Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 22 de diciembre de 2002
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Deportes
Entre los festejos, personal de seguridad golpeó a reporteros

"¡Sí se pudo!", clamor en La Bombonera

MARLENE SANTOS A. ENVIADA

Toluca, Edo. de Mex., 21 de diciembre. Con un nudo atravesándole la garganta, el timonel Alberto Jorge rechazó grabadoras y micrófonos, y tras el silbatazo que decretó el final se encaminó raudo hacia una esquina, en la cual el seleccionador nacional, Ricardo LaVolpe, sonreía feliz.

Alberto alzó el brazo como torero que brinda una corrida. De inmediato el seleccionador nacional bajó al vestidor y antes de entrar alcanzó a musitar "Jorge Alberto tiene mucho mérito; agarró una responsabilidad muy fuerte".

En la cancha, Hernán Cristante por fin se relajó, se puso de hinojos, besó el césped y elevó la mirada al cielo; una gigantesca bandera de Argentina lo cubrió cual rebozo, de inmediato se encaminó hacia el centro para comenzar los interminables festejos. Hubo abrazos y el llanto de jugadores, como Israel López, que no dejaba de felicitarse por haber llegado un día a este equipo.

También era conmovedora la humildad de Cardozo, quien dejó de lado sus muchos récords y optó por decir que todo era mérito de un gran grupo muy unido, no de un jugador. La misma frase fue repetida por el dueño del equipo, Valentín Díez Morodo, quien fue cuestionado: "Se gasta mucho dinero y se sufre, pero vale la pena ¿no?", a lo que respondió: "Sí... pero no tanto".

"¡Sí se pudo, sí se pudo!" clamaba el público conmovido, mientras una joven se despojó de la blusa para lucir un brassier rojo charol e hizo ondear una bandera rojiblanca. De inmediato fue aclamada a su alrededor como si hubiera anotado el quinto gol que nunca llegó.

Víctor Garcés se encargó de entregar el cetro y medallas a los campeones, pues el titular de la Federación Mexicana de Futbol, Alberto de la Torre, anticipó que no iría por tener que atender asuntos personales. La nota negra fue la pésima organización para canalizar a los medios de comunicación, así como el excesivo personal de seguridad con chamarras negras, con la leyenda "Servicios Profesionales Logísticos", que golpearon e insultaron a varios reporteros.

La capital mexiquense se entregó a los festejos desbordados tras la conquista de su cuarto título en la historia de los tor-neos cortos, las bocinas de los automóviles sonaron al ritmo de "yo sí le voy, le voy al Toluca", mientras la espuma artificial pintó paisajes que envidiaría una estampa canadiense. En tanto, los miembros de la porra Perra brava desfilaron por los alrededores del estadio y el centro de la ciudad haciendo retumbar sus tambores, en una fiesta que había iniciado bajo los acordes de Don Diablo, de Miguel Bosé.

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