Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 20 de diciembre de 2002
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Espectáculos
Burlan autoridades a comunicadores; la cantante partió en vuelo especial

"Se hará justicia en Chihuahua y voy a salir libre", afirma Gloria Trevi

Después de que todo se aclare tal vez regresaré al ambiente artístico, dice

ROBERTO DE LA MADRID CORRESPONSAL

Sao Paolo, 19 de diciembre. Gloria Trevi espera salir corriendo de emoción, brincar y celebrar su libertad en la plaza principal de Chihuahua en las próximas 72 horas, plazo de ley que tiene el juzgado cuarto penal de esa ciudad para dictarle auto de formal prisión o dejarla libre.

"Mira, confío ciegamente en mi abogado, sé que se hará justicia en Chihuahua y voy a salir libre", afirma a La Jornada en una breve plática dentro de la tercera delegación de policía de Brasilia.

Sin ocultar la ansiedad que le provoca saber que en unas cuantas horas dejaría atrás el territorio brasileño, donde estuvo presa casi 3 años, Gloria continúa siendo la misma. Su imaginación la interrumpe. Expresa: "Ya se me están antojando unos taquitos con mucho chile. Mmm". La charla es interrumpida por una llamada telefónica.

Uno de los policías federales que ya se hizo amigo de la cantante le pasa algunos mensajes.

-Gloria teins uma ligazao -le habla en portugés el guardia, y ella se levanta para dirigirse al teléfono.

Después de unos minutos regresa y cuenta que la llamaron para desearle mucha suerte.

Se trataba de una estlista brasileña que le hacía manicure a la madre de la cantante. "Vieras qué bonito. Es una chica, una negrita que me quiere mucho. Viene seguido a verme, me escribe cartitas y ahora me desea que se arregle todo. Está embarazada y quiere mucho a mi hijo."

Al cuestionarla sobre cómo responderá a la acusación de violación de menores y respecto de cómo será ahora su relación con María Raquenel Portillo, Mary Boquitas, y su manager Sergio Andrade, la artista contesta que sus abogados le prohibieron dar entrevistas. Sin embargo, la charla continúa con otras respuestas.

-Seguirás en el ambiente artístico? -se le pregunta.

-Cuando termine todo esto no sé si darme unas vacaciones, tiempo para reflexionar. Y después regresaré con todo. Será casi inmediato. Tengo mucho que dar. Quiero hacer más canciones. Tengo infinidad de tiras cómicas que quiero hacer. ¿Sabes? Yo sé dibujar y me gusta mucho hacer cosas interesantes. Además, amo a mi público.

-¿Cómo te imaginas México?

-Como siempre. Con sus lados hermosos y con sus cosas injustas. Con muertes no esclarecidas y con impunidad. Pero allá arriba hay un Dios.

Se levanta de la cama donde tiene recostado a su bebé y su mente la traslada años antes de que fuera aprehendida en Río de Janeiro. "Nunca imaginé que la gente estuviera tan enferma, tan llena de traición."

La plática es interrumpida para después tratar de restablecerla arriba del avión que la llevará a México.

Son las 5 de la tarde, tiempo de Brasilia. La zona está llena de reporteros locales y extranjeros, de unas cuantas fans y de algunos curiosos. Es la tercera delegación de policía, que despide con un operativo de 10 agentes federales y tres camionetas todo terreno a Gloria Trevi. La prensa se aglutina en la entrada principal y en la puerta trasera, porque sabe que las autoridades brasileñas no quieren el chacaleo de los periodistas mexicanos. Después de 10 horas continuas de espera, finalmente sale la cantante. La policía la deja ver unos instantes, para que los fotógrafos tomen una instántanea. Con pantalones tipo mezclilla, chamarra roja y el bebé vestido de color claro, Gloria Trevi pidió permiso a las autoridades policiacas para pronunciar un discurso.

Agradeció a Brasil haberla acogido y declaró que en este país vivió una de las etapas más intensas de su vida. También a todo el equipo médico del hospital donde tuvo a su hijo y a todos los empleados de los cinco lugares donde estuvo presa, incluyendo a la religiosa de nombre Rosita, directora del Convento Escalabriniano. La artista aseveró que dirá toda la verdad a Dios. Todo terminó pronto. Después fue subida a un auto con vidrios polarizados. Su destino: el aeropuerto internacional de Brasilia. Ahí había otros reporteros que en su intento por conseguir una entrevista fueron replegados por los guardias federales.

Ya entrada la noche, Gloria Trevi, junto con dos policías que portan armas de grueso calibre, abordó el avión de una aerolínea comercial brasileña que la llevaría a la ciudad de Sao Paolo. En ese puerto, al filo de la media noche, fue entregada a cinco agentes de la Procuraduría General de la República, expertos en contingencias y seguridad de alto nivel.

Posteriormente, decenas de reporteros abordaron el vuelo 15 de Aeroméxico, en el que supuestamente viajaría la cantante. La tripulación cerró la nave y despegó rumbo a México sólo con los comunicadores. Trevi abordó después un avión de la PGR.

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