Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 6 de marzo de 2003
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Cultura

Habla Juvenal Acosta, autor de Terciopelo violento, su novela más reciente

Acercarse a la sexualidad va más allá del erotismo y la pornografía

Manipulada, la idea de que sólo haya esas dos maneras de análisis, considera el escritor

''Ser indocumentado en Estados Unidos me enseñó a tener respeto por el trabajo manual''

CESAR GÜEMES

Luego de ser un joven poeta con cierto reconocimiento en México, su país, Juvenal Acosta pasó, porque así lo quiso, a trabajar como indocumentado en Estados Unidos, lo mismo en una cocina que en el área de la construcción. Pero las letras lo llamaron transcurridos ocho años de llevar la doble vida de empleado y escritor: regresó a la academia y obtuvo la maestría y el doctorado en letras por la Universidad de California, en Davis.

Ahora el escritor visita México para dar a conocer su nueva novela, Terciopelo violento, publicada por Joaquín Mortiz.

Saludable, vivir ''del otro lado''

-ƑCómo es la vida de un poeta mexicano que trabaja sin documentos en Estados Unidos?

-Terriblemente dura, pero desde el punto de vista del aprendizaje es necesaria para quien haga cualquier tipo de trabajo de creación. Siempre es saludable vivir ''del otro lado": desclasarse por completo y ser un mexicano más metido dentro de una cocina o en los cimientos de una casa es una vivencia muy atesorable. Eso me enseñó a tener respeto hacia el trabajo manual y a ser humilde conmigo mismo. Así que fui ilegal hasta que al paso de los años regularicé mi situación migratoria.

''Sin sentimentalismos, digo que a veces extraño esa época por el contacto con paisanos mexicanos y con estadunidenses de muy modesta condición. No es lo mismo que estar en un salón de clase y hablar de Jorge Luis Borges o James Baldwin.

-Aunque la academia te llamó de nuevo, finalmente.

-Fue un proceso muy refrescante: de trabajar ocho horas continuas, cargando un cinturón de herramientas muy pesado y comer emparedados fríos, a dedicarme de tiempo completo a los libros resultó vital para mi obra. Mi vida era en cierto sentido esquizofrénica: de día era un trabajador de la construcción y en la noche era escritor, cuando no estaba cenando con Lawrence Ferlinghetti o Allen Ginsberg, que resultaron muy accesibles. Moverme hacia la academia fue darle coherencia al hecho de ser escritor.

Juvenal Acosta pasó de la poesía a la novela no sólo por una necesidad creativa, sino porque aún tiene cuatro contratos firmados con editoriales mexicanas, junto con los dictámenes correspondientes de otros tantos libros que no han sido publicados y quizá ya no lo serán.

''Luego de eso descubrí que mi posibilidad como escritor abarcaba la poesía, pero también la prosa. Ahí empecé a tener lectores, por cierto, hasta ahora más en la traducción al inglés de El cazador de tatuajes que en su castellano original."

Buscar el aprecio de los lectores

Terciopelo violento contiene lo mismo la descripción minuciosa de escenas sexuales que el tono llamado neogótico, pero no descansa sólo en su temática.

Explica Acosta: ''Espero que quien lea la novela lo haga no sólo por las descripciones explícitas de actos sexuales.

''Me interesa mucho la separación entre el erotismo y la pornografía. La idea de que haya sólo esas dos maneras de acercarse a la sexualidad me parece manipulada.

''Para mí, hacer este tipo de escritura es consecuencia natural de la historia que empecé a contar, le seguí los pasos a mis personajes. Si me hubiera negado a llevarlos a los terrenos oscuros donde se mueven, habría sido hipócrita de mi parte, porque yo también quería visitar esos sitios para ver qué pasaba conmigo y con mis personajes.

''La idea, a final de cuentas, no es sólo la descripción detallada de ciertos contactos carnales sino las consecuencias de los mismos, que son las que después de todo mueven narrativamente a Terciopelo violento.''

Apreciado por la crítica en Estados Unidos, singularmente por el narrador y guionista Barry Gifford, el de Perdita Durango, Juvenal Acosta prefiere a los lectores:

''Más que el respaldo de los críticos, busco el aprecio del lector, porque me preocupo de que mis libros estén bien escritos y contengan historias interesantes."

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