Emigran principalmente a Monterrey, NL
El empleo doméstico, única alternativa de trabajo para mujeres jóvenes de San Luis Potosí, Veracruz, Hidalgo, Oaxaca y Puebla
舦 Son el principal sostén de sus familias
舦 Pocas perspectivas de superación personal

Elsa Reveles Ramírez .- Monterrey, Nuevo León., Ya sea mediante giro, deposito bancario o el método más practicado de envío directo a través de un amigo, Lorena Hernández Cruz -18 años- manda mensualmente de dos mil a dos mil 500 pesos, de los tres mil 500 que gana en ese lapso como empleada domestica en Monterrey, a su familia que reside en su natal Tamazunchale, San Luis Potosí, de donde emigró hace más de un año, motivada por una amiga y alentada por la promesa de un salario que multiplicaría el que ganaba en su pueblo natal.
Aunque su familia no la presionó para que saliera del pueblo a trabajar, Lorena quiso seguir el ejemplo de sus amigas, de empezar a ganar dinero y conocer la ciudad tan mencionada, donde se congrega la mayoría de sus amigas y conocidos. Ellas la recomendaron a su vez con la patrona que la contrató para aseo general de su casa, ubicada en la colonia del Valle, una de las zonas más exclusivas de Monterrey.
Desde que recibió su primer salario, que en un principio era de sólo 500 pesos por mes, la joven comenzó a enviar parte de este a su casa, no por obligación sino por la convicción que surgió dentro de si, al percibir la carencia económica en su familia.
Al igual que Lorena, varias de sus amigas, con un salario que va de los 500 a los mil pesos semanales, las jóvenes indígenas procedentes de San Luis Potosí, Veracruz, Hidalgo, Oaxaca, Puebla y otras entidades del país, se han convertido en proveedoras de ingresos para sus familias residentes en su lugar de origen.
舠En nuestro pueblo no existe forma de ganarnos la vida, la tierra ya no es productiva y uno (las mujeres) salimos a buscar trabajo en lo que sabemos hacer para mandarle a nuestra familia. Casi mandamos todo lo que ganamos porque no gastamos en renta ni comida porque vivimos en la misma casa en que trabajamos, eso nos facilita más las cosas que a los hombres舡 dice Martha González Hernández, empleada doméstica también originaria de Tamazunchale.
Siete de cada 10 de las jóvenes entrevistadas aportan la mayor parte de su sueldo a su familia. Ricardo Hernández Rodríguez, de 18 años, también de SLP, da voz a un grupo de jóvenes varones y confirma lo que dice Martha, al indicar que gran parte de su salario lo invierte en su manutención: 舠Yo trabajo en la obra, gano 850 por semana y vivo con otros compañeros; de lo que gano pago 200 pesos por semana de renta, más lo que gasto en comidas y algo que me compro. A mi casa mando algunas veces sólo de lo que me queda舡.
Estadísticamente, Nuevo León tiene a nivel nacional el primer lugar ocupacional de la población migrante intermunicipal y el segundo de migrantes laborales intra-estatales es decir que trabajan en un estado diferente al de su residencia, conforme al Censo General de Población y Vivienda 2000 del INEGI.
Este fenómeno indica que del total de la población nacional de 97.5 millones de mexicanos, 5.8 millones son migrantes intra-estatales y se encuentran distribuidos por orden mayoritario en el Distrito Federal, Nuevo León, Tlaxcala, Morelos y el Estado de México.

Población migrante en Nuevo León y su lugar de origen
Con un porcentaje del 21.6 por ciento de foráneos, respecto al 76.6 por ciento de nacidos en el lugar, y el 1.8 por ciento originarios en otro país no especificado, Nuevo León ocupa el segundo sitio como estado residente y empleador de emigrantes intra-estatales. De su población total de tres millones 834 mil 141 personas, 38.4 por ciento es la población ocupada.
De esa población migrante la gran mayoría proviene de San Luis Potosí en un 26.3 por ciento, Tamaulipas con un 17 por ciento, Coahuila 16.2 por ciento, seguidos de Zacatecas, Veracruz, Distrito Federal, respectivamente. El género que prevalece entre los migrantes de estas entidades es el femenino en un porcentaje que va del 2 al 6.7 por ciento (promedio de 4.23) a excepción de quienes emigran del estado de Veracruz y el Distrito Federal, entre los cuales la población masculina es ligeramente mayor con un 5 por ciento.

Ocupación Principal de migrantes.

En las zonas urbanas el 90 por ciento de quienes desempeñan la actividad doméstica son mujeres y el restante 10 por ciento, varones. Ese mismo patrón ocupacional se refleja en el estado de Nuevo León, donde el 85 por ciento de las 59 mil 108 personas que se desempeñan en el área de servicios domésticos son mujeres. Por ser el centro de desarrollo económico, Monterrey concentra la mayor parte de esta población femenil empleada.
La edad promedio de las domésticas empleadas en Monterrey, va de los 14 a los 30 años de edad y cuentan con un grado de escolarización básica que comprende instrucción primaria y secundaria completa o incompleta, por lo que a edad muy temprana se incorporan a la actividad productiva.
La improductividad del campo, actividad principal de los padres de las jóvenes trabajadoras y la carencia de fuentes de empleo en el área rural, se tornan en fuentes impulsoras de la contribución económica por parte de estas jóvenes a su familia tal.
Aún y cuando los varones, amigos y conocidos de estas jóvenes llegan a Monterrey con el fin de emplearse y contribuir también al hogar, enfrentan otras dificultades, pues no llegan con trabajo seguro, a diferencia de lo que ocurre con las mujeres: 舠algunas veces la señora que nos va a ocupar nos envía el dinero para el pasaje y luego nos venimos y ya al día siguiente empezamos a trabajar舡 dice Lucia Sánchez de 17 años de edad.
Principalmente los migrantes a la ciudad de Monterrey buscan, al salir de su tierra, sobrepasar los 50 pesos que ganan por día y elevarlo a los 100 pesos mínimo que en la ciudad les ofrecen por ocho horas trabajadas, como lo plantea Berta Hernández Hernández del estado de Hidalgo, quien emigró junto con su hija de 18 años de edad al estado de México para trabajar como empleada doméstica, pero por el mayor salario que le ofrecen por sus servicios en la ciudad de Monterrey, se trasladó y empleó en esta ciudad donde lleva poco más de dos años. 舠Nosotros nos venimos para acá principalmente por el pago, que es mas alto. En México, además de que es más peligrosa, aquí nos pagan mas舡

Condiciones de trabajo

Los salarios que se manejan en Monterrey para las domésticas, van en proporción a la experiencia, responsabilidad y habilidad que demuestren en su desempeño, además de la estabilidad laboral, manifiesta en la antigüedad que logren en cada trabajo.
Por lo general, a las chicas recién llegadas de su pueblo, que suelen ser las más jóvenes, se les ofrece el menor salario, de 500 a 750 pesos por semana, en comparación con mil o mil 200 pesos que reciben las empleadas de mayor antigüedad. Cada año, por lo general, se les da un aumento de 50 a 150 pesos por semana, de acuerdo al tipo de actividades que desarrollen 舑aseo general, lavado planchado, cocina-.
Algunas veces se les ofrece la base y con ella el seguro social, aunque en su gran mayoría no cuentan con este servicio, ya que su labor se considera como empleo informal.
Cuando alguna de las jóvenes resulta embarazada, por lo general la determinación mas inmediata del empleador es el despido, como testifica Marina Huerta López: 舠Cuando me embaracé, la señora me despidió porque dijo que así ya no iba a poder trabajar y tuve que juntarme con mi novio舡. Ella dio a luz hace un año y se encuentra desempleada al cuidado de su niño, viviendo sólo con lo que su pareja gana como jardinero, porque en los trabajos le piden que sea soltera y sin hijos.
Las jóvenes embarazadas enfrentan la situación uniéndose a su pareja, cuando mutuamente se asume la responsabilidad o en el caso de las jóvenes que no reciben apoyo de su novio, volviéndose a su pueblo durante el tiempo de gestación.
No obstante el mínimo de prestaciones ofrecidas por este tipo de servicio, las jóvenes valoran su empleo en virtud del salario, la carga de trabajo a realizar, el buen trato de sus patrones y el respeto por su día de descanso en el fin de semana, cuando, informaron, suelen reunirse con sus amigos en la Alameda Mariano Escobedo, salir a comer a los restaurantes populares del primero cuadro de la ciudad, asistir al cine o a la discoteca.
En términos generales, existe una conformidad por parte de estas jóvenes por el trabajo que desempeñan y lo perciben como actividad a realizar por un tiempo indeterminado, pues además de su trabajo sólo una de 15 jóvenes cursa estudios de corte y confección, belleza o computación en fines de semana. Las causas por las cuales la mayoría no cursa ningún tipo de estudios, van desde una abierta apatía hasta la inversión de dinero que esto les representa
Pocas son sus inconformidades respecto a su trabajo, aunque el trato que se les da en la familia y la carga de trabajo son los elementos que en su momento señalan como factores de posible inconformidad, que puede incluso empujarles a dejar el trabajo.
舠Yo hago el quehacer de la casa y no se me hace pesado, pero lo que no me gusta es cuidar a la viejita que ya nada mas está en la cama y ya me dijo una amiga que le va a decir a la señora con la que ella trabaja que si no me contrata舡 señala Catalina Cruz Moreno, de 16 años de edad.
Ellas no se sienten discriminadas en su trabajo y aseguran recibir buena alimentación y un cuarto de alojamiento 舠bonito舡, esto en el caso de las empleadas 舠de planta舡.

Formas de contratación de servicios domésticos

Luego de la recomendación directa de amigos con los empleadores, otra de las formas de contratación de domésticas son anuncios en el periódico local de mayor circulación, en el área de servicios, donde también se anuncian algunas agencias de colocación que por un cobro de mil a dos mil pesos al empleador, se ofrecen contactar a domésticas de acuerdo a los requerimientos del solicitante. A las jóvenes en busca de trabajo no se les hace ningún cobro por su contratación o tramite de colocación.
Por dicho pago, según informes de un reclutador de una agencia de servicios domésticos se otorga una garantía semestral de la efectividad del desempeño de la empleada doméstica o en su defecto, el cambio por otra persona hasta cumplir con las expectativas del patrón.
Las obligaciones de los reclutadores de agencias de empleo comprenden: contactar a la empleada, investigación de su persona, tanto en el aspecto laboral como personal; entrega y presentación de la empleada a domicilio, en algunos casos; seguimiento de su desempeño a través de los reportes realizados por el patrón, cambio de trabajadora en caso de ser requerido durante el tiempo de vigencia de la garantía.
El salario que sugieren los reclutadores a los patrones para las empleadas del hogar va en consideración de las actividades a realizar, las cuales, aseguran, desde el principio deben quedar bien planteadas, para que después la trabajadora cumpla con lo que se le pide. 舠Nosotros vemos que muchas veces malacostrumbran a estas muchachas porque en colonias como la del Valle les ofrecen desde principio cantidades como mil por semana, sin saber cómo trabaja la muchacha y aquí en la agencia, sí tratamos de considerar antes muchas cosas como la efectividad laboral, la estabilidad y que sus pretensiones económicas se ajusten a lo que el solicitante nos pida舡.