Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 30 de enero de 2003
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Economía

Cifra 27 veces superior a lo obtenido por la privatización de Mexicana y Aeroméxico

Aerolíneas han costado a contribuyentes 4 mil 200 millones de dólares en 30 años

"Las empresas de aviación han vivido en una ficción típicamente mexicana": Cidac

VICTOR CARDOSO Y ROBERTO GONZALEZ AMADOR

Continuas generadoras de quebrantos para el fisco, las dos principales aerolíneas mexicanas, agrupadas actualmente en la Corporación Internacional de Transporte Aéreo (Cintra), han provocado a los contribuyentes mexicanos pérdidas en las pasadas tres décadas por 4 mil 200 millones de dólares, cantidad 27 veces superior al monto de los recursos que el gobierno federal obtuvo durante el gobierno del ex presidente Carlos Salinas de Gortari por la privatización de Aeroméxico y Mexicana de Aviación.

Reportes oficiales indican que sólo en los pasados dos años, la controladora Cintra, empresa propietaria de Aeroméxico y Mexicana de Aviación y de la que el gobierno federal y el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) detentan dos terceras partes de las acciones, acumuló pérdidas por 2 mil 478 millones de pesos, cantidad equivalente a 63 por ciento de su valor de mercado: 3 mil 930 millones de pesos.

La historia de la aviación comercial en México, iniciada en 1921 con la fundación de la Compañía Mexicana de Transportación Aérea, es un constante ir y venir de manos privadas al sector público.

"Las empresas de aviación han vivido en una ficción típicamente mexicana: quiebra, lo que impacta muy gravemente a los bancos que las habían financiado y, como el gobierno no puede permitir que se interrumpa el servicio aéreo ni está dispuesto a que quiebren los bancos, crea toda clase de ficciones para mantener a flote tanto a las empresas de aviación como a los bancos", expone un estudio auspiciado por el Centro de Investigación para el Desarrollo (Cidac), institución independiente enfocada a buscar alternativas para el desarrollo de México.

Sólo que la "ficción" con que los gobiernos han enfocado las políticas hacia la aviación comercial ha resultado altamente costosa para una país como México, en el que sólo dos de cada 100 personas utiliza con regularidad el transporte aéreo.

Un estudio publicado por el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) documentó que entre 1959, cuando fue adquirida por el gobierno, y 1989, cuando concluyó su reprivatización, Aeroméxico generó pérdidas para el Estado por 3 mil 200 millones de dólares. Adicionalmente, Mexicana de Aviación, también vendida a particulares durante la administración del ex presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), operaba con pérdidas anuales de 60 millones de dólares. De acuerdo con estimaciones oficiales y de varios especialistas, las dos aerolíneas han generado pérdidas por un monto actualizado de 4 mil 200 millones de dólares, al que se suma los 247.8 millones de dólares que ha reportado como merma en los pasados dos años Cintra, creada en 1995.

La historia de las intervenciones gubernamentales para salvar de la quiebra a las líneas aéreas en México inició cuando en 1968 el gobierno federal decidió rescatar a Mexicana. En 1982, la administración intervino nuevamente para evitar la insolvencia y adquirió 54 por ciento de sus acciones. Esa participación fue vendida en 1989 al Grupo Havre, por 176 millones de pesos, poco más de 58 millones de dólares de la época.

El estudio del Bancomext, elaborado por la especialista María Antonieta Pérez Escobedo, relata: "En el caso de Mexicana de Aviación, una de las cuatro líneas aéreas más antiguas del mundo y la más importante de América Latina, el proceso de enajenación empezó en 1986 al poner en venta 54 por ciento del capital accionario. Hacia finales de 1987, sin embargo, ningún grupo privado había presentado una oferta de compra. Al año siguiente, en razón de los fuertes movimientos especulativos de las acciones, la entonces Comisión Nacional de Valores decidió retirarla del mercado bursátil".

La especialista añade que a partir de 1988 se emprendió una restructuración a fondo de Mexicana de Aviación, que incluyó el cierre de puestos de trabajo, la modificación del contrato colectivo de trabajo, el cambio de rutas y la renegociación de la deuda. "Como resultado de esas medidas en 1988 comenzaron a obtenerse ganancias y se avivó el interés de los particulares" por adquirir el paquete accionario del gobierno.

Por lo que toca a Aeroméxico, señala que la empresa fue adquirida por el gobierno en 1959 y, desde ese momento hasta su venta en 1989 generó pérdidas por 3 mil 200 millones de dólares.

"A finales de los 80, Aeroméxico y Mexicana arrojaban pérdidas anuales de 100 millones de dólares, aunque esas cifras seguramente subestimaban las pérdidas reales", apunta el estudio del Cidac. Establece que en ese tiempo las deudas de las aerolíneas eran enormes, lo que en caso de incumplimiento -y precisamente para evitarlo fue que las rescataron financieramente- podría haber iniciado una serie de quiebras en cadena del sector bancario. "De esta manera, el gobierno se dedicó a mantener la ficción de la salud financiera tanto de los bancos como de las aerolíneas, independientemente de la realidad financiera de ambos".

El Cidac apunta que la forma en que el gobierno de entonces salvó de la quiebra a las empresas y a sus bancos acreedores fue a costa del consumidor. "Luego de la quiebra tanto de Aeroméxico como de Mexicana, la única solución que pudo encontrar la burocracia fue la más perniciosa para el consumidor, pues implicó fusionarlas, sacrificando los intereses de los usuarios".

Una historia similar ocurrió a partir de 1994. Aeroméxico - que fue defraudada por Gerardo de Prevoisin, su director entre 1989 y 1994, con 64 millones de dólares-, y Mexicana de Aviación seguían enfrentando una abultada deuda bancaria.

En un documento oficial, el IPAB explica: "durante 1994, Aeroméxico y Mexicana experimentan una crisis de liquidez. Esto, debido entre otros factores, al entorno tarifario altamente competido y al exceso de oferta de asientos en el mercado mexicano de aerotransporte. En septiembre de 1994, De Prevoisin (quien aportó 8 millones de dólares de Aeroméxico a la campaña presidencial de Ernesto Zedillo) renunció a su puesto".

Aeroméxico y Mexicana fueron agrupadas dentro de Cintra, en la que 50.5 por ciento de las acciones está en poder del IPAB; otro 15.5 por ciento del gobierno federal y el resto en manos de los bancos acreedores.

Aquí nuevamente opera el mecanismo que ha permitido a las empresas aéreas vivir de la economía ficción desde los años 60. Cintra enfrenta pasivos que a septiembre pasado sumaron 15 mil 177 millones de pesos, mil 600 millones de dólares al tipo de cambio de ese mes. Según el más reciente reporte, Cintra tiene un valor en libros de 900 millones de dólares, mientras que el de mercado de sus acciones alcanza apenas 393 millones de dólares. La venta de Aeroméxico y Mexicana se encuentra en marcha. De los recursos que se obtengan, la mitad irá al IPAB, que los destinará a reducir el costo del rescate bancario

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