Cinco
poemas
Bei
Dao
Sitiado
La cereza, devorada por su
propio sentido;
su huesecillo, arrojado
al mar
donde se hunden los pájaros
ciegos
Aguardo por ti en el puerto
La luz cuenta las cantidades
de la noche
cuántos barcos cargados
de tristeza
anclas con el herrumbre
de generaciones,
hundidas en las aguas de
la tormenta
Las estrellas elevarán
su canto
sobre la línea horizontal
del adiós
Hasta que la muerte toque
a la puerta
y la lectura se transforme
en un campo abierto dentro
de libro
Abrazas este libro:
su desnudez colma de luz
la pupila de los pájaros
Colegas
Este libro tan pesado como
un ancla
se hunde en una reinterpretación
de la vida
El escritor parece un reloj
al otro lado del océano
Imposible conversar
Las palabras flotan toda
la noche en el océano
Al amanecer, de pronto,
se alzan en vuelo
Las risas caen dentro del
tazón
El sol cuelga del gancho
del carnicero
El primer autobús
se dirige
a la oficina de correos
al final del campo
Oh, ese tono verde del dios
de los adioses
El escritor pregunta de súbito:
"¿Quién conoce
la astucia de la derrota?"
Bajo los árboles
de vertiginoso crecimiento
cuanto más cambio
más pequeño me vuelvo
Deambulo en los escaques
de la ciudad
Fragmento
de revista
Pasa por la calle como un
violento galope
sus cascos sacan chispas
por momentos
El poeta y su noche se sientan
en una esquina
Una taza de café
caliente: en la cancha
compiten los dos equipos
los espectadores saltan
para convertirse en cuervos
Ah, el rumor de la derrota
Papá está
sentado en el remate de la chimenea
lleva al poeta a un piso
aún más alto
El sol hace sonar sus tambores
en las nubes
El buque de los pescadores
zurce el océano
Por favor, a lo largo de
la línea dobla este instante
Pide que se junten los campos
de maíz y las estrellas
Los brazos de Dios, sin esperanza,
se mueven en la esfera del
reloj
El poeta cae en la trampa
del poema
encanece en una sola noche
Un viento furioso sopla
en todo el edificio
El
principio
El tirano de la memoria llama
a rebato
rompe el sitio de su tiempo
intenta atrapar al policía
del tiempo
para reconocer las huellas
dactilares
El principio agita un resplandor
sin término
Las estrellas reservan sus
butacas
en el teatro de la noche
para ver morir al dios del
amanecer
La sombra de los asesinos
se inclina
sobre un destello
El canto hace un nudo en
la garganta
El principio, tibio como
sangre de lobo
El mañana es el oro
puro del superviviente
El huérfano dirige
un cantar de ciegos
Por un desfiladero se mira
brillar la luna
donde comienzan el cielo
y la tierra
En el principio, la luz
del fuego
En el principio tenían
nombre
Los ríos atravesaban
los horarios
El sol abría su paraguas
deslumbrante
para despedir a los forasteros
El principio fue una travesía
Diario
de viaje
Antes que el tren entrara
al bosque
me dormí como un
extinguidor inútil
El quirófano iluminado:
la disección de los
órganos internos
Alguien hace sonar el acero
Qué débil
el latido del corazón
Da un salto
lleva la noticia al más
oscuro rincón
trae del futuro a la ciudad
¡Adelante! Al solecismo
más profundo
de los niños del
futuro
Me asomo por la ventana
del vagón
para volver la vista atrás
como el escritor, desde
su éxito de ventas,
mira en su derredor
Qué buen tiempo
Los dedos de las nubes blancas
resbalan a todo lo largo
de la línea hasta el final
Por encima del muro rompe
el día
Publicados originalmente
por la revista Jintian,
dirigida por Bei Dao,
en 2001
Versiones del chino al
español de Alejandro Pescador
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