La Jornada Semanal,   domingo 26 de enero del 2003        núm. 412
Cayetano Cantú Moreno

Dos miradas helénicas

KOSTÍS PALAMÁS
(1859-1943)

El poeta griego nacido en Patras, huérfano desde su temprana infancia, lector precoz, crítico literario juvenil, abogado de litigio virgen –no ejerció profesionalmente el Derecho–, funcionario académico en la Universidad de Atenas –durante más de tres décadas– son parte de la historia personal del Palamas "poeta de la liberación patria".

El patrasiano Kostis Palamás marcado por la melancolía y las depresiones infantiles pasa de su "liberación en el mundo subjetivo" a la construcción de una de las corrientes literarias más importantes que influyen en la política helénica para unir Grecia a Europa. Afanoso de la "otra liberación" toma el escudo del "habla-lengua-lenguaje en formación del demótico –griego moderno–" como parte de las estrategias y recursos orientados a superar el viejo idioma –el katarevousa– asociado a la hegemonía del elitismo colaboracionista de la dominación extranjera.

A Palamás, reconocido como "constructor emocional de su país", lo marca el destino como luchador incansable a favor del demótico griego. Es simultáneamente crítico literario, poeta de excelencia, ensayista consumado. En la globalidad que caracteriza el inicio de siglo y milenio, se hace interesante un acercamiento al repaso de una fase poco difundida en el contexto de la "cultura nacionalista" del país donde se asentaron parte de los cimientos occidentales, ahora en el ojo del huracán en la "Aldea Globalizada", en función de una poética que sigue en la galaxia de Gutenberg como ejemplar y digna de testimonio.

Con estas reflexiones genéricas se ofrece al lector una serie de poemas que pertenecen a distintas colecciones. A cada quien, su "propia liberación".

Canción desnuda

Todo está desnudo alrededor,
aquí todo se encuentra desnudo
la planicie, las montañas, el horizonte,
es de día.

La creación es transparente,
sus palacios permanecen abiertos.
Ojos, sacien su sed de luz,
guitarras, colmen su hambre de ritmo.

Aquí los árboles crecen separados,
en un caos,
el mundo es vino puro,
aquí reina la desnudez.
Las sombras, sueños son
y aquí, aún la noche
esboza una rubia sonrisa.

Aquí, todo se subleva
con pechos
desnudos, sin pena
la seca roca es una estrella,
el cuerpo es llama,
¡tu divina desnudez, noble Ática,
está unida con oro, plata, perlas y rubíes!

Aquí, el joven es embrujo,
la carne, es dios,
la virginidad, Artemisa,
el deseo, Hermes,
Aquí, cada momento desnudo
Hermes sobresalta al pasado,
a los monstruos marinos,
Afrodita desnuda surge y todo inunda.

¡Quítate la ropa!
¡Vístete con la desnudez, alma mía!
Vístete de belleza.
Sacerdotisa del desnudo,
alma mía, tu cuerpo es un templo.
Magnetiza mi mano. Ámbar de la carne,
¡Que mis brazos te envuelvan!
Dame de beber el olímpico néctar de la desnudez.

Rompe el velo: despójate
de la pesada túnica.
Une tus espléndidas formas
a las de la naturaleza.
¡Deshaz tu cinto! ¡Cruza tus brazos
sobre el corazón!
Haz con tu velo
una real vestidura.

¡Vuélvete una inmóvil estatua!
Deja que tu cuerpo asuma
la perfección del arte
que en la piedra brilla
juega y actúa con ideas desnudas
como animales ágiles, salvajes, serpientes, pájaros.

Juega y representa
la voluptuosidad de lo bello,
purifica tu desnudez y
vuélvete espíritu.
Deja que el alba
redonda, alargada, suave,
haga con sus curvas una danza.
¡Oh, divinos tremores
bailen, dancen!

Frente, ojos, olas, cabello, muslos,
valles secretos, rosas de amor,
mirto, escondites,
piernas que atrapa, temblores,
fuentes de caricias, palomas
de deseo, halcones de destrucción.

Boca, expresa desde el alma palabras no dichas,
boca
como la cera de abeja,
color granada,
boca con lirios de alabastro.
Los juegos de abril
envidian las formas de tus senos
por no beber en ellos.

Beber de los rosados,
turgentes, esmaltados pechos
la leche de mis sueños felices.
Feliz soy.
Yo soy tu hierofante,
tus rodillas son altares,
los dioses hacen milagros
en tu ardiente abrazo.

Lejos de nosotros todo
está cubierto y oculto,
lo feo, lo impuro, lo extraño.
¡Que todo sea visible,
que esté desnudo, sin culpa!
La tierra, el aire, los cuerpos, los pechos.
La verdad es desnudez
y la desnudez belleza.

En el sol, espléndida desnudez
de un día ateniense
si a ti algo te parece
un monstruo desnudo,
como un árbol sin hojas, sin brillo,
sin la gracia de la sombra,
como piedra bruta,
cuerpo delgado y seco.

Algo desnudo en el horizonte
con mirada ardiente,
sólo para mostrar que vive,
un hijo de los sátiros,
un animal salvaje,
con una voz de plata,
no huyas, soy yo.

Soy el sátiro aquí arraigado,
como un olivo,
detengo los vientos con mi flauta,
toco y hago danzar a los
hombres, a los animales
y a los fantasmas que aparecen
los que adoran y son adorados.
Yo toco y embrujo.

El dodecalogo del gitano
(fragmento)

Gitana, pecho de perdiz,
maga que hablas
a los astros a media noche
con lenguaje de mando.

Eres más grande que el mundo
y al mundo sorprendes,
las estrellas te coronan
como a una hada.

Enciérrame en la vida
con tus fuertes brazos
soy el mago del amor
maga de estrellas.

Enséñame a conocer
el destino de hombres y naciones,
el secreto de los ciclos
y de los cielos.

Cómo revivir
los mágicos espejos
de las mujeres más bellas
y de todos los tiempos y del tiempo.

Cómo atar en el círculo dorado
de los demonios
y a las hordas de seres fantasmales
y someterlo.

Cuando las palabras
el demonio y el fantasma,
en el dorado anillo
del ritmo.

Tristeza de las marismas

Canciones de Ianina, de Esmirna, de Estambul,
canciones de Oriente que por mucho tiempo llevó mi alma
canciones tristes
que me modelaron el alma.
Que está llena del perfume de su música
y en sus alas vuela.

En ustedes habla y gime la madre
y exhala intensos perfumes,
sus besos lascivos son de fuego, esclavizada
adora la fatalidad y la teme.
Tiembla el alma y la carne, esclava en un harén
es la Anatolia lánguida.

En ti lloran la oscura pobreza y
la alegría, el gozo en ti es un canto amargo,
sombrío, pobre,
esclavo perezoso,
de corazón estrecho, inactivo...
soy un paseante como tú.

Paseos y saludos

Era como las ramas del granado
cuando abre la boca el niño enfermo
para tomar el primer alimento.
Era como la dulzura del sueño
que inclina las pestañas de un obrero.
Era como el agua fría
en la raíz del arce
y como la sombra en la
cabeza desnuda del labrador.
Era como el florecer de la violeta, que en la tarde
se abre en la hendidura de la roca.
 
 

YORGOS MOLESKIS
(1946)

Nació en Chipre, en 1946. Tuvo diversos trabajos mientras hacía sus estudios nocturnos entre 1974 y 1982. Estudió en la Facultad de Letras en Moscú. Bajo el título de El agua de la memoria Moleskis agrupó tres secciones: "En espera de la lluvia", "En la órbita de la poesía" y "El agua de la memoria". De la primera sección son los poemas que aquí presentamos.

El agua en su perspectiva mítica está íntimamente ligada a las ideas de la cosmogonía y la creación. La memoria colectiva y la memoria individual se presentan como dos riberas que el agua se encarga de unir.

Moleskis es, sin duda, un poeta de gran importancia en Chipre, con una trayectoria de múltiples publicaciones. Con gran alegría presentamos ahora al público de México siete poemas de esta colección.
 

Amor matutino
Vengo de un amor matutino
que mi cuerpo debilita
y regocija mi alma.

Peregrino, vengo de lugares antiguos
donde florecen la acacia dorada
y la roja amapola

Árboles, hierbas y flores
crecen entre las piedras antiguas
enfrentando el paso de los siglos
con la belleza del día
y el triunfo del momento

Estas piedras
con la esencia que recibieron del alma y el saber
están frente a los inmortales por la eternidad

Pero la amapola
las flores doradas
y mi amor matutino,
son el tiempo mismo
que cada día muere y renace

Deuda
Cada palabra que aprendo
me endeuda con miles de años
cada nombre cada leyenda
me endeudan con miles de años
Plenos
de sombra y luz
de construcciones y de ruinas

Una deuda no saldada
que pesará
siempre
sobre los herederos

El verso
El verso es sueño
deseo secreto
deseo manifiesto
ardiente deseo de lo real
ardiente deseo imaginario
El verso es pasión
de vivir lo que vives
de revivir lo que has vivido
El verso es arrepentimiento
de lo que te pertenece
y de lo no vivido

Y
como
cada latido del corazón
prolonga la vida
sin cesar
se multiplican los versos
los deseos
los sueños...

Abril
Abril, he aquí que renazco
con dolor
que desgarra hoja por hoja mi corazón

La primavera se une al sable
y destroza hoja por hoja toda la tierra
con vigor ataca y con vigor fracasa
Siembra la muerte en las almas
y la enfermedad en el espíritu

En otoño el deseo desnudo
será como la hoja desnuda de
un árbol
y hoja por hoja
el alma me desgarrará

Mañana de primavera
Las mujeres de la mañana emergen de sábanas blancas
salen del fondo de la sombra plenas de luz
y llevan una brisa de perfumes
y de historias cotidianas.

Visten diáfanos trajes
caminan entre las flores
y en un diluvio de perfumes
dejan pasar un aire de tristeza en el alma
–raspón insignificante
en esta afirmación universal de la vida.

Pasión
Siempre me acerco a ti, cada vez que
paso de un amor a otro
siempre enamorado
una columna de agua fresca
donde bebo sediento
pero nunca saciado

¡Cómo llenar un cuerpo
que se desintegra cada día
en innumerables moléculas
un alma que se apaga sin cesar en la luz
y no termina!

Sólo lo que se vuelve arte
encuentra en sí misma la satisfacción plena
desafía la muerte
y asciende a Dios.

El sol
El sol es un camino de luz
donde avanzan o se sumergen los siglos
como bolas de plomo se hunden los astros.
Va y viene por la tierra infatigable.
Perdona la vida, la quita, los amores, los sueños
suscita las revoluciones
se vuelve símbolo, voz de oro
que insistente
afirma que hay esperanza
Versiones de Cayetano Cantú,
a quien La Redacción de La Jornada Semanal
y los filohelenos mexicanos le deseamos un pronto restablecimiento.