NAIEFYEHYA
TERRORISMO
Y CONTRATERRORISMO
EL
RESCATE FUE CASI UN ÉXITO
Nadie puede a estas alturas saber
si los cincuenta milicianos chechenos que el 23 de octubre tomaron por
asalto un teatro, hubieran podido ser disuadidos pacíficamente de
sus intenciones de volar el recinto con todo y 750 rehenes. Era claro,
desde el inicio de la crisis, que el gobierno de Putin no cedería
a las demandas de los rebeldes (la retirada de las tropas rusas de Chechenia)
y que las negociaciones sólo conducirían a una inevitable
tragedia. La sorpresa fue que el desenlace no fue un baño de sangre,
sino que los comandos del Ministerio del Interior convirtieron el teatro
en una inmensa cámara de gases, donde en vez de rescate perpetraron
la ejecución masiva de 120 rehenes y cincuenta chechenos (sólo
dos rehenes murieron por heridas de bala), además de que otros 150
se encuentran en condición de gravedad (muchos de los cuales estuvieron
tirados en el piso de los hospitales durante horas, a pesar de que supuestamente
había más de mil camas disponibles). Resulta una extraña
coincidencia que en un momento en que el gobierno del presidente estadunidense
George W. Bush trata de convencer al mundo de la urgencia de "cambiar el
régimen" iraquí debido a la amenaza que representan sus armas
de destrucción masiva (nucleares, químicas y biológicas),
por un lado tenemos la insólita confesión norcoreana de que
tienen un programa de armas nucleares y por otro los rusos emplean un gas
tóxico (al que se niegan a considerar como un arma química)
para resolver problemas domésticos. Los detalles del rescate aún
siguen siendo secretos. No obstante, se sabe que el gas usado se conoce
como bz, un derivado del fentanilo, un glicolato que según el gobierno
es sólo un poderoso sedante. El New York Times reportó
que fuentes estadunidenses piensan que el fentanilo se encontraba mezclado
con otra sustancia tóxica. El bz paraliza el sistema nervioso central,
pero de acuerdo con el ministro de salud ruso, Yuri L. Shevchenko, "no
es considerado letal si se aplica de manera correcta." Debido a una paradójica
omisión, agentes como el bz no son sancionados por la convención
internacional de armas químicas. El propio ministro aseguró
que las muertes se debieron a que los rehenes estaban débiles por
el hambre, la deshidratación, enfermedades existentes y el estrés.
Aunque sea posible esta tesis descabellada, la posibilidad de consecuencias
semejantes debió ser considerada antes de lanzar la ofensiva. En
todo caso, varios de los milicianos chechenos sobrevivieron al gas, se
enfrentaron a las tropas y obviamente no hicieron estallar el edificio,
por lo que podemos suponer que tal vez había otros cursos de acción
posibles.
UN
GAS MORTAL QUE NO ES LETAL
El antídoto es una droga denominada
naloxone. Lamentablemente, ni el personal de socorro ni los hospitales
tenían idea de qué debían hacer, ya que no se les
informó qué sustancia incapacitadora había sido usada
(a pesar de haber contado con más de sesenta horas para planear
el golpe y prevenir muertes innecesarias). El personal médico esperaba
tratar heridas de bala y quemaduras, por lo que muchas vidas se perdieron
en las horas de confusión que siguieron al rescate. A pesar del
enorme costo humano, la masacre fue calificada como un triunfo por el gobierno
de Putin y por Bush junior. No sólo se trató de una
batalla más en contra del terrorismo internacional (léase
islamismo militante) sino que fue un experimento con armas no letales,
las cuales interesan tanto a Estados Unidos como a otros países
involucrados en la guerra contra el terrorismo.
PREDATOR
VS.
TERMINATOR
Un reporte de 1997 del Defense Science
Board establecía: "Datos históricos muestran una fuerte correlación
entre la participación de Estados Unidos en situaciones internacionales
y un incremento en el número de ataques terroristas en contra de
Estados Unidos." Pero esas conclusiones no tienen la menor importancia
para el régimen de Washington, el cual acaba de dar un nuevo paso
en la guerra contra el terrorismo al lanzar en Yemen un misil contra un
auto en el que supuestamente viajaban seis miembros de Al Qaeda, incluyendo
el Qaed Salim Sinan, a quien se responsabiliza del ataque al barco Cole.
La operación se llevó a cabo con un avión a control
remoto Predator, equipado con misiles Hellfire. Este acto de la cia evoca
asesinatos similares realizados cotidianamente por el ejército israelí,
y que hasta hace poco eran criticados por el gobierno estadunidense. Tras
el espantoso atentado de Bali y otros actos de terrorismo recientes, resulta
interesante que tanto Estados Unidos como Israel hagan gala de violencia
excesiva con la certeza de que la opción militar sólo incita
a más actos de terrorismo.
|