sur. En 1999 se reunió en Morelos con delegados del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Ahí habló de la herencia: "Mantengan los principios de Emiliano Zapata, ustedes ahora llevan su bandera (...) No abandonen la lucha por recuperar sus derechos, se los digo yo, que combatí en la Revolución Mexicana. Ahora ya estoy viejo, pero mi valor me lo llevaré hasta la tumba y seguiré obedeciendo las órdenes de mi general Zapata"
 
 

Capitán Baldomero Blanquet. Testigo de la traición en Chinameca: "Zapata entró solo a la hacienda, donde lo recibieron con el toque de honor como general que era. El tenientón dio un paso atrás y le metió un balazo en la espalda. Luego los soldados dispararon una descarga y luego otra (...) Junto con la tropa vi cómo salió corriendo su caballo ensangrentado. Todos los generales lloraban ofuscados; a nadie se nos ocurrió bajar a la hacienda a matar a los del gobierno"
 
 

Teniente de Caballería, Galo Pacheco. Antes de fallecer hace algunos meses, dejó su testimonio: "Emiliano era un campesino y le dolió lo que le hicieron a sus padres y a su pueblo. Por eso peleó, por una causa justa; lo que exigía era tierras, agua, justicia, libertad y ley". 
"La Revolución quedó abolida por los nuevos tiranos, los traidores que ocuparon el poder. Hoy reina la injusticia, la ambición y la tiranía; una nueva era renacerá solamente con violencia. A mí como veterano de la Revolución me despojaron de mis tierras"(Imagen tomada por el fotógrafo, no incluida en el libro)