Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 19 de diciembre de 2002
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Mundo

En esa década se aprobaron 70 envíos a Bagdad de microorganismos como el ántrax

Gobierno y empresas de EU apoyaron plan armamentista de Irak en los 80

Rumsfeld fue el enviado de Reagan para ampliar vínculos militares entre ambos países

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 17 de diciembre. Tal vez los inspectores de armas de destrucción masiva de la ONU en Irak deberían comenzar sus actividades entrevistando al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, sobre su papel en los años ochenta para ayudar a ampliar las exportaciones de materiales militares que los inspectores creen fueron utilizados por el régimen de Saddam Hussein para desarrollar sus presuntas armas de destrucción masiva.

Aunque aquí se ha ofrecido escasa atención en los medios al papel que desempeñaron los presidentes Ronald Reagan y George Bush (padre), en el otorgamiento a Irak de las materias primas para las supuestas armas que ahora se le acusa de tener para amenazar al mundo, el hecho de estos envíos no está en duda.

El informe entregado recientemente a la Organización de Naciones Unidas por Irak contiene unos 150 nombres de empresas trasnacionales que de alguna forma apoyaron los esfuerzos de Saddam Hussein para desarrollar armas de destrucción masiva, entre ellas por lo menos 24 firmas estadunidenses, según reportó un periódico alemán que obtuvo una copia del informe. Pero no sólo fueron empresas, sino el propio gobierno estadunidense el que ofreció apoyo para desarrollar el potencial bélico de Irak.

En 1983, frente a la amenaza del nuevo gobierno radical en Irán, la Casa Blanca buscó renovar sus relaciones con Irak a pesar de las declaraciones de Hussein, quien en ese entonces dijo que tenía la intención de desarrollar la primera "arma atómica árabe".

De hecho, sólo dos años después de que cazas israelíes destruyeron el reactor nuclear Osirak en Irak -que formaba el eje central del programa nuclear de ese país-, el gobierno de Reagan envió nada menos que a Rumsfeld a Bagdad con una nota escrita a mano por el presidente ofreciendo renovar las relaciones diplomáticas y ampliar los vínculos militares y de negocios.

Aunque en recientes declaraciones Rumsfeld ha reiterado ante el Congreso que viajó a Irak en calidad de "ciudadano privado", el asesor de la Casa Blanca que lo acompañó a Bagdad declaró a la legislatura que Rumsfeld actuaba como enviado de Reagan.

Alan Friedman, corresponsal del Financial Times, ha ofrecido detalles de este viaje y del subsecuente desarrollo de la relación entre Washington y Bagdad en su libro Spiders Web: The Secret History of How the White House Armed Iraq (Telaraña: la historia secreta de cómo la Casa Blanca armó a Irak). Para mediados de los ochenta, Washington había desplegado equipos militares clandestinos en Bagdad para facilitar las operaciones de "compartir inteligencia" y estaba preparando envíos de bombas cluster a Irak por medio de una empresa con sede en Chile.

Las armas que hoy son una "amenaza"

La decisión de Estados Unidos de apoyar a Irak para contener a Irán después del derrocamiento del Sha tal vez se podría justificar como realpolitik. Pero como el Comité Bancario del Senado, la revista Newsweek y Friedman han documentado, los gobiernos de Reagan y Bush (padre) también conscientemente otorgaron a Bagdad las materias primas para dotarse de las mismas armas que ahora aparecen como justificación para demandar el desarme incondicional de Irak y la amenaza de Estados Unidos para emprender una guerra contra ese país.

La Casa Blanca comenzó exportando computadoras y equipo de fabricación que Irak aseguraba eran para propósitosiraq_army_lsd civiles, pero los destinos de envío registrados en documentos oficiales estadunidenses eran instalaciones militares.

Una investigación del Comité Bancario del Senado -descubierta por el columnista conservador Robert Novak- describe cómo, entre los años de 1985 y 1988, el gobierno estadunidense aprobó 70 envíos separados de microorganismos, entre ellos la bacteria ántrax, a Irak. Estas exportaciones, según el informe del Comité Bancario, incluyeron "materiales patógenos, tóxicos y otros de investigación biológica" que podían ser reproducidos. El comité del Senado concluyó: "más tarde se detectó que estos microorganismos exportados por Estados Unidos eran idénticos a los encontrados y recuperados por los inspectores de Naciones Unidas del programa de guerra biológica de Irak", durante sus inspecciones en los años noventa.

Estados Unidos también exportó bombas aspirantes "de grado nuclear" de la empresa DuPont a Irak en 1989; envió sintetizadores electrónicos de alta frecuencia Hewlett Packard, posteriormente utilizados por los sistemas de radar de Irak para apuntar contra aviones estadunidenses durante la primera Guerra del Golfo y aprobó el envió de 661 mil dólares en equipo de computación que Irak utilizó para medir el proceso de enriquecimiento de uranio. Cuando en 1989 un alto funcionario del Departamento de Energía advirtió a sus colegas en la Casa Blanca que Hussein estaba tratando de desarrollar una bomba nuclear, fue ignorado y después degradado de rango.

Durante el gobierno de Reagan "las exportaciones fueron conscientemente enviadas a instalaciones nucleares de Irak", informó un ex funcionario de la Casa Blanca a Friedman. Otro ex funcionario dijo que "esa era la política. La Casa Blanca sabía lo que estaba ocurriendo y en verdad no le importaba". Aun después de que Irak lanzó un misil Scud de largo alcance con capacidad de alcanzar más de mil 600 kilómetros, Washington seguía afirmando que los envíos de equipo estadunidense, que podría ser empleado para fabricar armas nucleares, deberían continuar.

Pero como lo ha documentado ampliamente Friedman y otros, no sólo les importó poco a los gobiernos de Reagan y Bush padre, también mentían deliberadamente sobre las acciones del gobierno de Irak para ocultar el carácter de ese régimen. Hablando ante la ONU este año, el presidente George W. Bush condenó a Hussein por haber utilizado armas químicas contra su propia población. Pero lo que Bush decidió no mencionar es que cuando ocurrieron esos ataques en los ochenta, la Casa Blanca acusó al gobierno iraní de emplear ese tipo de armas, y no a Bagdad.

Sin embargo, el gobierno estadunidense sigue negando su papel en estos asuntos. En octubre el senador Robert Byrd preguntó a Rumsfeld si "Estados Unidos ayudó a Irak a adquirir los bloques de construcción de las armas biológicas". Rumsfeld respondió: "ciertamente no en mi conocimiento". Cuando los legisladores insistieron sobre la información revelada por la investigación del Senado a mediados de los noventa, y en un reportaje en Newsweek más recientemente, Rumsfeld contestó: "nunca he escuchado nada parecido a lo que han leído. No tengo ningún conocimiento de ello y lo dudo".

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