Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 20 de diciembre de 2002
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Cultura
Luis-Martín Lozano lanza libro sobre la pintora

Proteger obra de Izquierdo no frena su mundialización

La existencia de un mercado internacional sobre el arte mexicano provoca la emigración del patrimonio, explica

MERRY MAC MASTERS

Es innegable que se generó un ambiente de inquietud y debate, sobre todo entre los coleccionistas, cuando el 24 de octubre se declaró Monumento Artístico de la Nación toda la obra pictórica de la creadora jalisciense María Izquierdo. Debido a que la mayor parte de los cuadros de la pintora está en manos de coleccionistas mexicanos, algunos se han sentido obligados a ampararse ante la ley.

Luis-Martín Lozano, director del Museo de Arte Moderno (MAM) y autor del nuevo libro María Izquierdo. Una verdadera pasión por el color (Landucci Editores/Conaculta), la monografía más completa hasta el momento sobre la creadora, cuyo centenario de natalicio se celebró el 29 de octubre y el festejo a escala nacional comenzó la semana pasada en Guadalajara, señala que en una época de aparente globalización y apertura de mercados ''todos los países del mundo tienen leyes restrictivas para la protección de su patrimonio, que en aras de un beneficio colectivo limitan los derechos individuales de propiedad. Esto es algo que tenemos que aprender''.

En pocas palabras, la declaración limita la libre exportación de la obra de Izquierdo. Sus cuadros sólo podrán ser vendidos en territorio nacional, y podrán salir de México en forma temporal y después de obtener un permiso de exportación del Instituto Nacional de Bellas Artes. Sin embargo, apunta Lozano, existe la prerrogativa de que las piezas se pueden vender en los catálogos de las casas subastadoras, por ejemplo, de Nueva York: ''Cuando una pintura se reproduce en un catálogo, se aclara que se encuentra protegida por las leyes mexicanas. Así, un comprador mexicano que va a la subasta en Nueva York ve el cuadro, lo puede adquirir y lo tiene en México. Es decir, hay que mediar aquí ante las críticas de que este nombramiento interrumpe la internacionalización del artista''.

No sólo ha causado protestas la declaratoria de la obra de María Izquierdo, sino también el mecanismo en sí, que se ha aplicado a otros artistas, como Diego Rivera y Frida Kahlo. Para Lozano es un recurso que tiene que redundar en un beneficio público, de la mayoría, no de unos cuantos. Asegura que es ''fundamental'' considerar la opinión de los coleccionistas, que son los propietarios de esos bienes, incluso ''sus mejores guardianes'': "Hay que pensar que los coleccionistas adquirieron estos cuadros la mayoría de la veces no como una inversión, sino por el valor que le otorgan a la obra. Que muchos de ellos, como me lo han externado, no están pensando nunca en vender sus cuadros, y que estaban en favor de leyes que protegen el patrimonio. Lo que habría que encontrar es una solución intermedia en lo que se refiere a las limitaciones del movimiento del patrimonio artístico, mejorarlo para que sea más eficiente, por un lado, y que el punto de vista de los coleccionistas tenga oportunidad de ser escuchado, pero en ningún momento dejar de proteger el patrimonio artístico de México''.

-¿Había pruebas de que, en efecto, la obra de María Izquierdo estaba saliendo del país?

-Eso es un asunto delicado. Las decisiones se deben tomar de manera preventiva, no cuando ya es demasiado tarde. ¿Vamos a estudiar un caso como de María Izquierdo cuando la mitad de ese patrimonio ya se haya ido?

-Fue un punto que se mencionó cuando se dio a conocer la declaratoria.

-Es un factor importante no porque se esté dando con un potencial grave, sino porque hacia allá vamos. Lo que hay que reconocer aquí, además, no tiene nada de malo. La existencia de un mercado internacional sobre el arte mexicano provoca la emigración del patrimonio. Al crecer el interés y la demanda por María Izquierdo -en sí maravilloso, porque propicia que haya más exposiciones-, el coleccionismo provoca de manera indirecta que esos bienes se pueden enajenar. En la medida que esas piezas no salen mediante casas de subasta serias, sino por medio de un mercado no controlado, no detectable, les perdemos la pista; no sabemos dónde se quedaron. Desaparecen de la accesibilidad, del conocimiento y del disfrute del público.

Si hoy día los dealers, investigadores, galeros y casas de subasta buscan ''afanosamente todo aquello que pudo haber producido Diego Rivera o Frida Kahlo, por ejemplo'', a Lozano no le extrañaría que empezaran a aparecer ''todos esos cuadros de María Izquierdo que se vendieron en Estados Unidos, que lo sabemos porque están en los archivos de la Galería de Arte Mexicano. Incluso tenemos las fotos de cuadros que se fueron a exposiciones internacionales al extranjero y que nunca más regresaron".

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