Jornada Semanal, domingo 11 de enero del 2003          núm. 411
ANGÉLICA
ABELLEYRA
MUJERES INSUMISAS

TSRUYÁ SHALEV: ALUMBRAR A LAS ALMASEN CRISIS

Jerusalén, Israel. La gusta cruzar fronteras mentales, morales y geográficas con su escritura. Y por eso la poeta y novelista Tsruyá Shalev rompe algunos códigos: hermana algunos pasajes del Talmud –el libro sagrado judío– con escenas eróticas de la vida común, y se niega a inmiscuir en sus novelas los acontecimientos en su país, Israel, sumido en la incertidumbre, la sospecha y la sobrevivencia. "La realidad externa no se alimenta más que de horror y reivindico mi libertad de nao aludir al conflicto y sí a ocuparme de lo que me hace vivir: los pequeños tonos y sentimientos que quizás puedan transformar la existencia del ser humano. Trato de alumbrar al alma en los momentos de crisis; finalmente no soy escapista pues el mundo interior no tiene por qué ser más feliz que lo que acontece afuera."

Una de las autoras más leídas en Israel por las novelas Vida amorosa y Marido y mujer, traducidas a trece idiomas (incluido el español) y con premios internacionales, Shalev pertenece a una familia de escritores que facilitó su contacto con la poesía. Nació en 1959 en el kibbutz Kinneret localizado en el Mar de Galilea y creció entre huertos y colinas azules junto con la creencia de sus abuelos en una vida igualitaria y compartida. Era un ambiente propicio para escribir al lado de la lluvia, que consideraba un milagro. A partir de entonces Tsruyá no busca explicaciones ante la sorpresa y deja fluir su manantial interno cuando reina el misterio.

Marcada por la Biblia, desde su nombre que significa "bálsamo", se crió en un ambiente no-practicante a pesar de su educación judía. Y fueron sus inquietudes literarias, más que religiosas, las que la impulsaron a cursar estudios bíblicos y de historia de Israel en la Universidad de Jerusalén. Con esa influencia a manera de "potencia literaria", en sus obras ubica leyendas del Talmud en un ambiente erótico que generó polémica en Israel, sobre todo con la aparición en 1997 de su Vida amorosa, segunda novela que batió índices de venta en Alemania y recibió el Golden Book del Gremio de Editores de Israel. Luego vino Marido y mujer, narración acreedora al premio alemán Corine International Book Award 2001. Sus antecedentes fueron la poesía reunida en Easy Target for Snipers (1988) y la novela I Danced I Stood.

Para Shalev escribir es una forma de dominar el destino, al menos ése de sus personajes que viven "la realidad alternativa de la escritura"; realidad que resulta para ella más clara que el acontecer político que la circunda y por ello admite de forma tajante: "Ignorarla, es lo que puedo hacer de la realidad israelí."

"Cuando llegó la Guerra de los Seis Días, la guerra del desgaste, aprendí que debía dividir la realidad exterior y la interior pues durante mucho tiempo no logré escribir una palabra tal vez como una huelga de protesta personal. Luego advertí la fuerza que la literatura me otorgaba en momentos de violencia y desasosiego, así que ejercí mi derecho de elección. Algunos escritores han tomado esta vía de relatar su acontecer interno pero otros no. Mientras en los años cuarenta y cincuenta, cuando surge el Estado de Israel, los narradores se ocuparon de lo colectivo: los kibbutz, las luchas, las guerras y los conflictos morales, a partir de los ochenta la literatura se fatigó de esos temas y se centró en los amores y desilusiones del individuo. Tal vez fue una rebelión pero también la miro como un anhelo por una vida normal. En ese rubro me ubico, en la aventura de la escritura que es la más apasionante que conozco y me permite una vida alternativa de privilegio ante un país, como Israel, que pide tanto de sus hijos."

Así, con ese tamiz interno, la autora borda en las relaciones humanas asfixiadas por la cotidianidad y el tedio; construye amores que se niegan a reconocer sus engaños o dependencias destructivas. Y lo hace mediante un largo tono poético sin interrupciones, con tensión y ritmo que agudizan las interrogantes sin embellecer las luchas de los seres y las almas.

¿Cómo huir de las trampas de una palabra tan simple como la palabra amor? ¿Se puede evitar la simbiosis de la vida en pareja? ¿Existe una posibilidad de reconstrucción?, pregunta Shalev sin ofrecer siquiera respuestas únicas ni salidas rosas. Al fin y al cabo lo que le importa es ponerse ella y lectores a hacer un examen de sí mismos sin esconderse detrás de la ilusión que otorga la rutina y nos lleva a todos al adormecimiento.