Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 17 de octubre de 2002
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Mundo
Desestima la Casa Blanca los resultados; "no fue una votación seria", asegura

Hussein, relegido sin oposición en Irak

Si EU ataca los combatiremos aldea por aldea y casa por casa, dice el gobierno iraquí

ROBERT FISK THE INDEPENDENT

Fue la madre de todas las elecciones. Nunca en los anales de la democracia árabe había potentado alguno ganado 100 por ciento de los votos. Pero Saddam Hussein ha logrado una victoria aún mayor que el 99.96 por ciento que recibió hace siete años. Citemos a Izzat Ibrahim, vicepresidente del Consejo Revolucionario de Mando Iraquí: "Quien no conozca al pueblo iraquí no creerá este porcentaje, pero es real. No tenemos oposición en Irak".
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Y que lo diga: ciento por ciento. Quién no recuerda el inmortal poema de Auden sobre un dictador: "Lo que buscaba era cierto tipo de perfección/y la poesía que inventaba era fácil de entender". Saddam sólo escribe novelas, pero, ¿qué puede ser más perfecto que ciento por ciento? La votación de 99.96 por ciento fue en 1995, quizá porque algunos votantes creyeron que no sobreviviría. En esta ocasión ese 0.04 por ciento fue sin duda sacudido de su letargo.

No es raro que la Casa Blanca se mostrara escéptica. "No fue una votación seria", fue el comentario de Ari Fleischer, secretario de prensa de Bush. Por supuesto, a Bush, cuya elección por mayoría dejó mucho que desear, le habría encantado ese 100 por ciento. No hace mucho tiempo, Hosni Mubarak reclamó la presidencia de Egipto con 99.98 por ciento de la votación, y no hubo entonces comentarios escépticos de Fleischer, porque Egipto está de "nuestro" lado. Además, durante décadas los electores árabes han producido resultados extraordinarios. El presidente Hafez el-Assad de Siria siempre obtuvo más de 90 por ciento de los votos. Y el récord fue establecido precisamente en ese país hace más de cinco décadas: en 1954, el ministro sirio del Interior, Mohamed Zaim, anunció que el presidente Adib Shishakli, después de tantos como cuatro golpes de Estado, había ganado la presidencia con 104 por ciento de la votación. La cifra fue tan indignante que Shiskhali de inmediato destituyó a Zaim, reconociendo humildemente que sólo había recibido 99.9 por ciento de sufragios, apenas 0.03 más que la elección anterior de Saddam, y 0.01 por ciento más que Mubarak.

En cuanto a Ibrahim en Bagdad, los estadunidenses, si invaden a Irak, "se encontrarán cara a cara con este pueblo que dijo sí a Saddam. Si el gobierno de Washington comete el error de atacar a Irak, los combatiremos aldea por aldea y casa por casa..."

Por supuesto, hay cierto margen de duda. Porque si creyéramos en estos resultados, también tendríamos que aceptar que Irak fue capaz de contar 11 millones 445 mil 638 votos de la noche a la mañana, junto con los sufragios emitidos por los iraquíes en Beirut -donde los leales ciudadanos de Saddam formaban filas en la embajada entonando cánticos-, así como los firmados por los prisioneros condenados, torturados y moribundos en la prisión de Abu Ghraib. Toda una demostración.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

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