Nulificado, el poder adquisitivo del salario;
tardará más de 30 años su recuperación
Déficit de 4.4 millones de plazas, balance laboral
de este año
Se acumulan las denuncias por abusos La reforma de
Carlos Abascal será la "puntilla" para los trabajadores: Fesebs
A 90% de obreros les tienen secuestrados sus sindicatos: Hernández
Juárez
PATRICIA MUÑOZ RIOS
El balance laboral de 2002 arroja graves déficit
para el país: un millón 200 mil desempleados, 2 millones
100 mil subocupados y más de un millón que han tenido que
refugiarse en el comercio ambulante para subsistir; es decir, por lo menos
4 millones 300 mil personas están entre el desempleo abierto y el
subempleo; mientras que en materia de remuneraciones el "circo" anual de
la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CNSM) ha propiciado
que el poder de compra se nulifique y se vaticine que se requerirá
más de 30 años para que se recupere; aunado a ello se acumulan
307 mil 695 denuncias por violaciones a los derechos laborales.
La Unión Nacional de Trabajadores (UNT), el Sindicato
Mexicano de Electricistas (SME) la Federación de Sindicatos de Empresas
de Bienes y Servicios (Fesebs) y analistas de la Universidad Obrera establecen
que para el sector este es otro año de pérdidas, que se acumulan
a las de 2001, por lo que la administración de Vicente Fox ha traído
para los trabajadores un grave retroceso.
Sin defensa
"No
es que los trabajadores mexicanos sean aguantadores, lo que pasa es que
la mayoría no tiene con qué defenderse porque a 90 por ciento
de los obreros que trabajan en una empresa les tienen secuestrados sus
sindicatos", sostuvo Francisco Hernández Juárez, uno de los
tres dirigentes de la UNT, y apuntó que según estimaciones
de esta organización 50 por ciento de la población en edad
de trabajar no tiene empleo o está subempleada y si lo tiene carece
de sindicato.
El investigador Raúl Jiménez Lescas, de
la Universidad Obrera de México, establece que los trabajadores
tienen un bienio perdido por la falta de empleos, el estancamiento de los
salarios, las violaciones a los derechos sindicales, el incremento del
número de huelgas y de las quejas individuales, la pérdida
del número de sindicalizados en relación con 2000, los 5.3
millones de accidentes de trabajo; las pérdidas humanas por enfermedades
del trabajo, las 25 denuncias acumuladas ante la Organización Internacional
del Trabajo, así como la ofensiva para abrir la inversión
privada en sectores estratégicos como el energético.
Las propias cifras oficiales -dice- apuntan que al 1º
de diciembre de 2000, cuando asumió el actual gobierno federal,
los trabajadores rurales y urbanos inscritos al IMSS ascendieron a 12.9
millones, cifra que descendió a 12.4 millones al 1º de octubre
de 2002. Es decir, hay un déficit de empleos de 491 mil en relación
con los que empezó el régimen, cantidad que se suma a las
personas que en este periodo llegaron a la edad de trabajar y no encontraron
plaza.
Adicionalmente se arrastra una cifra de un millón
200 mil desempleados, a los que se suman los subocupados que bordean los
2 millones 100 mil personas, y la Encuesta Nacional de Empleo calcula en
millón 203 mil los vendedores ambulantes, lo que significa que más
de 4 millones de mexicanos rondan entre el desempleo y el subempleo y los
despidos no paran. El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los
Trabajadores del Estado (ISSSTE) reporta una pérdida de 28 mil 841
plazas de sindicalizados, más los de confianza, de honorarios, lista
de raya y otros.
A ello se aúna la caída del poder adquisitivo
de los trabajadores. En este sentido, el SME considera que el gobierno
de Vicente Fox ha implementado una táctica para imponer "piso y
techo" a las negociaciones salariales castigando el poder de compra real,
la recuperación e imponiendo un margen estricto para los sindicatos,
al cual se avienen las organizaciones corporativas, mientras que a las
independientes las ata de manos para romper estos "topes".
Así, la CNSM se convierte en un "circo" que únicamente
sirve a los intereses gubernamentales y empresariales para establecer incrementos
ridículos, como el fijado en 4.5 por ciento para el próximo
año y que significa un aumento de entre 1.5 y 2 pesos diarios, lo
que no representa otro amarre al cinturón de los trabajadores, sino
que "francamente les desaparece el cinturón".
En lo que va del presente gobierno se han registrado 307
mil 695 denuncias por violaciones a los derechos humanos laborales y sindicales.
Tan sólo en 2001 los juicios, amparos y otras querellas individuales
interpuestas por los trabajadores creció 29.40 por ciento en relación
con el último año del sexenio de Ernesto Zedillo y en los
primeros meses de 2002 la Procuraduría Federal de Protección
al Trabajador recibió 61 mil 329 quejas e inició 7 mil 445
conciliaciones, casi 255 diarias, señalan las cifras de esta instancia
de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
Así, el balance laboral de 2002 es negativo para
los trabajadores, quienes, además de no tener trabajo, salarios
bien remunerados y perspectivas de alivio, tampoco mejoraron sus condiciones
sindicales, apuntó el secretario general de la Fesebs, Tomás
del Toro, y apuntó que la reforma laboral que busca imponer el secretario
del Trabajo, Carlos Abascal, será la "puntilla" para los trabajadores.