Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 18 de octubre de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas
  >

Contra

EU: 200 millones de armas, en manos civiles

Consejos en tv para no ser cazado por el francotirador

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Wmdf37185ashington, 17 de octubre. Un noticiero de televisión local ofrece consejos sobre qué hacer si uno es víctima del francotirador; otro entrevista a un experto que habla de cómo caminar en zigzag para evitar ser blanco de tiro, y algunos grupos de ''defensa civil'' ofrecen despachar gasolina a clientes que temen salir de sus autos.

El ''francotirador'' es la figura desconocida más conocida aquí y en los últimos días ha logrado hacer de las rutinas cotidianas -caminar por la calle, ir de compras y cargar combustible- actividades potencialmente mortales. Residentes de los suburbios de esta capital han buscado formas de reducir la posibilidad de ser cazados evitando lugares como gasolineras cercanas a las autopistas o acudir a los malls.

Pero al parecer no hay manera de evitarlo y hasta ahora las medidas para su captura han fracasado. En dos ocasiones la policía ha clausurado las principales carreteras del norte de Virginia durante horas a fin de tratar de encontrar al asesino, y los noticieros locales han interrumpido los nacionales para transmitir nueva información sobre los ataques.

Al parecer el criminal planea meticulosamente sus actos. Ha matado a diversidad de personas, selecciona sus blancos en lugares de gran actividad, cerca de autopistas, y dispara balas calibre .223 que, según los expertos, son tan veloces que la víctima muere antes de escuchar el disparo.

También parece estar altamente capacitado, ya que ha disparado desde distancias de hasta 75 metros, y de tan cerca como 25. El aparente estilo de matar al azar es lo que multiplica el terror ciudadano, ya que el método carece de un patrón.

Miles de policías han sido desplegados, la FBI está participando y ahora los militares prestan apoyo a la intensa búsqueda.

Los militares están usando aviones especializados de vigilancia aérea RC-7B para circular por toda la zona con detectores infrarrojos que pueden detectar disparos de armas de fuego y con visión nocturna para rastrear vehículos.

Por supuesto, estos aviones tendrán que ser precavidos para evitar a los F-16 que patrullan sobre Washington en misiones de prevención de otro ataque "terrorista".

Pero hasta ahora nada ha rendido frutos. Informes de testigos sugieren que el asesino podría manejar una camioneta blanca, o un camión, con una calavera rota, y tal vez con algunas marcas al lado. El francotirador es, según un testigo, ni blanco ni negro, tal vez del Medio Oriente o "hispano".

Pero estos informes son tan vagos que la policía del condado de Montgomery emitió un documento titulado "Como ser un buen testigo", para alentar a la gente que vea algo a concentrarse y detallarlo por escrito. La línea telefónica establecida para recibir informes ya lleva más de 15 mil llamadas.

Y es que hay muchas camionetas blancas por el lugar. Un reportero de La Jornada contó más de 12 en dos minutos que pasaron por una calle de Washington.

Anoche había tres camionetas blancas estacionadas en la calle frente a la casa de un reportero de este periódico, pero todas habían desaparecido en la mañana.

La tensión tiene un impacto psicológico. "Tenemos a una porción significativa de gente que teme salir", explicó Jane McLean, directora de un servicio de apoyo sicológico en entrevista con el periódico The Washington Post.

Otro prominente siquiatra dice que la última semana los temores provocados por el francotirador se han manifestado en su consultorio y que ya ha tenido que hospitalizar a un paciente como resultado del estrés generado por la angustia.

No es difícil entender la razón de estos temores. Aparte de la posibilidad relativamente pequeña de ser la próxima víctima, el intenso enfoque de los medios sobre el francotirador ha generado un clima de tensión casi imposible de evitar.

Hace unos días un noticiero local ofreció consejos de qué hacer si se es baleado por el francotirador: aplique inmediatamente presión a la herida, mantenga bien cobijada a la víctima y llame por atención medica.

Sin duda, buenos consejos, pero, claro, nueve de las 11 víctimas hasta este momento fueron asesinadas en forma instantánea por una sola bala.

Otro experto entrevistado por los medios sugirió mantenerse cerca de edificios, ca-minar en forma de "zigzag" sin mantener una velocidad constante y evitar zonas cercanas a carreteras (las vías de escape preferidas por el asesino, piensa la policía).

También se aconseja vigilar todo vehículo "sospechoso" o individuos que circulen por estacionamientos o gasolineras.

La policía ha advertido que podría pasar un buen tiempo antes de que se logre detectar y detener al culpable. La policía debió trabajar dos meses antes de detener a un hombre que, antes de éste, estuvo matando gente al azar en Washington.

Mientras tanto, en una zona que ya está viviendo con temor constante por aviones, ántrax, viruela y otras amenazas, el francotirador sólo alimenta la incertidumbre en la capital del país más poderoso del mundo.

El domingo, el corresponsal de La Jornada y unos amigos se sentaban a cenar cuando se escuchó una serie de explosiones. Las sirenas de las patrullas se oyeron poco después, y todos corrieron a las ventanas.

Por radio no hubo noticias de un ataque, y momentos después un invitado se percató de que las explosiones eran fuegos artificiales para celebrar el Día de Colón.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año