Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 13 de noviembre de 2002
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Política

Acepta el sargento Arroyo López haber recibido dinero a cambio de información

Organizaciones criminales infiltraron centro antinarcóticos de la Sedena

Utilizaban los datos para evadir posibles operativos u oponerse a grupos rivales
El cártel de Juárez, el Mayo Zambada y el Chapo Guzmán, principales beneficiarios

JESUS ARANDA

El Centro de Inteligencia Antinarcóticos (Cian), cuerpo de elite del Ejército Mexicano que depende directamente de la secretaría particular del titular de la Defensa Nacional, fue infiltrado por organizaciones de narcotraficantes que obtenían información sobre las investigaciones y operativos previstos por las autoridades militares, tanto para evadir posibles acciones en su contra como para oponerse a grupos rivales.

De acuerdo con investigaciones de la procuraduría militar y de la Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada (UEDO), que concluyeron con la detención del sargento Marcelino Alejo Arroyo López el pasado 14 octubre, desde 1995 se dieron fugas de información para favorecer las actividades del cártel de Juárez, comandado hasta su muerte por Amado Carrillo Fuentes y después por Vicente Carrillo, así como a Ismael el Mayo Zambada y Joaquín el Chapo Guzmán.

El pasado 22 de octubre, en conferencia de prensa conjunta, los titulares de las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena), general Ricardo Clemente Vega García, y de Seguridad Pública (SSP), Alejandro Gertz Manero, así como el de la Procuraduría General de la Republica (PGR), general Rafael Macedo de la Concha, dieron a conocer el descubrimiento de una amplia y sofisticada red de espionaje "de servidores públicos y ex funcionarios encargados de seguridad", que entregaba información privilegiada a las más importantes bandas del narcotráfico y al crimen organizado.

En aquella ocasión se habló de 22 detenidos, tres arraigados, 12 armas de fuego confiscadas, 230 inmuebles y 16 vehículos blindados asegurados, y 2.3 millones de dólares incautados.

Se habló también de la captura de Francisco Tornez Castro, El capitán Tornez, quien había integrado diversas organizaciones policiacas; Salvador Ortega Barrera, quien laboraba en la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra la Salud (FEADS); Elvia Ramírez García y Rubén Escalante, quien se desempeñaba como subdirector de la Unidad de Apoyo Táctico de las Fuerzas de Apoyo de la Policía Federal Preventiva (PFP).

Asimismo se mencionó a dos "infiltrados" en la Sedena, pero no se proporcionaron mayores detalles.

Una semana antes, el 13 de octubre, habían sido arrestados 600 elementos del 65 Batallón de Infantería, con sede en Guamúchil, Sinaloa, acusados de tener vínculos con el narcotráfico, aunque finalmente sólo cuatro militares fueron consignados penalmente por delitos contra la salud.

Ahora se sabe que esa operación era el preludio del anuncio sobre la "infiltración" del narcotráfico en la Sedena, la PGR y la SSP, y que la fuga de información de la Defensa Nacional provenía ni más ni menos que del Cian, creado en el sexenio anterior por el general Enrique Cervantes Aguirre, que dependía directamente de la secretaría particular del propio Cervantes.

El general Moisés García Ochoa, actual secretario particular de Vega García, fue también director del Cian antes de asumir su actual cargo.

Dinero a cambio de información

En la declaración ministerial que realizó ante la procuraduría militar -que obra en poder de La Jornada-, el sargento Marcelino Alejo Arroyo López acepta "haber recibido dinero a cambio de información, que sustraía de la oficina de Inteligencia Antinarcóticos para hacérsela llegar a una organización que se dedica a dar seguridad a narcotraficantes".

Esta declaración sirvió de base para que el juzgado tercero de distrito B en materia de procesos penales -con sede en el penal La Palma, en Almoloya, estado de México- dictara auto de formal prisión contra Arroyo López, el pasado 7 de noviembre, por delitos contra la ley de delincuencia organizada y la salud, en la modalidad de colaborar al fomento para posibilitar la ejecución de delitos contra la salud.

El sargento Marcelino Alejo Arroyo López causó alta en el Ejército en 1987 y se desempeñó como agente de la Policía Judicial Federal Militar hasta septiembre de 1995, cuando fue adscrito "a la secretaría particular (del titular de la Sedena), Cian".

De acuerdo con su declaración, además de aceptar que recibía dinero a cambio de información que sustraía del Cian para entregarla "a una organización que se dedica a dar seguridad a narcotraficantes", manifiesta que, al igual que él, recibía dinero el sargento primero escribiente Venancio Bustos Espinoza, "quien también laboraba en la oficina y se dio de baja del Ejército hace más de un año y tres meses", y acusa al sargento segundo escribiente Pedro González Franco.

Acepta que el dinero le era entregado por Pedro Bárcenas, quien fue militar pero había desertado hace años.

Agrega que durante más de tres años "recibí dinero en unas 25 ocasiones, en cantidades variables que van desde 500 hasta mil dólares; incluso en una ocasión recibí en un sobre de papel color amarillo la cantidad de cinco mil dólares... el dinero me lo entregaban en forma personal, citándome en las estaciones del Metro Panteones, Normal o Cuitláhuac".

De acuerdo con el expediente de lachih-queman-droga-sedena causa 124/2002-V, Pedro Bárcenas fue quien lo metió a la organización denominada Empresa, cuya función es proporcionar seguridad a narcotraficantes. Arroyo López revela que él le proporcionaba la información a Bárcenas, y éste, a su vez, la entregaba a Francisco Tornez Castro.

"Por lo general, cuando el personal de análisis del Cian me hacía encargos para recabar información relacionada con domicilios, teléfonos, vehículos, identificar números de celulares, entre otras cosas, yo clasificaba esa información y se la hacía llegar a Pedro Bárcenas, quien se la llevaba a sus superiores."

En lo que respecta al caso del 65 Batallón de Infantería, Arroyo López relata que a principios de septiembre pasado aquél le preguntó "si andaba personal en el estado de Sinaloa, ya que al parecer andaban cateando casas. Diciéndole yo que, efectivamente, había una base de trabajo de la oficina (Cian) en Sinaloa, y que al mando estaba un capitán segundo de zapadores, Mario Madrigal... Me comentó -agrega- que su intención era sobornar al capitán con dinero, pero no sé que haya pasado".

En otra ocasión, señala, Bárcenas "me dio unos apodos de personas conocidas como El Yeyo y El Chacho, quienes pertenecían a la organización de Osiel Cárdenas Guillén -jefe del cártel del Golfo-, quien había mandado matar a Arturo Hernández, alías El Chaqui o El Chacal, quien era el jefe de Bárcenas.

"Me pidió que le investigara a esas personas y le consiguiera sus nombres completos, lo cual no me fue posible, ya que son del cártel del Golfo y ahí no me metía para sacar información, sobre todo porque a la organización del Chaqui la información que les interesa es la del cártel de Juárez."

La declaración de Pedro González Franco, quien también fue consignado por delincuencia organizada, señala que causó alta en el Cian en diciembre de 1995 y que procedía de la Policía Judicial Federal Militar. Agrega que en 1997 conoció a Bárcenas en Cuernavaca, Morelos, a instancia de Arroyo López. Afirma que en una ocasión Bárcenas le dijo que necesitaba información sobre Amado Carrillo, "pero yo le dije que en ese momento de quien tenía información era de Juan José Esparragoza Moreno, El Azul. A lo que contestó que 'de ese cabrón no quería nada, que era muy codo, que a ese cabrón si quieren chinguénselo...'"

Expresa en su declaración que en otra ocasión el sargento Arroyo le dijo que Bárcenas le había comentado que necesitaban información de Ramón Alcides Magaña, El Metro, narcotraficante del cártel de Juárez, pero después refiere que tuvo un encuentro con el sargento Arroyo, Bárcenas y Tornez, y que este último sacó de un periódico que llevaba doblado la cantidad de 5 mil dólares, "que era por el trabajo, porque se había logrado que aprehendieran al Metro. Era un premio para nosotros, ya que con su captura se les había quitado un peso de encima. Fue la última vez que vi a Pedro Bárcenas".

Indica que después causó baja del Cian y se dio de alta en la 22 Zona Militar, con sede en Toluca, antes ser aprehendido por la procuraduría militar y enviado al penal La Palma.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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