Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 4 de enero de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Cultura
Ya me acostumbré a ser el pintor arrabalero, afirma el fundador de Tepito Arte Acá

La cultura, reducida a estatus e información: Daniel Manrique

El movimiento grafitero me desagrada; sólo manifiesta la inconformidad de los chavos por no ser gringos, tener tarjeta verde y estar excluidos del sistema de consumo, indica

CESAR GÜEMES

Como siempre polémico y directo, Daniel Manrique hace dos afirmaciones que se propone demostrar: una, que Tepito ya no existe; otra, que la política cultural en el país no sólo es pésima, sino nula. El muralista, fundador del movimiento Tepito Arte Acá, cuya obra se encuentra en Estados Unidos, Canadá y Francia, acaba de regresar de una estancia en la Universidad McMaster de Ontario, Canadá, donde pintó el mural titulado El mundo de la naturaleza es responsabilidad de los humanos.

En su casa-estudio, Manrique ofrece gentil café y tabaco. Y sonríe, pese a que luego de más de tres décadas de labor artística su trabajo se reconozca casi sólo en el extranjero. A propósito de las administración cultural del país, dice tajante: "La política cultural mexicana es pésima e incluso nula. Se piensa que la cultura es o un título universitario o un espectáculo o sólo información. La verdad es que el concepto neto de cultura, creo, es la capacidad que tenemos de utilizar las manos a fin de crear lo necesario. Así se ha hecho la cultura a lo largo de la historia de la humanidad. Pero desde hace varios años, sobre todo en México se le ha dado un giro perverso al término y parece que la cultura es información y hasta estatus. Me parece que ni siquiera saben qué es eso del estatus, pero se lo ponen a la cultura y por ello sólo algunos elegidos, pertenecientes a las elites, pueden aprovecharse de los productos artísticos".

Sin exaltarse en lo más mínimo, enciende el segundo Delicados de la mañana y explica las consecuencias del abandono estatal: "A mí me costó mucho trabajo hacer valer la idea de que en nuestro país la cultura existe en todas partes. Se dice que los mexicanos vivimos la cultura de la tortilla y pienso que no es cierto. Estamos acostumbrados a comer tortilla, pero la mayoría de la población no se relaciona con el proceso de la siembra y cosecha del maíz. A los jóvenes desde hace algunas décadas les causa horror tomar cualquier herramienta de trabajo, ya no digamos un pincel. Así que los veo dispuestos a cualquier transa, incluso a arriesgar la vida, pero no a tomar un instrumento de trabajo. Una cosa es darle con los dedos a la computadora como se estila ahora que hagan los especialistas en cibernética, y otra es la creatividad. Por eso se pierde el sentido de cultura, porque se convierte nada más en información y quién sabe si sirva para algo".

-Es claro que el cambio político fue una idea propagandística y no es una realidad tangible.

-Andale, lo que está haciendo este señor Fox es horroroso. No tenemos memoria histórica. Cada seis años nos ven la cara y no entendemos. La política cambia nada más de membrete. Lo cierto es que para mí nunca ha habido atención por parte del Estado, aunque al menos nadie del gobierno ha querido hacerme daño. Bueno, me lo han hecho en el sentido de ignorar mi trabajo. A lo largo de todos los años que llevo de pintar, jamás un gobierno se ha fijado en mi labor. Mis gritos y sombrerazos han sido al aire. Por fortuna hubo una época en la cual me dieron oportunidad de manifestar mis ideas en la prensa y al menos he tenido ese desahogo. Pero más o menos ya me acostumbré a que yo soy el pintor arrabalero. Y me da mucho gusto ser del arrabal. Hoy cualquiera piensa que es del arrabal, y no es verdad.

-No basta pintar en la calle, pues.

-Claro que no, los cha- vos banda, sobre todo hacia la frontera norte, creen que son la contracultura y el arrabal, pero no es verdad. Lo único que reclaman muchos es no ser reconocidos por Estados Unidos. Por ejemplo, en las artes plásticas el movimiento grafitero no es de mi agrado. Creo que no manifiestan más que su inconformidad de no ser gringos, su rabia por no tener la tarjeta verde y por no entrar al sistema de consumo. Resulta que esa manifestación pictórica que se ofrece al público no apoya a quien lo mira sino que funciona como ventanilla de quejas: no me dejan ser yanqui, no me dejan comprar. Esa es una tremenda ignorancia por parte de esos jóvenes que finalmente desperdician el espacio. Técnicamente, primero empezaron con el garabatismo, siguieron con el grafiti y ahora están con el rotulismo, que tiene algo de interés, pero sólo en la forma, porque carece de contenido.

Con una afirmación tan verídica como lamentable, concluye la conversación Daniel Manrique: "Tepito ya no existe sino sólo en cada una de las personas que ahí se formaron hasta hace algunos años. Hoy Tepito es nada más un concepto que se expresa en una zona geográfica tomada por las fuerzas del mal, que todos sabemos quiénes son y de dónde provienen. Con el movimiento Tepito Arte Acá lo único que reconozco es que toleraron mi locura, pero ya en serio nadie quiso tomar mis propuestas. A cual más me decía que la tirada era la transa, el dinero que iba por abajo del agua para conseguir algo. Y hoy Tepito está arrebatado de quienes fueron sus pobladores originarios. No es posible que tranquilamente llegue un grupo de coreanos e invada el lugar. ¿Un mexicano podría hacer eso en Corea? Desde luego que no. Por eso el proceso de 'desaparición' que sufrió Tepito es sospechoso. Decían que la fayuca era un negocio clandestino, pero cómo, si se realiza a pleno sol y a media calle; lo mismo la venta de droga. Si nos preguntamos quién permite todo eso, creo que ya ni falta hace decir nombres porque todos los que están en el poder y de los cuales depende el orden no hacen nada por recuperar lo que alguna vez fue un hermoso barrio, un sitio habitable con una tradición que hoy se reconoce aunque sea ya sólo como un mito".

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año