Luis Eduardo Calderón Aguilera
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En la costa occidental de Baja California se pesca el erizo pues sus gónadas son altamente apreciadas, principalmente por el paladar asiático. Éste es el único lugar en México en el que existe dicha pesca comercial y toda la producción es para exportación, ya que no existe un mercado local para este producto. Tampoco la capacidad económica para pagarlo, ya que el kilo de gónada de primera puede pasar de los 30 dólares estadunidenses.
La
pesca se realiza por buceo semiautónomo, pues el pescador recibe
aire a través de una manguera conectada a un compresor y vigilada
por un ayudante (llamado cabo de vida), caminando sobre el fondo,
entre 10 y 40 metros de profundidad, con pesadas botas de plomo, colectando
los organismos con un gancho y depositándolos en una bolsa de red
llamada "chinguillo", de hasta 50 kilogramos de capacidad.
La faena inicia muy temprano en la mañana, pues el mismo día toda la captura debe procesarse en la planta. Los erizos son abiertos con sumo cuidado para no dañar las gónadas, utilizando una especie de pinza llamada "matador". Las gónadas se lavan en agua salada a una temperatura de 4º C con una solución de alumbre hasta que éstas se reafirmen. Se clasifican en tres calidades, según su color, sabor, textura, consistencia y homogeneidad. Una vez cuidadosamente empaquetadas se mantienen a 0º C hasta que se venden en algún mercado de Japón.
Desde 1972 y hasta finales de los años ochenta se pescaba exclusivamente el erizo rojo Strongylocentrotus franciscanus, (querido lector, siéntase libre de usar el nombre científico de este erizo como trabalenguas o para impresionar a su novio o novia), pues sus gónadas son más grandes y de mejor sabor que las de otras especies. Sin embargo, el excesivo esfuerzo pesquero y factores ambientales, provocaron que su abundancia decreciera drásticamente.
Eso motivó a un grupo de pescadores a extraer erizo morado Strongylocentrotus purpuratus. Antes no se hacía porque la oxidación de las gónadas de esta especie es muy rápida y no era aceptada por el exigente mercado japonés. Evitando la exposición al sol y ensayando con diferentes temperaturas y salinidades, se logró evitar este problema de tal forma que a partir de 1992 se abrió un nuevo mercado para esta especie.
Por lo que respecta a la ecología de estas especies, ambas viven desde la zona entremareal hasta los 40 metros o más de profundidad. Aun cuando ambos son herbívoros y su platillo favorito es la macroalga Macrocystis, el erizo rojo se alimenta de la fronda (hoja) de la macroalga, mientras que el morado lo hace del estipe u órgano de fijación. Las frondas se regeneran rápidamente y no causa mucho problema que alguien se las coma. Pero cuando el erizo morado se come el estipe, la macroalga se desprende y queda a la deriva.
En
condiciones de equilibrio, ambas especies de erizo compiten entre sí,
sus poblaciones se mantienen más o menos estables y no hay un efecto
notable sobre los mantos de macroalgas. Sin embargo, al pescarse el erizo
rojo, el erizo morado "se queda sin competencia", aumenta su abundancia
y en consecuencia su efecto sobre las macroalgas puede ser devastador,
llegando incluso a acabar con un manto en poco tiempo.
Por lo tanto, pescar alternadamente una especie de erizo tiene un triple beneficio: a) para los humanos, porque se sostiene una pesquería cuyos ingresos anuales se cuentan en millones de dólares; b) para los erizos, porque se alivia la presión de pesca sobre ellos y, c) muy importante, contribuye a mantener en equilibrio la comunidad de mantos de macroalgas. Este tipo de comunidad alberga muchas especies de peces, moluscos y crustáceos, varios de ellos de importancia comercial. La tasa de producción de la macroalga Macrocystis puede alcanzar los 800 gramos de carbono por metro cuadrado al año por lo que, junto con otras microalgas (fitoplancton), son la base de la trama trófica de la comunidad.
La alternancia en la pesca de erizo es sólo un primer paso al manejo multiespecífico en pesquerías, un enfoque que, a pesar de ser reconocido desde tiempo atrás, apenas ahora empieza a aplicarse. Sin embargo, el manejo de las pesquerías es un tema más espinoso que los propios protagonistas de esta historia, por lo que lo dejamos para una próxima ocasión.