Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 16 de octubre de 2002
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Política

Alejandro Nadal

Premio Nobel para el túnel de viento

El Premio Nobel de Economía de este año fue para Vernon Smith y Daniel Kahneman. Al primero por sus trabajos sobre experimentos en diferentes sistemas de mercado, en especial los llamados de doble subasta. El segundo fue galardonado por analizar cómo la formación de juicios y creencias afecta las decisiones económicas. Los dos personajes desarrollan líneas de investigación subsidiarias a la teoría del mercado general.

Todos hemos escuchado hasta el cansancio la idea de que el libre mercado es el mejor sistema para asignar los recursos de una economía. Pero la teoría económica nunca ha podido proporcionar una demostración de que eso sucede.

Este último punto es importante porque todos los días se toman decisiones de política económica, como privatizaciones, acuerdos comerciales y desregulaciones, que promueven el libre mercado. Los políticos y burócratas ignorantes, pero interesados, dicen que esas medidas son buenas porque todo mundo sabe que el mercado asigna los recursos eficientemente.

ƑLo sabemos?

La teoría más desarrollada sobre el mercado está basada en el llamado modelo de equilibrio general. Se trata de un sistema de ecuaciones que busca representar cómo las acciones de millones de productores y consumidores son coordinadas por el sistema de mercado hasta llegar a un punto llamado de "equilibrio general competitivo" que cumple con un criterio (bastante limitado) de eficiencia.

El modelo es "general" porque todos los mercados están conectados mediante un sistema de precios. Cuando un consumidor acude a comprar un automóvil, no toma en cuenta solamente el precio de los automóviles; también considera su ingreso, la renta o hipoteca sobre su casa, la colegiatura de los hijos, el costo de la canasta de alimentos, el viaje de vacaciones, etcétera. En síntesis, en el caso general los agentes toman en cuenta los precios de todos los bienes en la economía.

Pero la teoría del equilibrio general tropieza con dificultades insuperables para demostrar que el mercado efectivamente conduce al equilibrio y la eficiencia cuando se le deja en libertad. Este resultado desalentador es bien conocido en la teoría, aunque los promotores del libre mercado lo ignoran sistemáticamente.

El Premio Nobel de Economía se ha destinado en su totalidad, desde que se estableció por el banco central sueco en 1968, a los trabajos que giran alrededor del modelo de equilibrio general. El fetichismo del "premio Nobel" sirve así para ungir con el prestigio de la "ciencia" a las propuestas de política económica ligadas con las supuestas virtudes del libre mercado.

Este año no es una excepción. El premio para Vernon Smith es por su diseño de experimentos que "demuestran" que las posiciones de estos mercados tan especiales convergen a posiciones de equilibrio. Los supuestos abusivos que permiten desarrollar con "éxito" los experimentos, limitan el alcance de los resultados. Pero lo más grave es que no se trata de un equilibrio "general" (en todos los mercados simultáneamente), sino de un equilibrio parcial (en un solo mercado).

No obstante, para Smith los experimentos son como un túnel de viento para poner a prueba diferentes instituciones de mercado y comparar niveles de eficiencia. Con los supuestos usados, no es sorprendente que los experimentos sirvan para verificar que las privatizaciones y la desregulación de las compras del sector público son más "eficientes".

Uno de estos supuestos es que existe un equilibrio y la subasta lo único que hace es "descubrirlo". Como los experimentos de Smith responden a las necesidades del mercado bursátil global, habría que preguntar qué fue lo que la doble subasta descubrió durante las crisis financieras recientes.

Como todos los años, el Nobel es para trabajos vinculados a lo que en filosofía de la ciencia se conoce como un programa degenerativo de investigación científica. Los premios Nobel para Amartya Sen y Joseph Stiglitz, 1998 y 2001 respectivamente, no alteran este hecho. Sen fue premiado no por sus trabajos sobre hambruna y pobreza, sino por sus contribuciones a la teoría del bienestar en el marco del modelo de equilibrio general. Stiglitz, ex economista en jefe del Banco Mundial, no fue galardonado por sus críticas a la globalización y las políticas del FMI, sino por su trabajo sobre mercados asimétricos en el marco de la teoría de equilibrio general. La línea del comité Nobel no ha variado.

Mientras la economía mundial se debate entre la triste perspectiva de una recesión generalizada, la miseria y la desigualdad se profundizan, y se mantiene un alarmante ritmo de deterioro ambiental, el fetichismo del premio Nobel sirve para refinamientos barrocos de una teoría decadente.

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