255 ° DOMINGO 10 DE NOVIEMBRE DE  2002
Ecocidio en Axotlán, estado de México
Una laguna
en peligro de muerte

TEXTO Y FOTOS: AGUSTIN ESCOBAR LEDESMA

El desmedido crecimiento urbano amenaza de muerte a la laguna del pueblo mexiquense y podría convertir a Axotlán, “lugar de agua clara”, en un lugar de inundaciones en temporada de lluvias o en un páramo durante el estiaje.
Los labriegos denuncian que los dueños de la ex hacienda de San Miguel, vecina a la comunidad, han vendido a constructoras más de mil hectáreas de vocación agrícola, las cuales se han convertido en densa zona habitacional carente de áreas verdes. Desde hace dos años la mancha urbana empezó a devorar milpas, dejando en su lugar unas 30 mil casas, distribuidas en fraccionamientos que rodean la laguna.
Desde el pasado mes de agosto, los lugareños han acudido ante autoridades de los tres niveles gubernamentales. Pero la defensa de su hábitat no parará ahí. Los labriegos afirman que, de ser necesario, defenderán a la laguna con su propia vida

CUAUTITLAN IZCALLI, estado de México.– Jineteada por especuladores y fraccionadores, la mancha urbana avanza incontenible sobre los campos de cultivo de este municipio bajo la complacencia de las autoridades gubernamentales. La voracidad de empresas constructoras, aprovechando la alta demanda de vivienda, ha consumido las más de mil hectáreas de terreno que pertenecieron a la ex hacienda de San Miguel, edificando fraccionamientos y centros comerciales. Los inversionistas ahora amenazan con desaparecer una laguna para transformarla en centro comercial, ante la irritación de los lugareños que ya han sufrido algunos roces con policías municipales y privados que custodian la obra.

La lucha por el vital líquido se ha convertido en algo cotidiano pues, mientras los fraccionadores cierran compuertas y desvían el agua, los lugareños las abren para que la laguna no se deseque.

¿Federal o privado?

El 29 de agosto de 2001, Ricardo Sánchez Rubio, director general de Prevención y Control de la Contaminación del Agua, Suelo y Residuos, de la Secretaría de Ecología del gobierno del estado de México, según el oficio 212030000/0819/2001, informó a Juan Esteban del Río Farías, delegado de Axotlán que “en atención a su oficio de fecha 16 de julio del año en curso, dirigido al Lic. Arturo Montiel Rojas, Gobernador Constitucional del Estado de México, solicitando su apoyo para que se compre o permute la laguna de Axotlán y que quede como patrimonio del pueblo o del municipio, me permito comentarle lo siguiente: La laguna de referencia es un cuerpo federal que está bajo la jurisdicción de la Comisión Nacional del Agua, por tal motivo solicitaremos a dicha Comisión nos informe sobre el uso y la situación actual que prevalece en la misma, lo cual haremos de su conocimiento”.

Por otra parte, el edil de Izcalli declaró al periódico Reforma (27/09/02) que la laguna es propiedad particular. La nota, de Juan Manuel Barrera, abunda: “El alcalde Fernando Covarrubias Zavala, de extracción panista, destacó que, con excepción del Lago de Guadalupe, “los cuerpos de agua más importantes del municipio son de propiedad particular”, como las lagunas de Axotlán y La Piedad, además de la presa El Angulo. Destacó que la primera está semiseca y su propietario pretende convertirla en club deportivo, por lo que su gobierno autorizó la colocación de malla en el predio, aunque el destino final será discutido en cabildo”.

Más adelante, Covarrubias Zavala añade que el grupo inmobiliario ARA es propietario de la laguna de Axotlán, aunque la administración local realiza trámites para que las 32 hectáreas de este cuerpo de agua sean donadas al municipio.

La nota periodística cita al regidor Enrique Domínguez Todd, del PRI, quien afirma que en el caso de Axotlán el alcalde Covarrubias apoya al supuesto propietario del predio y no al pueblo, con el argumento de que existe un convenio que establece que cuando la laguna se secara los particulares “la podrían ocupar”.

Las ocasiones en que los axotlanecos se han entrevistado con Covarrubias, una y otra vez les ha repetido que el negocio de los fraccionamientos tiene dueño, que la comunidad no puede rescatar lo irrescatable ni defender lo indefendible.

Los raneros

Axotlán, sitio de origen prehispánico cuyo nombre significa “lugar de agua clara”, está ubicado al norte del municipio, entre la cabecera municipal y Tepotzotlán. La población históricamente ha vivido de la agricultura y de diversos productos de la laguna, cuyo vaso tiene capacidad para almacenar un millón 800 mil metros cúbicos de agua, que hoy está a punto de ser desecada a pesar de la oposición y la indignación de los 5 mil axotlanecos.

Los labriegos denuncian que la familia Schiavón, dueña de la Hacienda de San Miguel, vecina a la comunidad, ha vendido a las constructoras más de mil hectáreas de vocación agrícola, las cuales se han convertido en densa zona habitacional carente de áreas verdes. Desde hace dos años la mancha urbana empezó a devorar milpas y árboles, dejando en su lugar aproximadamente 30 mil casas (con un costo de 400 mil pesos en promedio cada una) distribuidas en Cofradía de San Miguel, La Cofradía I, La Cofradía II, La Cofradía III, Ex Hacienda San Miguel, Jardines de San Miguel, Lomas de San Miguel, fraccionamientos que rodean la laguna de Axotlán. Además, están Bosques de San Miguel (donde está el centro comercial San Miguel), Infonavit Norte, la López Mateos, Valles de la Hacienda. Ejércitos de trabajadores laboran de día y de noche contratados por las empresas constructoras privadas Urbi, Beta, Ara, Claustros San Miguel y Constructora de Ecatepec que incluso están construyendo casas habitación bajo las líneas de electricidad, sobre el Gran Canal de aguas negras que viene del DF, una zona de tierras arenosas donde hay túneles, y encima del cascajo que salió del Gran Canal.

Ante la amenaza que se cierne sobre el pueblo de Axotlán, desde agosto de este año los lugareños han acudido ante diversas autoridades de los tres niveles de gobierno para denunciar a los especuladores que pretenden acabar con la laguna. Los axotlanecos han conformado el Comité del Movimiento de Defensa por la Conservación de la Laguna de Axotlán. Alrededor de 100 personas, entre mujeres, hombres y niños, se reúnen bajo los frondosos y añejos árboles que custodian el vaso de agua para dar sus testimonios, teniendo de fondo el incesante croar de cientos de batracios. Aunque dicen no tener representantes, las voces de Jorge Melgarejo Velázquez, presidente de Usuarios de Riego de la presa La Concepción; y de Jorge Lima Terrazas, son las que más se escuchan; también dan fe del suceso Humberto Montiel Ventura, presidente del Consejo de Axotlán, Margarita Zamora, Humberto Rosas Guadarrama, José Santos Terrazas, Maximino Cruz Barrios, Delfino Méndez, Ramón Arana Terrazas y Pedro Cruz Terrazas.

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Jorge Melgarejo resguarda la memoria histórica de la comunidad: “Se dice que este pueblo ya existía 300 años antes de Cristo. Es un pueblo al que los hacendados despojaron de sus tierras. En La Loma (a escasos 500 metros) están las ruinas prehispánicas de lo que fue el asentamiento de nuestros antepasados, allí estaba el pueblo de Axotlán (a pesar de que una parte está resguardada por el INAH, tampoco ha sido respetada por los inversionistas). Ahora vivimos relegados en una orilla de lo que originalmente fue el antiguo pueblo. Axotlán significa ‘lugar de agua clara’ y queremos conservar el espejo de agua de la laguna en el que se refleja nuestra cultura. Aquí había cucarachas, padres, acociles, ajolotes, tepocates, ranas, carpas y patos que formaban parte de la alimentación de los axotlanecos”.

El señor Jorge Lima agrega otros datos sobre la identidad comunitaria: “Se decía que desde que estaban en el vientre materno, los niños de Axotlán ya estaban nadando. Aquí había muy buenas nadadoras que atravesaban la laguna de lado a lado, es por eso que la gente de los pueblos vecinos nos conoce como los raneros, nombre que es un orgullo y un honor para nosotros”.

El agua que se va

Desde hace dos años, cuando los fraccionadores iniciaron la construcción de las 30 mil viviendas, perforaron 48 pozos para dotar de agua a la zona habitacional y, ahora, los lugareños (quienes nunca antes habían sufrido falta del vital líquido) empiezan a resentir el abatimiento de los mantos acuíferos ante el desmedido incremento poblacional. Jorge Lima Terrazas expone: “Esta laguna es la que puede ayudar a recargar el agua del subsuelo, es lo que le decimos al gobierno del estado. Al defender la laguna estamos procurando el abasto de agua tanto para nosotros como para los colonos de los nuevos fraccionamientos. Nuestro entorno es muy rico y lo será más mientras exista la laguna, si nos quitan la laguna nos quitan la vida”.

Jorge Melgarejo Velázquez también explica la situación “El problema es que unas personas extrañas a la comunidad quieren secar nuestra laguna. Es lo único que queda del ecosistema por tanto fraccionamiento. Al desaparecer los sembradíos, el agua ya no tendrá otro lugar en donde regularse, y si secan la laguna desviarían el agua a nuestro pueblo o a las residencias que ellos mismos han creado ocasionando inundaciones. Esta situación no la quieren entender los fraccionadores y (...) el ayuntamiento sólo se preocupa por los fraccionadores y su negocio, pero no por los pueblos. No tenemos conocimiento de cuándo fue que el ayuntamiento autorizó el cambio de uso de suelo de las tierras de vocación agrícola para convertirla en zona habitacional. Cuando nos dimos cuenta llegó una cuadrilla de maquinaria pesada a tumbar cientos de árboles en las tierras de la hacienda de San Miguel”.

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Los campesinos informan que pueblos vecinos se están sumando a la defensa de la laguna: “Ya nos enviaron sus oficios 14 asociaciones de El Rosario, La Aurora, Tepojaco, Huilango, Santa María, Capula, Tepotzotlán, San Lorenzo, San Mateo Xolo y la colonia de los Gallos, entre los que hay pequeños propietarios y ejidatarios. Ellos están con nosotros porque nuestra lucha es su lucha, pues con la destrucción de la laguna todos seríamos afectados. El manto acuífero de la laguna es precisamente el que evita que todos estos pueblos se queden sin agua o se inunden”.

Jorge Melgarejo, presidente de Usuarios de Riego de la presa La Concepción, señala: “Cuando me entregaron el cargo, estaba la infraestructura donde aparece la laguna, que no me salga Ciro Schiavón o los fraccionadores con que la laguna de Axotlán les pertenece. A nosotros nos apoyan los comisariados ejidales de los pueblos, las autoridades delegacionales y los consejos de participación ciudadana y la gente que tiene mucho coraje, muchas ganas de defender la laguna.

“Los responsables del deterioro ambiental son los gobiernos municipal, estatal y federal. Nosotros demandamos que por lo menos se preserve la laguna. Aquí no hay partidos políticos que apoyen el movimiento, es la gente la que se ha organizado y movilizado.”

El progreso

Las 30 mil nuevas residencias darán paso a otra cantidad igual de vehículos y a por lo menos 120 mil habitantes, con todo lo que ello implica. Los campesinos denuncian: “Desde que llegaron los primeros habitantes de los fraccionamientos nos han invadido nuestros espacios recreativos; además están contaminando la laguna con basura y mierda, puesto que una de las cañerías del fraccionamiento que está en La Loma va a dar directamente al vaso de agua. Seguramente aparecerán otros problemas como la drogadicción, la contaminación del aire y la falta de agua.”

Jorge Lima afirma que al rescatar el espejo de agua “estamos comprometidos a hermosear la laguna, de modo que continuemos disfrutándola, para que aquí tomen agua nuestras vacas, nuestras borregas, nuestros caballos, que aquí pastorean, para que la gente siga viniendo a pasear, a noviar. Nosotros nos comprometeríamos con mantener limpio el lugar para pescar, para bañarse, eso lo podemos hacer”.

Margarita Zamora clama indignada: “Las mujeres y los niños estamos apoyando a nuestros representantes para el rescate de la laguna porque no queremos que la mancha urbana nos consuma. Vemos con tristeza que por todos lados nos están invadiendo de asfalto, se está perdiendo toda la ecología. Nosotras diariamente vemos camiones cargando los troncos de los árboles que han talado. Da tristeza ver a la flora muerta porque es la destrucción de nuestro entorno y si nosotros no lo defendemos, ¿qué le vamos a dejar a nuestros hijos? No estamos pidiendo dádivas ni limosnas a las autoridades, ni peleamos por cuestiones materiales, lo que queremos es que se preserve el medio ambiente y el único pulmón en el que departimos todos lo vecinos, nuestra laguna”.

Axotlán está en pie de lucha. Los labriegos dicen que no permitirán que su pueblo, cuyo nombre significa “lugar de agua clara”, sea convertido por especuladores y fraccionadores en lugar de inundaciones en temporada de lluvias o en un páramo durante el estiaje. Incluso afirman que están dispuestos a llegar a las últimas consecuencias por la conservación de su laguna, que es su vida.