Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 13 de noviembre de 2002
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Mundo

Pide el Papa su liberación; condena de la Iglesia católica

Intenso operativo en Colombia para rescatar al presidente del Celam

REUTERS, AFP Y DPA

Santafe de Bogota, 12 de noviembre. El ejército colombiano emprendió un intenso operativo de rastreo por tierra y aire para intentar rescatar con vida al obispo Jorge Enrique Jiménez, secuestrado la víspera junto con otro prelado por presuntos rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y cuya liberación demandó hoy el papa Juan Pablo II.

El gobierno del presidente Alvaro Uribe calificó el rapto de monseñor Jiménez, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), como un "acto de barbarie" y una "ofensa" para el pueblo colombiano y los católicos, de acuerdo con una primera reacción emitida por el ministro del Interior, Fernando Londoño.

La Iglesia colombiana rechazó lo ocurrido y advirtió que los plagiarios podrían ser excomulgados. El presiente del Episcopado colombiano, Pedro Rubiano, estimó que la guerrilla pretende presionar no para un proceso de paz, sino para atentar aún más contra el país, pero, subrayó, "no se puede secuestrar la palabra del Señor".

No obstante, otras fuentes de la Iglesia colombiana dijeron que intentaban propiciar un acercamiento con las FARC para lograr su liberación. Monseñor Beniamino Stella dijo que había "personas" buscando contactos, pero que era prematuro decir cómo y dónde.

El papa Juan Pablo II hizo un llamado a quienes secuestraron a monseñor Jiménez, también obispo de Zipaquirá, para que no le hagan daño, lo liberen y que abandonen todas las formas de violencia. A la par, la Iglesia católica de América Latina expresó dolor y sorpresa y pidió la liberación del obispo colombiano.

Del mismo modo, hubo condenas por parte de Estados Unidos y Alemania, así como de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos para Colombia, que se declararon indignados. Estados Unidos dijo deplorar esta campaña de violencia, y apeló a los secuestradores para que dejen de inmediato en libertad a los dos religiosos.

A su vez, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) rechazó enérgicamente el secuestro del presidente del Celam, Jorge Enrique Jiménez Carvajal, y del sacerdote Desiderio Orjuela, en la sierra de Zipaquirá, Colombia, informó en la ciudad de México el reportero de La Jornada José Antonio Román.

El presidente de la CEM, Luis Morales Reyes, y varios obispos más, en representación de la jerarquía católica del país, expresaron su solidaridad con la Iglesia colombiana y ofrecieron orar por que se respete la vida del jerarca eclesiástico.

El secretario general del Celam y obispo de la diócesis de Texcoco, Carlos Aguiar Retes, informó que el arzobispo de Santiago de Chile, el cardenal Francisco Javier Errázuriz, viajó de emergencia desde su país hacia Bogotá, sede del Celam, para asumir personalmente la presidencia del Consejo Episcopal de la región, cargo que ocupará temporalmente tras el secuestro del obispo Jiménez.

El cardenal Errázuriz ocupa el cargo de primer vicepresidente del Celam.

Tanto la ministra colombiana de Defensa, Marta Lucía Ramírez, como el comandante de las fuerzas militares, Jorge Mora, informaron que el ejército y la fuerza aérea llevan a cabo un amplio operativo para localizar a los religosos, que se concentra en una vasta zona del central departamento de Cundinamarca, cuya capital también es Bogotá, con la "misión de traer de regreso sano y salvo a monseñor Jiménez".

El ejército cree que el secuestro sería obra del frente Policarpa Salvarrieta de las FARC, y que quizás el móvil sería agregar al obispo y al sacerdote a su lista de otros secuestrados para presionar al gobierno para un intercambio con prisioneros rebeldes.

Las autoridades ofrecieron una recompensa de unos 35 mil dólares a quien suministre informes sobre este caso.

En tanto, las FARC y el también insurgente Ejército de Liberación Nacional arreciaron sus ataques en La Guajira, donde destruyeron el recinto de la fiscalía, además de que esta última guerrilla dinamitó un tramo del oleoducto Caño Limón-Coveñas, cerca de la frontera con Venezuela. El ejército afirmó haber detenido a 85 presuntos rebeldes en allanamientos en Arauca.

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