LETRA S
Febrero 6 de 2003

¿Quién dice que no hay futuro?

ls-vihvenciasAntonio Medina

"Aprendí que existía la salud sexual, los derechos sexuales, el derecho a la salud, al placer y a la información después de que me infecté de VIH. Hoy en día mi lucha no sólo es a nivel personal, es una responsabilidad social", comenta a Letra S Juan Alfonso Torres. A sus 36 años de edad, 15 de los cuales ha vivido con VIH, Juan Alfonso se cuestiona: ¿quién dice que no hay futuro?, al tiempo que describe su pasión por las artes gráficas, trabajo que le da la posibilidad de crear y expresarse, además de ganar dinero y hacer algo por la lucha contra el sida en organizaciones como Identidad Saludable, A.C. y el FrenpaVIH del estado de Hidalgo.

"Cuando me enteré que era portador del VIH pensé que todo estaba acabado; con el tiempo me he dado cuenta de que, en efecto, se acabó lo que no servía, junto con el sentimiento de culpa y las personas que no te quieren ni respetan. Descubrí que tengo la riqueza de la sexualidad y que merezco una vida feliz. Afloró un potencial que me permitió cuestionarme muchas cosas. Aprendí lo que significa ser ciudadano y no tener derechos o que éstos no sean respetados por el hecho de ser VIH positivo.

"¿Cuánta gente tiene que infectarse para que como sociedad entendamos que la educación sexual objetiva y científica puede evitarlo? La salud sexual es muy importante, lo malo es que no nos llegó a tiempo y la que se nos da en la escuela, la mayoría de las veces, está impregnada de los valores tradicionales y moralistas que lo único que provocan es la culpa. Lo ideal es que la educación tenga una perspectiva más abierta y con información científica, alejada de prejuicios y estigmas. Con ello, muchos jovencitos infectados no estarían cargando con este paquete.

"El VIH es una circunstancia que te obliga a visualizarte en el futuro. Mucha gente lo toma como pretexto para no cumplir sus proyectos de vida y esconder su cobardía. Yo pasé por esa etapa, no obstante, trabajé mucho en mi autoestima, lo cual es necesario porque cuando te sabes seropositivo sientes que ya nadie te va a mirar, a tocar, a desear, porque es cierto que un día despiertas y tienes tres o cuatro kilos menos. Ante esto tienes que ir aceptando quién eres, dónde estás, cómo vives y cuál es tu circunstancia (no digo problema porque no lo es). Si te descubres bajo de peso debe ser porque no comiste, no dormiste o tienes miedo y estás angustiado. Todo esto te hace sentir como una persona no deseada, por lo mismo te condicionas y encapsulas, lo que provoca el rechazo de los demás. En cambio, cuando lo superas, aunque tengas 20 kilos menos, tu actitud ante la vida cambia radicalmente. La imagen te cambia, el carisma regresa, la manera de vivir cambia y eso atrae. Cuando tienes algo positivo, atraes.

"En mis casi 15 años de vivir con VIH he pasado por tres fases terminales, que no han sido tales, pues estoy vivo. Lo que quiero decir es que he superado momentos muy difíciles y hoy, a mis 36 años, mi amor a la vida, el de mi familia y amigos es lo que me mantiene en la lucha."